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Zadirex: en busca de lo perdido

Inicio de la ensoñación

Capitulo 1

Tranquilidad y armonía se podía sentir en la pequeña habitación de una cabaña, mientras atravesaban un duro y frío invierno, una joven madre y su pequeña se arre costaban en una cama, mientras la mayor le contaba historias para dormir.

-Hasta aquí...- dijo la joven madre mientras cerraba el libro indicando a la pequeña que era hora de dormir.

-¡Mami!- llamó la niña con una mirada de duda y curiosidad, a la que su madre temía y adoraba.

La joven mujer, soltó un pequeño suspiro y con una sutil sonrisa, negaba ligeramente con la cabeza.

-¿Qué sucede?- le preguntó con dulce voz.

-¿Ellos...- pregunto mientras balbuceaba.

-¿Ellos existen?- señalo el libro que su madre hasta hace solo segundos leía.

La madre al ver lo que señalaba su pequeña, entendió que se refería a los seres que aparecían en la historia.

-Sí cariño, son reales. Son todos reales. Duendes, traviesos y divertidos. Hadas, aunque lindas son recelosas y traicioneras. Cambia formas, fuertes y audaces....

La mujer hacía divertidas muecas referentes a lo que decía, captando la mirada de admiración de su pequeña por saber tanto de estas extrañas criaturas que vivían en los libros.

Pero solo bastó un segundo para cambiar por completo la divertida descripción de su madre.

-Mami y los demonios... ¿Cómo son?- preguntó la pequeña con gran emoción combinada con miedo debido a lo que contaban sus historias. Hubo un momento de vacilación en el rostro de la mujer, pero tomando una actitud seria respondió más para sí en un balbuceo que solo ella comprendió.

-Despiadados...- respondió, con un destello de temor latente en sus mirar.

-Mami ¿qué dijiste?- preguntó la niña abalanzándose hacia el cuello de su madre y rodeándolo con sus pequeños y regordetes bracitos.

-Ya es hora de dormir. Si tu papá te ve despierta, ambas seremos sermoneadas. ¿Quieres eso?- le recordó la mayor con una linda sonrisa, la niña por su parte negó enérgicamente con la cabeza, y algo triste por alejarse de los brazos de su madre.

Le plantó con calidez un beso en su mejilla y se despidió:

-Mami descansa- resonó su voz lechosa.

La madre la abrigo y le devolvió un beso en la frente a la menor.

-Hasta mañana Yami.

La hermosa mujer dejó la habitación dirigiéndose a una ventana abierta por la cual se filtraba el frío embriagador del invierno, acompañada una hermosa luna llena, que resplandecía como perla sobre todo el paisaje.

Se detuvo a observar al hermoso pero melancólico paisaje, entre su ropa busco un colgante en forma de lágrima y lo extendió en dirección a la luz blanca de la luna. Para revelar lo que parecía una pequeña llama azulada que ardía con fuerza dentro del colgante.

Esa noche, algo que había procurado olvidar y dejar en las profundidades de mi ser, apareció de nuevo.

Esas palabras.

Fueron esas palabras que resuenan en mi mente con claridad.

-¿Sabes por qué eres tan compasiva?- Nuevamente no supe que decir.

Zadirex: en busca de lo perdido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora