Segunda temporada de Dianthe
La gran heredera ahora que ha probado ser digna de su reino en la industria culinaria será acreedora de todo por lo que ha trabajado sin embargo ¿Qué sucederá con el F4? A punto de graduarse dará una gran sacudida con el...
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Las siguientes semanas fueron un total caos, porque a pesar de que ambas empresas no daban su brazo a torcer la magnífica boda del menor de los Daoming seguía en pie sorprendiendo a más de alguno, aunque sus amigos creían que era una mala idea lo apoyaban totalmente.
Shancai estaba fascinada con la boda, sin embargo a Si se le notaba deambulando a pesar de siempre tener una sonrisa plasmada, lo cual solo las personas cercanas a él sabían identificar.
—Realmente el plan no sirvió de nada ¿Verdad?—se atrevió a comentar Ximen sacando la primera carta de la baraja—No pudimos ayudarlo.
El resto del F4 se encontraba jugando en la casa del Huazei tratando de despejar sus cabezas debido a toda la conmoción, Si se encontraba con su ahora prometida arreglando ciertos detalles y su preciada Dianthe en al parecer una junta importante de la cual no podía faltar según sus palabras.
—Uno no puede auxiliar al que no quiere—soltó los hombros Lei jugando con sus cartas—No es como si pudiéramos obligarlo a pensar mejor las cosas.
—¿Eso no es lo que solemos hacer?—hablo el pelinegro tirando otra carta haciendo refunfuñar al dúo—Digo siempre lo ayudamos a que vea mejor las cosas.
—Literalmente le servimos todo en bandeja de plata—negó con la cabeza el de lentes tirando su manojo—Esta más claro que el agua, si no interviene entre Dian y su Madre será irreparable el daño.
—El daño ya estaba más que hecho, la Señora Daoming nos quiso manipular a su antojo—bufó enfadado de aquella situación, reacomodaba la baraja de nuevo—Dian sólo está defendiendo lo que cree que es correcto, seamos honestos...
—No lo estamos siendo—Lei interrumpió a ambos ganando su atención claramente confundidos—Si está pidiendo a gritos algo que no queremos ver.
Volteo a ver primero a Ximen que después de unos segundos entendió a lo que se refería, siendo así la próxima victima que no leía bien entre líneas.
—¿Qué quieres decir?—se reacomodo en el sillón extrañado.
—En especial por ti Meizuo—trato de reconfortarlo Ximen con la mirada, sin embargo cuando unió las pistas frunció el ceño.
