💫○Luces en el vagón○💫

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El cielo nocturno cubre los alrededores de un ambiente calmo; el movimiento de los autos, el viento soplando fuertemente contra los cubiertos oídos, y el repiqueteo de sus pies contra el pavimento de la estación de tren adorna la melodía silencios...

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El cielo nocturno cubre los alrededores de un ambiente calmo; el movimiento de los autos, el viento soplando fuertemente contra los cubiertos oídos, y el repiqueteo de sus pies contra el pavimento de la estación de tren adorna la melodía silenciosa de la tranquila ciudad; en sus manos posee un libro ya cerrado, había estado trabajando en algunos resúmenes escolares en mitad de la calle, aun a pesar de la nieve y el cielo nublado, pues la temperatura rozaba los cero grados. Disfruta de las vistas, de los copos blancos marchando el suelo del puro color casi transparente.

Los cabellos puntiagudos de nuestro joven protagonista, Gon Freecss, bailan al son de los vientos, su piel morena está cubierta en gran parte por gruesas capas de ropa invernal mullida y de su característico color verde, manos y orejas incluidas.

El joven moreno espera con impaciencia el tren hace aproximadamente 30 minutos, con la estación vacía a excepción de unos pocos individuos, como una señora de cabellos vio-lacios que bebía de un vaso térmico tan llamativo como el color de su pelo; la visión le hace fruncir las cejas y los labios en un "puchero" infantil, a pesar de ya tener 18 años y estar, además, en su último año del secundario.

—"Cuando llegue al departamento me haré muchos litros de leche con chocolate caliente"— Relaja la expresión mientras imagina a su bella taza con forma de rana, humeante de leche chocolatosa.

La alarma del tren lo hizo salir de su ensoñación, —¡Por fin llegó!— Exclamó feliz mientras saltaba fuera del banco, se acerca al andén mientras guarda el libro en la mochila.

Al entrar en el tren nota que su vagón está vacío completamente, ya que para su mala suerte había subido a la zona de las bicicletas, terminó, luego de un suspiro, sentándose en una de las esquinas del mismo, incomodo pero silencioso. Abrazó la mochila entre sus piernas y prefirió esperar de esa forma, después de todo, su viaje duraba un oscilado de 2 horas.

Con el paso de los minutos se fue haciendo cada vez más hacia la pared, el sueño lo carcomía por dentro y fuera, hasta que en un reflejo casi luminoso divisó una cabellera blanca que lo sacó de su estado somnoliento.

—"Jeje, parece una nube"— Pensó Gon mientras seguía observando el esponjoso cabello, el dueño del mismo se había casi tirado contra las separaciones metálicas del vagón, el contraste con lo oscuro de sus ropas le llamó la atención, no aparentaba ser un transeúnte más. —"¿No es muy alto?, ¿O acaso yo soy muy bajo?"— Se preguntó al ver el largo de las piernas estiradas, las luces centelleantes del vagón le hacían tener dificultades para enfocar la mirada, resueltas sus incógnitas le sacó la lengua al desconocido que parecía ignorar su presencia en esos más de 4 metros separadores.

—"Definitivamente creceré mucho y muy rápido, eso sería de ayuda"— Gon desvío la mirada con un poco de enfado, al hacerlo, un pequeño destello azul se cruzó con su mirada, se siente observado y no sabe descifrar las intenciones de tan cargada presencia.

—¿Qué miras enano?— Le preguntó el desconocido de golpe, la severa voz le hizo saltar los hombros, aunque de inmediato le devolvió la mirada, algo enojado por el apodo burlesco.

Un gato en el vagónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora