💫○Compañerismo con gusto a sal -Parte 1-○💫

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—Cuando vuelva nos iremos, Alluka ayuda a Gon a guardar las cosas— 

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—Cuando vuelva nos iremos, Alluka ayuda a Gon a guardar las cosas— 

Habían pasado unos pocos días, ése fin de semana, cuando las 5 de la tarde tocaron al bello cielo despejado los integrantes de la pequeña familia iban de un lado a otro buscando, limpiando y guardando lo necesario para la salida que los esperaba. La más joven colocaba delicadamente unos pastelitos, con decoraciones personalizadas, dentro de su respectiva cajita, evitando que la crema, las chispas y el chocolate se desparramen de su lugar. El mayor de los 3 habia salido a comprar las últimas cosas necesarias, gaseosas, jugos, bebidas energizantes y por supuesto, un poco de su amado chocolate embolsado en una cajita con forma de robot. Gon es el que está encargado de guardar las bolsas de comida en mochilas, ordenar el cuarto para dejarlo estable por si debían volver en la madrugada y claro, cuidar que Alluka no se lastime.

La emoción es palpable, una vez la caja de postres estuvo cerrada, Alluka corrió hasta el cuarto, pasando por al lado del moreno, sin prestarle atención.

—¡Nanika!, ¿Que debería llevar?, hace calor así que... ¿Un vestido o una remera y un short?— Llamó con emoción al aire y al mirarse en el reflejo de la ventana le sonrió al rostro de su maldición, —Me gusta esa remera— Señala el ente a una camiseta de tirantes con algunos estampados florales y pequeños volados en el borde, —¿Hoy podré presentarme frente a Pairo?— Pregunta mientras ve a la niña desvestirse rápidamente, —Shh, ni mi hermano ni Gon lo saben, es nuestro secreto... aunque Pairo no podría verte, ¿Tenemos una voz similar?— Se ata los cordones mientras sigue mirando a la ventana, o bueno, a su reflejo que permitía notar al ente a su lado, sentada en la cama.

Nadie más que ella debería poder verla.

—No, no la tienen, Nanika tiene una voz un poco más ¿Fuerte?, no creo que sea la mejor definición— Gon pasa al cuarto cuando sus tareas habían terminado, debía cambiarse también, ya que según el mensaje del albino, su camino de ida habia terminado. El Freecss saluda a Nanika, mirando también el reflejo en la ventana, —¿Puedes ver a Nanika?— Ambas se habían quedado sorprendidas, eso no era normal... ni siquiera el Zoldyck podía ver a Nanika en algo tan sencillo como un reflejo.

—¿Eh?, ah, si, si puedo...— El sonido de las llaves abriendo la puerta interrumpió el extraño momento, —Alluka, ve a ayudar a Killua, yo me cambio y salgo— La niña obedeció un segundo despues del pequeño saludo de despedida de Nanika y Gon.

El albino abrió la puerta y llevó todas las bolsas de compra a la cocina, viendo la mochila preparada en el piso, junto a las cajas individuales de los postres sobre la mesada, —Quedaron preciosos Alluka— La elogió mientras sacaba la mercadería, en el rostro de su hermana vio duda y eso lo descolocó, —¿Sucede algo?—

La niña miró la ventana del living-comedor, allí la silueta de Nanika volvió a reflejarse, —¿Puedes verla?, ¿Puedes ver a Nanika?— Le pregunta de forma atropellada y el albino niega con la cabeza lentamente, ella suspira, —Gon si puede...— Le confiesa, rascándose las manos.

Un gato en el vagónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora