La ¿bella? y la bestia +²¹

Especial

|•Traiciones•|

Ariella.

16 años de edad.

El vestido me da asco, todo esto me da asco.

¿Por qué mi madre no me ha ayudado?

Ella sabía que no quería esto, pero tampoco lo impidió dejo que todo siguiera y a unas horas quiere cambiar todo, cuando tuvo que hacerlo desde un principio. Era su deber como madre, tía Nora no hubiera permitido esto, ella debió haber sido mi madre.

—¿hija puedo pasar? —su asquerosa voz es captada por mis oídos.

—deberías largarte madre.—«me asqueas»

Se adentra al cuarto sin importarle, me observa. Nos observo a las dos en el espejo,nuestro físico similar, quitando el color de mis ojos podría decir que soy su copia.

Intenta abrazarme pero rechazo su tacto.

—Hija...

—¿por qué mamá? —algo se remueve en mi interior—¿por que quieres ayudarme en este momento? ¿Por que no lo hiciste desde un principio?

Le cuesta responderme, sabe que tengo razón, no me ayudó cuando debía y ahora quiere convertirse en la heroína cuando nunca le ha quedado ese papel, para ella solo es importante su carrera, su fama.

—Yo...

—Tú nada madre—detengo su intento de justificarse— Mi tía no lo habría permitido pero me alejaste de ella sabiendo que ella siempre me ayudaba cuando tu me llamabas mounstro.

Me doy la vuelta acercandome a ella.

—No sabes cuanto deseé que mi tía fuera mi madre y no tú, no quieras ponerte un papel que no te va, para actuar como madre te falta volver a nacer.

La dejo ahí y salgo la habitación, no hay guardias. «es mi momento de huir»

Camino rápido para no llamar tanto la atención.

—¡Ariella! —carajo.

No me detengo, yo ahí no vuelvo.

Suena un disparo, retumba a mis pies.

Me detengo y volteo, ese hijo de puta tiene un arma que me apunta, la distancia no es grande y en cualquier momento me puede disparar.

—¿a donde crees que vas perra?

—lejos de ti hijo de puta.

Se ríe, esa risa que siempre taladraba mi cabeza, esa risa que no falto mientras abusaba de mi con la excusa de que era su prometida y eso iba a ser totalmente normal.

—de aquí sales de 2 formas, casada o muerta.—dice, no respondo y de mi lado izquierdo veo a mi madre acercarse, no se que carajo intenta.

—prefiero muerta que casada contigo imbécil, así que dispara. Me harás un gran favor. —lo reto, a nadie le gusta que lo reten y a este tipo menos.