La ¿bella? y la bestia +²¹

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|•Cuentas pendientes•|

Ariella.

—Toma, —me deja Michael sobre el escritorio todo lo que le pedí referente a los planes que tengo con Acasia.

Leo todo, y me cuesta pero al final firmo el papel. Michael quiere decirlo pero sabe que el cuestionar mi decisión es un grave error.
Michael se ha ganado mi confianza, todos los que un día traicionaron mi confianza, Michael la mantuvo.

—Dilo Michael.

Suspira.

—¿Crees que es lo mejor? Sabes que quiero a Acasia. Pero esto... No sé.

—Sabes la razón por la que lo estoy haciendo esto Michael, tal vez tenga el efecto contrario pero si puedo mantener en anonimato a Acasia por un tiempo. Lo haré.

Asiente sin replicar de nuevo, tiene que acatar todo lo que le diga. Aunque ya es libre de mi mandato laboral, el personal sigue en pie. Tiene y es lo que es por mi.

Y no se le tiene que olvidar, jamás.

—Bueno, cambiando de tema, ¿irás hoy?

—Si.

—¿A que hora?

—Demasiadas preguntas Michael, pero por ser quien eres las voy a contestar. Iré en la noche, sabes que amo cobrar mis cuentas cuando esta la luz de luna.

—Y, ¿por que le cobrarás?

—Por ser una manzana de la discordia, yo puedo ser lo que quiera ser en la vida de los demás pero nadie puede abrumar la mía.

Me giro en la sila reclinable, me topo con el retrato familia que nos tomamos, Acasia, Esteban y yo, en la boda.

Y otra en el jardín pero ahora con Berk, verlo entre Esteban y yo junto a Acasia, no se dudaría en que es otro Davren Krimhilde.
Pero será más Krimhilde que Davren, no puedo permitir que haya otra persona vulnerable, suficiente tengo con Esteban y Acasia.

Berk será la excepción, Berk será mi recompensa entre tanto karma.

—Sabes que lo que planeas para Acasia no impedirá su destino ¿verdad? —su voz rompe el silencio de mi observación.

Lo sé.

—Estoy consciente de ello, Michael. Sé que lidiara con demasiada mierda pero tiene que aprender que por ser quien es, la vida no será un lecho de rosas.

Solo oigo su suspiro cansado.

—¿Qué atormenta tu mente Michael?

—Crié un cuervo demasiado peligroso, y no solo se dedicara a sacar ojos.

Como yo criare a Berk.

—Los hijos son nuestro reflejo Michael, no puedes quejarte pues tu tampoco sacabas solo ojos.

Silencio.