Capítulo Dieciséis

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-Tengo que llevar tres, ¿cuales crees tu? —le preguntó a la morena.

—¿Quieres que los elija yo?

—Si, tu opinión es muy importante para mí —le contestó ella. Juliana se acercó a los cuadros que tenía enfrente.

—Mmm... —pensó y mientras lo hacía colocaba su mano en su mentón, la castaña sonrió al verla —Esos dos paisajes y el de la mujer —los señaló.

—Sabía que tenías un buen ojo para la pintura —le dijo, se acercó y separo los que iba a llevarse.

—¿Quien es la mujer de blanco? —preguntó la morena curiosa.

—Mi madre —le contestó ella.

—Entonces sería mejor que te quedaras y elijo otro —le dijo la morena.

—Esta bien así —le dijo la castaña —Cuándo lo hice pensaba en ella. Esta mujer para mí es mi madre, pero para otros solo será una simple mujer de blanco cuando la vean y si alguna persona la compra vera a una madre también, a una hermana, o no se, todo dependerá de la mirada del espectador —la morena sonreía al oír a la castaña. Para algunas personas esas palabras de la castaña no tendrían ningún sentido ya que no entenderían la mente de un pintor, solo algunos podrían, entre ellos estaba la morena.

Había pasado un mes desde la declaración de amor de la castaña a la morena. De Valentina terminando con Andrés, de este último no supo mucho, lo poco que sabía es que seguía con el trato de casarse que le propuso su padre.

Ese mes todo iba muy bien con las dos, Juliana le contó a Anastasia y ella le dijo un típico "te lo dije", además habían terminado sus mini vacaciones y volvió a trabajar, por otra parte, Valentina había recibido una invitación a presentar sus pinturas en una reconocida galería en la ciudad, debía llevar tres pinturas, su escuela de arte la había recomendado anteriormente, estaba realmente feliz.

—¿Los tienes que llevar hoy? —le preguntó la morena mientras desayunaban.

—Así es, en dos horas más debo ir.

—¿Quieres que te lleve?

—Me encantaría —le contestó la castaña. Las dos terminaron de desayunar.

La morena estaba en el taller mientras llegaba el momento de dejar a la castaña a la galería.

La morena distraída no se dio cuenta que Valentina la miraba desde la puerta, al levantarse y girarse la vio y le sonrió.

—Hola.

—Hola —la saludo la castaña sonriendo.

—¿Ya te tienes que ir?

—No, aun queda tiempo —le contestó ella, entro y camino hacia la morena, esta última no dejaba de mirar como se acercaba, le latía muy rápido el corazón, se detuvo frente a ella —¿Estas nerviosa?

—Eh...si, un poco nerviosa —le contestó mientras miraba sus ojos y luego bajaba a sus labios.

—¿Quieres besarme? —le preguntó con una sonrisa pícara.

—Y-yo... —trago un poco de saliva, la castaña sonreí encontraba tierno los nervios de la morena.

—Hazlo —le dijo, la morena la miró sorprendida, eso también le parecía tierno, a pesar de haberle confesado sus sentimientos la morena seguía siendo respetuosa con ella.

—¿Puedo?

—Juls... —soltó una carcajada —No tienes que preguntarme si puedes o no, solo tienes que hacerlo —le contestó con una sonrisa y acariciando su rostro —¿Bien? —la morena la miraba embobada y solo asintió, tomó su mejilla y la acercó dándole un beso apasionado, fue tanto que al separarse por unos segundos dejó sin aliento a la castaña quien de inmediato tomó su rostro y beso a la morena con la misma intensidad.

Amor Incondicional (one shot) [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora