Caminos

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Narra: Nicol.

La vida se trata de caminar un camino. Todos los caminos son diferentes, en algunos caminos suelen haber muchas curvas, y en otros. Que suele ser más liviano el viaje.

Pase tanto tiempo en preparar mi camino. Que olvide por completo las enormes curvas que nos da la vida, no es fácil. Nadie ha dicho que lo sea, pero el punto aquí es poder esquivar esas curvas con fuerza y presicion. Ya que en el camino de tu vida, nadie va a detenerse para ayudarte.

-Hola Hola-digo con felicidad.

El dolor en mi pecho aún sigue doliendo. Pero no puedo arruinar mi vida sólo por algo que hizo la vida misma.

-Valla. Veo que alguien despertó de un bien humor-me dice sonriente mi padrastro.

Ósea, el padre de nico.

-¿Acaso se puede saber la razón?.

-Si. Volveré a la Universidad-escupo sin más.

Mi madre sólo me observa con orgullo. Soy su única hija, y lo que menos que deseo es decepcionarla.

Así que no me rendire tan facilmente. No lo are.

Narra: Nicolas.

Yo hablo la puerta sin tocar, nunca imaginé ver a Joel besándose desenfrenadamente con Candelaria. Yo cierro la puerta automáticamente.

Mi cerebro intenta procesar lo que acabo de presenciar, nunca imaginé que Joel y Candelaria estuvieran juntos. Yo guardo mis manos en la chaqueta para así caminar asia los bastidores.

-Nico.

El corre asia mi.

-Necesitaba hablar con tigo. Lo que viste...-ni siquiera lo dejo terminar.

- No tienes que explicarme nada. Felicidades-le digo sonriente y realmente feliz por ellos.

-Gracias. Cande ni quiere que Nicol se enteré, por lo menos no aún-me explica.

- No tienes de que preocuparte. Soy una tumba-le digo con una pequeña sonrisa.

-Gracias.

El me da un fuerte abrazo.

-Por cierto. ¿Acaso sabes cuando volvera Nicol?. Cande la ha estando llamando y enviando mensajes, pero no le contesta. ¿Acaso le ocurrió nada?.

- No tienen de que preocuparse. Esta bien, está en casa de mi padre y su madre. Digamos que necesita tiempo para pensar un par de cosas-le explico.

Realmente no sabía lo que quería hacer. No había hablado con ella desde hace dos semanas, así que no me tocaba de otra que llamar en la mañana, por la tarde y la noche a mi padre. Ha saber como estaba.

-Entiendo. De nuevo gracias por no decir nada-me agradece por segunda vez.

-No es nada. Para eso son los amigos.

Más que hermanastrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora