💫○¿El final de las pesadillas?○💫

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"Deja de sonreír, no es una situación para hacerlo"

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"Deja de sonreír, no es una situación para hacerlo"

Sus manos le sostenían el cuello con demencial fuerza, le apretujaban la piel hasta casi deformarla; temblaba, quería detenerse de inmediato, pero su cuerpo no responde a sus ordenes. Está atado a otros ojos, a una bestia que no solo se limitaba a dañar a su victima, parecía ansioso por destrozarlo, romperlo y luego jugar con aquellas piezas que podrían sobrevivir. 

—Aunque te guste negarlo, algo muy profundo dentro de ti quiere matarlo, quiere hacer que experimente aquellas atrocidades que nuestras manos pueden provocar—

Su mente era una tortura sin sentido, un espacio gigantesco donde no habia suelo o techo, habia estelas luminosas que lo cegaban al intentar apartar la mirada, quería alejarse de los esperanzados ojos dorados que le regalaban un respiro inmerecido, ¿Cómo alguien podría sonreír tan dulcemente en un momento como ese?. Los colmillos le comienzan a picar, quiere morder hasta destrozar la carne canela, quiere escucharlo gritar de dolor, saber si incluso así sería capaz de seguir queriendolo como parecía estar haciéndolo ahora.

"Gon, por favor para... yo, yo no se como detenerlo"

Cada vez que lograba alejarse mínimamente del joven frente a él, su cuerpo volvía cual resorte hacia él, lo tomaba de donde podía y lo dejaba indefenso. Existen tantas formas de torturar, de morir, ¿Cuantas veces habia ya descargado toda su frustración en el cuerpo del que consideraba su mejor amigo?, ¿Acaso esa pesadilla pensaba seguirlo atormentando?. Ese no era él, la sangre que escurría entre las entrañas de Gon no estaban reflejando el rostro pálido que tantas veces habia tenido que enfrentar.

—No sabes cómo detenerte, esto es el verdadero sentimiento de libertad, tomar lo que quieras entre tus manos y destrozarlo, reconstruirlo—

Poco a poco el rojo de la sangre iba escalando entre sus piernas, atravesando la ropa, la piel, e incluso el cabello albino, ¿Su hermano tenía razón al decir que esto era lo único que necesitaba de las personas?, una víctima interesante a la que estudiar y despedazar, un ser que le permita encontrar sus límites, que lo orille a destruirlos. 

—¿Por qué estas llorando?, miralo, ya esta como nuevo, es tu juguete, tienes la libertad de corromperlo de las formas que más gustes—

Gon, o al menos aquel espejismo de él, estaba sentado frente suyo otra vez, esperando con los brazos abiertos a que las garras de Killua le atraviesen la piel. Se negó, haciendo un sobreesfuerzo para mirar hacia otro lado, ignorando los acercamientos, los roces, no puede mirar aquellos ojos dorados que poco a poco se iban bañando de una tonalidad oscura. Una forma que traspasa su espalda se acerca a ese espejismo de cabellos picudos. Puede reconocer su cuerpo en la maldición que ahora carga con Gon, lo aleja de él.

Un gato en el vagónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora