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Estaba en un lugar sumamente oscuro, no podía deducir donde se encontraba empezó a moverse, sin embargo se pegó en la cabeza

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Estaba en un lugar sumamente oscuro, no podía deducir donde se encontraba empezó a moverse, sin embargo se pegó en la cabeza. Se sobó adolorida aunque no pudo escuchar su voz cuando intentó hablar, generándole preocupación. Escuchó unas pisadas al igual que varias cosas rompiéndose, allí empezaron a oírse gritos que se le hicieron tan familiares que no pudo evitar sentir miedo que se transmitía en todo su cuerpo, un hilo de luz se asomo por la habitación, llena de curiosidad fue hacía este encontrándose el causante de tales estruendos. 

—No me casare con ella—grito un muchacho que lo veía alto debido a que estaba en cuclillas—Amo a otra persona al igual que ella.

—¡NO TIRES A LA BORDA POR TODO LO QUE HEMOS TRABAJADO!—habló una voz más adulta qué no podía distinguir por la contraluz—¡ERES EL HEREDERO LEGITIMO DE LOS XAN! 

—Sí es así—se acercó a la otra figura sin arrepentimientos—¡No seré el próximo heredero!

Un golpe es seco retumbo en toda la habitación, sintió su estomago encogerse al igual que se había quedado sin aire.

Se sentó en la cama agitada casi hiperventilando, su sudor bajaba tanto de su frente como de su espalda. Trató de relajarse con su respiración al igual que trataba de no olvidar ningún detalle de aquella pesadilla.

¿Qué había sido eso?

Era demasiado temprano como para ir a la oficina sin embargo se la paso horas analizando cada detalle, estaba segura que no había sido un simple sueño. Fue así hasta que sonó su alarma que salió de su cama sin dejar de lado sus pensamientos.

Sonó el tono de llamada de su celular dándose cuenta que ya se encontraba en su oficina, a veces le daba miedo esa manía que tenía de hacer todo en automático cuando sus pies dejaban de tocar tierra.

—¡¿QUE ELLA HIZO QUE?!—se escucho por varias oficinas en el edificio, asustando a más de un trabajador.

—Señorita Xan—la llamo su secretaria en la puerta preocupada, en especial por la cara molesta de la heredera—¿Todo en orden?

—Necesito que contacte a una persona fiable para encontrar lo que sea—la señora la miró desconcertada, sin embargo asintió con la cabeza contactando de inmediato al segundo al mando.

DIANTHE (SEGUNDO ACTO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora