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|•Plegarias•|

Narrador omnisciente.

Todo fluía en la casa elegida por Ariella Krimhilde para ser una familia junto con su hija y el hombre que mantiene viva su obsesión.

Nadie se imaginaba que al otro lado de la ciudad árida de Phoenix se encontraba una persona tecleando en un computador virgen, Laura investigaba a la hiena de Londres. Estaba por cometer un grave error que sólo adelantaría su final.

Pues ella no lo sabía pero había alguien que cuidaba con gran deseo toda la información de Ariella Krimhilde, ya que para un futuro le serviría demasiado.
Así que si, él ya sabía que alguien estaba investigando al su único objetivo que le impedía tener todo lo que quería a su corta edad.

Para todos parecía un niño pero ya era un jovencito de 11 años, que tenía muy claro lo que quería y esa pequeña de ojos verde miel, cabello castaño y que desprendía tanta inocencia era lo que anhelaba desde que la vio envuelta en una frazada rosa.

Con la misma velocidad con la que Laura tecleaba, él descubría quien quería investigar a la hiena de Londres. Y anonimamente enviaba la información a su padre el cual no dudaría en informarselo a Kirmhilde.

Laura había firmado su acta de defunción sola, Ariella no dudaría en adelantar su final frente a el amor de su vida. Esteban y Laura se profesaban un grande amor que todo podría superar, pero nada podría superar a Ariella Krimhilde.

Michael Roman se acercaba lentamente a la mujer que hacía 3 años lo había contratado, la información anónima en su celular sería un buen postre para Ariella, quien terminaba de degustar su vino añejo de lujo

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Michael Roman se acercaba lentamente a la mujer que hacía 3 años lo había contratado, la información anónima en su celular sería un buen postre para Ariella, quien terminaba de degustar su vino añejo de lujo.

Al mostrarle el celular a la reina del ajedrez, esta puso con delicadeza la copa de vino en la mesa, se levanto y se disculpo con los presentes. Todo estaba pasando en un solo día.

—¿Así que esa perra esta investigando a quien no debe? —su pregunta era irónica, eso esperaba al final de todo. Laura no se quedaría con la duda de saber quien era el verdugo que profanaba los sueños del amor de su vida.

—La información es clara —comentó Michael— Se graduó en sistemas, no le costo nada investigar.

—Tecnológicamente no pero conmigo eso será su final. —Ariella no dudo en decir eso, no le gustaba que la gente investigara de más, no tenían el derecho.

—¿Qué piensas hacer? —le preguntó el leal sicario.

Ariella se mantuvo pensativa, con Laura sumaban 4 personas a las que debía ir a cobrar, las primeras 2 por petición especial de la hermana menor de Esteban.

La ¿bella? y la bestia +²¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora