💫○Te quiero○💫

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Había sido un rotundo éxito, los amigos festejan desde ambos lados del teléfono y aunque le encantaría incluir a Kurapika en la celebración, sabe que no sería del todo apropiado, pues el rubio aun debía encargarse de firmar sus papeles, validarlos...

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Había sido un rotundo éxito, los amigos festejan desde ambos lados del teléfono y aunque le encantaría incluir a Kurapika en la celebración, sabe que no sería del todo apropiado, pues el rubio aun debía encargarse de firmar sus papeles, validarlos para poder viajar, además de su certificado para no ser despedido del trabajo, tantas cosas que hacer.

—"Recibir un saludo no le hará daño"— Se convenció a sí mismo, callando a sus amigos para darle una cálida sorpresa al cansado rubio que no paraba de escribir en su computadora, se le acercó de frente, para no incomodar, algo nervioso de ese ceño fruncido hacia adentro, las manos le temblaron justo donde mantiene el teléfono, obligándose a pasar saliva para evitar el tartamudeo.

Pero la inesperada y feliz voz de Gon lo sacó totalmente de los papeles.

—¡¿Kurapika está ahí?!— Llamó con emoción, llevaba varios días sin verlo y lo considera un gran amigo, además de que sea un poco despistado no quería decir que no se preocupe por su bienestar, las risas de Alluka son acompañados de los reproches de Killua.

—¿Chicos?— Llamó de pronto, levantando la cabeza de la pantalla, mirando a un nervioso Leorio que quería que la tierra se lo tragara, el rubio le sonrió, palmeándole un lugar en su larga silla de escritorio, el moreno prácticamente se lanzó, muy feliz de recibir el lugar, presionó un botón, el pedido de videollamada para los que estaban del otro lado de la linea.

En la pantalla del no muy grande móvil se vio la cara de Alluka primero que nada, que se acercó corriendo a los jóvenes adultos para sentarse en el regazo de su hermano mientras apuntaba a ambos con una sonrisa, Gon apareció por detrás y los saludó, apoyándose en el hombro del albino, moviendo sus manos con euforia de reconocer a un cansado Kurapika que les sonreía con dulzura.

—Que bueno es verlos a todos...— Dice Kurapika, acomodándose para no mirar la pantalla de reojo, su corazón le pedía quedarse mirando a sus amigos, esperanzado de que esto le devuelva la alegría al rostro.

—¿Bromeas?, llevamos días sin saber de tu existencia, saber que aun estas entre nosotros en un gran alivio— Killua no es tan sutil, se habia preocupado también, la falta de ambos adultos y su vida acomodándose muy lenta y caóticamente lo pone aún más nervioso, como un niño que recién ahora está aprendiendo a caminar por el mundo.

—¡Hermano!— Le regaña Alluka, apuntando a ella con la cámara, —Se te ve muy cansado... ¿Esta todo bien?— Preguntó algo preocupada, el rubio no supo muy bien qué responder, la verdad sería tal vez demasiado dura para una niña, así que respondió con los sentimientos que lo invaden en ese instante.

—Ahora estoy mucho mejor Alluka, creo que son ustedes los que deberían comenzar a hablar...— El tono pícaro que les envió confundió a Alluka y a Gon, pero Killua lo comprendió al instante, sonrojándose por las ideas que podrían habérsele generado en la cabeza al rubio, levantó el dispositivo para responder.

Un gato en el vagónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora