Miraba la palma de su mano, las pequeñas ampollas seguían allí a pesar de que había pasado más de una semana de la competencia en donde el grupo parecía más que separado que nunca a excepción de Ximen y Lei que se habían proclamado como mediadores al menos mientras se encontraban por mera casualidad.
—Repítanme el porque me encuentro en Canadá—dijo quedándose quieta sumergida en la nieve hasta las rodillas.
Desde que la obligaron a empacar sus cosas con ayuda del Señor Bong que fue su cómplice hasta que llegaron al país de la miel de maple había estado de mal humor, podía percibir el como ambos castaños les daban escalofríos cuando los miraban.
—Solo es para divertirnos—la ayudo Ximen a salir del pequeño hoyo en la nieve, refunfuño cuando casi se cayó.
—¿Y era necesario traerlas?—elevo una ceja apuntando discretamente a las chicas que los habían acompañado—Dudo que vayamos a tener diversión aquí...No no no
Quiso regresar cuando justamente el coche que los había traído a la casa de madera a lo que ambos castaños la cargaron de los brazos como si nada antes de que escapara colina abajo, la conocían perfectamente para saber que era capaz de correr tras el auto.
—Tranquila dijo que no vendría—le susurro Lei cuando la sentaron en uno de los sillones junto a la chimenea.
—¿Y como explicas el helado y que este prendida la chimenea?—cruzo sus brazos afelpados gracias a las múltiples capas de ropa que tenía puesta.
El castaño se fijo mejor dándose cuenta del inquilino que no era tan sorprendente para ella sabiendo lo predecible que era, rodo los ojos cuando empezó a parlotear sin sentido alguno el pelinegro.
—Pareces un panda—empezó a reírse Si a lo que solo lo ignoro acercándose más a la chimenea para recibir más calor.
Al ver que no le hacía caso se acerco a ella empezando a empujarla con la pierna tratando que se cayera a un lado debido a que estaba de cuclillas frente a la chimenea donde estaba más que calientita, no odiaba el frío sin embargo llevaba unos años para acá que no lo soportaba ni aunque hiciese una pequeña ventisca.
—Si déjala en paz—trató de llamarle la atención Lei, a lo que procedió a empujarla un poco más fuerte.
Suspiró agarrando su tobillo jalándolo a la vez que con sus pies lo había empujado del lado contrario haciendo que se cayera de espaldas creando un gran estruendo. Se puso de cuclillas de nuevo mirándolo aburrida mientras su cara se fruncía del dolor.
—¡Lei porque a ella no la regañas!—reclamo apuntándola con su dedo, haciendo un puchero.
—Porque tu te lo buscaste—replico siguiendo comiendo su helado.
Estuvo un tiempo así hasta que se canso yendo a lo que sería su habitación en donde no le tocaría compartirla debido a que eran impares, como pudo junto ambas camas para después aventarse disfrutando de lo cómodo de los colchones en donde cayo profundamente dormida.
Cuando se levantó ya empezaba a oscurecer volteo hacía la derecha encontrándose con un pequeño intruso a lo que sonrío revolviéndole la caballera haciendo que se despertará.
—Si trató de levantarte de un susto—bostezo tallándose los ojos, lo miro enternecida—Así me asegure que no te molestará.
En esos momentos aunque sonará extraño Lei la había protegido como antes ella había hecho con él hasta el punto de acompañarla en los recesos en aquella azotea donde solía esconderse de los demás, a veces parecía un pequeño patito tras su mamá pata.
ESTÁS LEYENDO
DIANTHE (SEGUNDO ACTO)
FanfictionSegunda temporada de Dianthe La gran heredera ahora que ha probado ser digna de su reino en la industria culinaria será acreedora de todo por lo que ha trabajado sin embargo ¿Qué sucederá con el F4? A punto de graduarse dará una gran sacudida con el...