_"Nacieron en un agujero abandonado de la humanidad, Ciudad Meteoro crió a la mayoría de ellos entre basura y escombros, cualquiera en esas condiciones moriría o nunca podría escapar, pero ellos se unieron y aquí están, siendo uno de los grupos criminales más reconocidos del bajo mundo"_
La oscuridad es invisible al ojo debido a los colores extravagantes del gigantesco recinto en el que se encuentran, donde el supuesto vidrio de colores de la cúpula solo refleja los tonos cálidos de los candelabros, de las joyas. Junto a su pequeño grupo esperan, cerca de una de las escaleras caracol que adornan la gigantesca sala. Habían pasado al menos unas 10 personas antes que ellos, otras 20 después, de rostros y peinados similares, con trajes pulcros y negros, falsas sonrisas y susurros cómplices.
_"Al parecer su líder siempre poseyó ese extraño gusto por coleccionar y aprender de su entorno al milímetro, no se sabe mucho de él, pero hay personas que recuerdan haberlo visto robando libros antiguos en bibliotecas cuando era mucho más joven, nadie supo decirme porque comenzó con esta necesidad de expropiar los bienes de los demás, pero estoy segura de que tú y yo si lo podemos percibir, sólo son desvaríos míos, pero si yo naciera en la miseria, en la mismísima nada, como un fantasma que no cuenta ni como un número en una encuesta, tampoco tendría problemas en devolverle el favor al mundo"_
Suena un piano, casi opacado por las voces de los más incautos, violines, trompetas, su compañera de baja estatura sigue el ritmo inconscientemente con los dedos, está nerviosa. Los ojos grises viajan por el comedor, donde las largas mesas exentas de alimentos se ven ordenadas para cada una de las familias que ahora esperan, algunos con paciencia y otros casi mordiéndose las uñas, a que el espectáculo comience.
De la escalera caracol baja su joven jefa, en un vestido simple para ella, blanco, una inocencia falsa. Sus demás camaradas la siguen por la espalda, resguardando sus pasos que llaman la atención por el fuerte ruido de los tacos cuadrados. La siguen, escuchando parcialmente de lo que habla, temas ya tocados en diversas ocasiones, tal vez ahora como una amenaza, —Hoy es la gran primera noche, no hay mucho que me interese, pero quiero mirar y charlar con algunas de las personas de aquí, conocer a mis contrincantes— El rubio mira su reloj, la noche recién estaba desapareciendo para dejar paso a la madrugada, aunque el sol no se dignaría a salir hasta mínimo unas cuantas horas más.
_"Algunos de ellos murieron, no se sabe el número exacto de cuantos, pero esto demuestra que no son invencibles, según la filosofía de esta organización, si uno de los miembros es asesinado, el autor del acto tendrá el derecho de integrarse a La Araña como miembro oficial, aunque, según lo que parece, en caso de que lo hagas solo por venganza o temas fuera de la intención de convertirse en un miembro, los pensamientos se verán revueltos, algunos afirman que matan a ese individuo de formas inhumanas"_
Horas atrás habia dejado a otra parte de su grupo custodiando las salidas, los techos y por supuesto, las calles aledañas, con Pairo cerca jamás se atrevería a no ser precavido, aunque si lo pensaba bien, no podía recordar la ultima vez que habia sido tan blando con sus decisiones, solo fue necesario un pequeño levantamiento de voz algo autoritario del pequeño Kurta para que el mayor decidiera no seguir discutiendo, torciendo el brazo con mucha más facilidad de la que nunca lo hizo, cosa que también extrañó al médico que se había quedado callado para no "molestar".
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Un gato en el vagón
Fanfiction-"Reedición de una historia propia"- -Nacido por el bosque y el mar, se encontrará ahora otra alma que como la suya, parece "Maldecida" por la vida. Extraños con experiencias completamente contrarias que lograran crear un lazo irrompible en el lugar...