💫○Con sabor a felicidad○💫

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El sol seguía mostrándose, no hay nubes que den una sombra clara en los caminos, Kurapika estaba sentado en la puerta del hospital con el teléfono en su oído, platicando calmadamente con la maestra de confianza de la escuela de Pairo, Gon estaba j...

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El sol seguía mostrándose, no hay nubes que den una sombra clara en los caminos, Kurapika estaba sentado en la puerta del hospital con el teléfono en su oído, platicando calmadamente con la maestra de confianza de la escuela de Pairo, Gon estaba junto a él, platicando por mensaje con Leorio, una forma de mantener a ambos adultos en contacto sin problemas de por medio.

—Descuida Kurapika, conozco a Leorio también, iré ahora mismo a preparar los papeles para que lo pueda retirar— Habla la calmada mujer del otro lado de la linea mientras observa un cuadro en el pasillo.

—Lo sé, lo sé, es que no puedo evitar preocuparme, ¿Necesitas que firme algo?, estoy un poco lejos pero puedo moverme— Kurapika mantuvo el celular atrapado entre su cabeza y el hombro, atándose el cabello tras su cabeza en una coleta alta, dejando que el flequillo le adorne la frente.

—Kurapika por los santos... te acaban de dar de alta— La mujer se rasca la mejilla por ello, conocía al hombre perfectamente, —De todas formas aquí ya conocemos a Leorio, es difícil olvidarlo jeje— La mujer de baja estatura ríe dulcemente al recordar una pequeña anécdota con el médico en su adolescencia y como algunos comportamientos no cambiaban con los años.

—Está bien, avísame cuando el cabeza hueca llegue a buscar a Pairo, juro que te lo pagaré en cuanto pueda Senritsu— Kurapika vio que Gon miraba el teléfono, escuchando la conversación sin la necesidad de estar cerca del mismo, con una sonrisa dijo —Espero conocerla algún día, su voz es muy bonita— Terminó la frase con una sonrisa contagiosa.

—Oye Senritsu, tengo aquí un... amigo, dice que le encantaría conocerte ¡Oh!, también dice que tienes una voz bonita, parece tener buen oído— Gon se rascó la nuca al oírlo, con algo de nervios al oír perfectamente la risa del otro lado del timbre, Kurapika lo observaba, un oído y reflejos super desarrollados, era interesante.

—Entonces, cuando mi amigo rubio "tengo mucho que hacer y poco tiempo con el que hacerlo" pueda respirar, podríamos juntarnos todos en un parque...— Senritsu se quedó callada pensando, —Gon, su nombre es Gon— Contesta Kurapika sonriendo.

El nombrado sonrió muy ampliamente, al volver la vista a su propio teléfono le llegó una notificación de mensaje del contacto de Killua.

"Nos vemos esta noche Gon, llevaré algún pastel de fruta para que no te dé diabetes". Leyó el mensaje en voz alta, definitivamente el albino habia aprendido mucho de él y viceversa, cuando Kurapika cortó la llamada ambos se levantaron del escalón en el que descansaban y caminaron hacia la estación de tren.

—Me pregunto si alcanzara esto para que todos podamos comer— Gon miró el contenido de sus bolsas y comenzaba a dudar de ello, el hombre a su lado sonrió y sacó el teléfono de su bolsillo, revisando en el mapa de la ciudad un supermercado cercano para poder ir de compras, traía dinero en la billetera y sentía que le debía algo al moreno por sus supuestas molestias.

—A 5 cuadras hay un supermercado donde podemos ir a comprar, no te preocupes por el dinero, yo puedo pagar lo necesario— Inmediatamente recibió una negativa de su acompañante, algo que Gon no sabe, es que Kurapika puede ser tan testarudo como él, —No, no, esta vez compraré lo que falta, nosotros nos invitamos a último momento y no debes pagar por ello, así que no te preocupes Gon— El moreno estaba dispuesto a seguir discutiendo, pero el hombre ya se habia puesto a seguir el camino que el mapa le indicaba.

Un gato en el vagónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora