Capítulo Veintidos

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La morena ya despierta se había quedado contemplando el cuerpo desnudo de la castaña que dormía abrazada a ella, delineo con sus dedos el perfil de su rostro, bajando por su cuello hasta llegar a su cadera, ahí bajo y acaricio su vientre, la morena también tenía la duda de que si los mellizos eran suyos, pero al contrario de Valentina no tenía miedo ni le daría tristeza si llegarán de ser de Andrés, como ella ya me había dicho los iba a criar como suyos porque los amaba tanto como amaba a la castaña.

Juliana bajo al primer piso en dirección a la cocina, era bastante grande, incluso más que la de sus padres, se dio cuenta que estaba la abuela de Valentina y su primo.

-Buenos días, Juliana —la saludo la mujer al verla.

—Buenos días —le dijo a los dos.

—¿En que te puedo ayudar?

—Quería prepararle el desayuno a Val —le contesto ella.

—Por supuesto —le dijo —Ven, ayúdame a prepararlo —la morena con una sonrisa se acercó.

...

La castaña comenzó a estirarse en la cama, aun con los ojos cerrados con su mano tocó el otro lado de su cama y tocar a la morena pero abrió los ojos al darse cuenta que no había nadie a su lado, se sentó y observo todo su antiguo cuarto, la puerta se abrió y al ver que entraba la morena con una bandeja sonrió.

—Tu abuela me ayudó a prepararlo —me dijo al dejar la bandeja sobre la cama, la morena se sentó al lado de ella.

—Es bastante, pero se ve todo muy rico —tomo una tostada y con un cuchara la cubrió con mermelada de fresas.

—¿Como te sientes? —le pregunto la morena.

—Mucho mejor —le contesto —Más segura con mi familia y contigo —las dos sonrieron, la morena noto que en la comisura de los labios de la castaña había quedado un poco de mermelada, tomó su rostro y se lo quito con un beso, fue tan suave que el interior de la castaña se había encendido y movió un poco el rostro para poder besarla, fue un beso corto pero intenso —Será...será mejor comer —le sugirió la castaña, la morena asintió.

Al terminar la morena se llevó la bandeja y volvió rápidamente a la habitación, cerró la puerta y se acostó a su lado, se miraron unos segundos y la castaña se quito la blusa que se había puesto, la morena hizo lo mismo con lo que se había puesto, Valentina con una de sus manos tomó la nuca de la morena y la acercó para darle un apasionado beso, la morena se coloco sobre ella sin perder el contacto de sus labios.

—¿Vas a ir a trabajar hoy? —le pregunto la castaña mientras jugaba con el cabello de la morena.

—Tengo que arreglar algunas prendas —le contesto —¿Quieres que me quede aquí contigo? —le pregunto, se giro un poco para mirarla con una sonrisa traviesa.

—Eh...me gustaría estar así todo el día contigo, pero si tienes que ir, ve —le contesto ella.

La morena se movió par cambiar de posición y estar al lado de la castaña.

—No tengo que hacer mucho, voy y vuelvo ¿bueno? —le sonrió.

—Bueno —le sonrió también la castaña dándole después un corto beso.

—Bien, entonces iré a bañarme —la morena se levantó de la cama, pero se detuvo, dio media vuelta y miró a la castaña —Ahora que recuerdo no trajimos nada de ropa, al menos yo —Valentina sonrió divertida —Tendría que vestirme e ir a casa por ropa limpia.

—¿Y si mejor envío a alguien por un poco de ropa? —le sugirió la castaña.

—No, yo voy a llamar a alguien para que me traiga —le dijo, tomó su teléfono y marcó.

Amor Incondicional (one shot) [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora