2.4

342 43 3
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los siguientes días fueron cruciales para que el joven heredero pudiera recuperarse, entre sus casi nulos familiares y sus amigos se turnaban para poder cuidarlo aunque este abriera los ojos muy pocas veces en el día debido al cansancio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los siguientes días fueron cruciales para que el joven heredero pudiera recuperarse, entre sus casi nulos familiares y sus amigos se turnaban para poder cuidarlo aunque este abriera los ojos muy pocas veces en el día debido al cansancio.

—Señora Daoming—susurro viendo a la mujer no quitarle el ojo a su hijo que dormía apacible—Debe de descansar antes de volver a la oficina.

—Zhuang apaña bien la compañía sin mi—dijo casi sin pestañear con la voz ronca—Jamás pensé verlo tan quieto, tan calmado—sonrió haciendo que sus comisuras bajaran—Siempre fue tan energético desde pequeño al igual que inteligente, mi pequeño Si.

—Tiene razón, siempre ha sido muy vivaz—llamó su atención, sonrió con los labios, después de unos segundos se atrevió a preguntar—¿Porqué es tanta la insistencia en que me case con el? Hay muchachas que han dedicado su vida a prepararse para ser esposas ¿Porqué yo?

La mujer suspiro volteando a verla, no se había percatado de cómo el tiempo había pasado sobre ella denotando las arrugas que se le formaban en sus nulas expresiones sin maquillaje.

—Me quedo tranquila cuando dejó a Si en China porque se que estas a su lado—asintió con la cabeza reforzando su idea—Te preocupas por mi hijo incondicionalmente, confía en ti, te respeta al igual que tu lo haces con el. Desde pequeños has sido la única a la que le ha hecho caso, realmente lamento que no se hayan enamorado.

—Shancai es una buena persona—le dijo más que nada en un afan de reconfortarla—La verdad ambos son iguales, como dos gotas de agua solo que ella es menos arrogante, se que estarán bien si algún día logran estar juntos.

—¿Querer lo mejor para mi hijo me hace una mala Madre?

—No podemos decidir por otros—apoyo su mano en el dorso de la matriarca—Si ya no es un niño, es un adulto que debe de elegir lo que el crea que es mejor. Se que tiene miedo a que se lastime, pero de alguna forma tiene que aprender.

—Realmente serías la mejor nuera que me podría haber tocado—ambas empezaron a reírse por lo bajo—Te encargo a mi hijo.

Sin mas que decir salió de la habitación dejándola sola con aquellas máquinas que mostraban la tranquilidad de su amigo adormecido.

—Vamos a checar su diagnóstico—se escucho la voz de un hombre de mayor edad, trato de concentrarse en su lectura.

Sin embargo la curiosidad había sido uno de sus virtudes al igual que una de sus perdiciones, levantó la mirada en cuanto escucho más voces percatandose de las otras dos personas que auxiliaban al doctor

—Hyun—soltó sorprendida al verlo parado, igual de sorprendido que ella.

—Dian—soltó cerrando la boca, sonrió con los labios sin apartar la mirada de ella a pesar de la mirada insistente de lo que parecía ser su tío.

—La famosa Dianthe—se rio el señor negando con la cabeza anotando unas cosas—Mi sobrino ha hablado muy bien de ti, demasiado diría yo.

—Es un gusto conocerlo Señor Baek.

Se paro dando una leve reverencia sin soltar su libro, el doctor de barba le sonrió satisfecho.

—Su amigo Daoming Si se está recuperando rápido—le dio unas indicaciones a la enfermera la cual asintió con la cabeza—Aún así me gustaría tenerlo en revisión un par de días más.

—Entiendo—no pudo evitar mirar a su amigo en la camilla, respiraba tranquilo hasta el color le había devuelto—Gracias por sus cuidados.

—No hace tanta formalidad—la paro con una mano antes de inclinarse de nuevo—Tus amigos tienen suerte de tenerte, no te olvides.

Abandonó la habitación junto a la enfermera, Hyun lo siguió después de sonreírle de nuevo dejándola con Si.

¿Que tanto le había contado sobre ella?

La noche había caído al igual que ella después de un rato que había oscurecido, sin darse cuenta si quiera de que su amigo se había despertado a mitad de la noche, coincidiendo las guardias del personal.

—Le diré a las enfermeras que te apliquen más suero junto con tu medicamento—dijo el doctor al verlo sentado en la camilla sin apartar su vista del sofá en donde yacía dormida la pelinegra—Tienes suerte.

—¿Qué?—sacudió levemente la cabeza enfocando su mirada al médico—Tú...¿Como te atreves a venir?

—Trabajo aquí—respondió sin mirarlo, suspiro.

—No tienes vergüenza—dijo altanero ignorando por completo la poca paciencia del doctor—Dian debe de estar pasándola mal.

—No tienes ningúna idea de todo lo que tiene que dejar de lado y hacer por ustedes, en especial por ti Daoming—frunció el ceño, recordó aquella plática en la azotea—Si no cuidas tu estrella, te pueden robar tu deseo.

—Deja de decir tonterías—resoplo sin entender a lo que se refería.

Negó con la cabeza terminando de escribir en la tablilla dejándola en la cama, se cercioro que la matriarca estuviese dormida.

—Nuestra ruptura no fue por problemas entre ambos, te daré una pista—cruzó los brazos claramente molesto—No es coincidencia que después su compromiso fuera cancelado, y ahora que estas en problemas todos los medios enloquecen porque volvieron.

—Te escudas como un cobarde—sonrió con sorna.

—Mira quién lo dice—ambos fruncieron el ceño en una batalla de miradas en el que siquiera parpadeaban—Cuando te metes en problemas ¿Quién es la que te rescata? Lo poco que me contó Dianthe sobre ustedes fue suficiente para saber que ella ha vivido no sólo por lo que le dictaron sus padres si no para estar allí para ustedes.

Salió de la habitación dejando al pelinegro con las palabras en la boca, resoplo por todo lo que había dicho el Señor Perfecto, como solía apodarlo, volteo hacia su izquierda dándose cuenta de lo cansada que se encontraba su amiga.

Siempre la recordaba moviéndose de un lado a otro, siempre dando un paso adelante y actuando. Jamás la había visto parar por ningún momento ni siquiera en el funeral de su hermano mayor, ni siquiera después de una ruptura mucho menos cuando quería disimular todo lo que vivía en su casa gracias a sus padres.

Empezó a recordar desde que se conocieron la como habían crecido ambos casi a la par sin embargo era cierto aunque no le gustara lo que dijo el Doctor Baek, siempre estaba protegiendolo incluso de su propia madre a la que no podía siquiera enfrentar.

—Lo siento—susurro admirando las facciones que eran reflejadas por la poca luz de la habitación.

Siempre había sido ella.

DIANTHE (SEGUNDO ACTO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora