Capitulo Veintiuno

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Juliana se bajo del auto junto con un ramo de rosas rojas y una caja de chocolates, se acercó a la casa y abrió la puerta, sabía que Valentina había llegado ya que las luces estaban encendidas.

-Val, ya llegue —dijo al cerrar la puerta —¿Val, amor? —colgó las llaves y se dirigió a la cocina pero no había nadie, siguió caminado y al llegar a la entrada de la habitación la vio de espalda, sonrió —Val —la llamo, esta no se giro —¿Aun estas molesta por lo sucedido en la tienda? —le pregunto, ninguna respuesta —Si lo estas te prometo que desde mañana doy el aviso que ya no haré más prendas personalizadas, bueno, solo a los famosos —le decía.

—No estoy molesta, Juls —habló por fin.

—¿Entonces porque no me miras? —le pregunto, no le dijo nada, la morena se acercó un poco más —Mira, te traje este ramo de rosas y estos chocolates, me dijeron que eran muy buenos —le dijo al estar frente a ella, la castaña levantó la cabeza y dejó que la morena la viera y esta se preocupo al ver que sus ojos estaban rojos y humedecidos —¿Qué sucede, Val? —dejó el ramo y la caja de chocolate sobre la cama —¿Porque estabas llorando? —tomó su rostro con delicadeza —¿Le pasó algo a los bebés? —ella negó —¿Entonces que sucede, Val? Háblame, necesito que me digas lo que te pasa.

—Andrés...me amenazó —le contesto.

—¿Qué?

—Lo vi hoy en el centro comercial, me dijo que sino te dejaba te haría daño, que no iba a permitir que un mons...que tu te quedaras conmigo con sus "hijos" —le contó.

—Él no hará nada de eso, Val, no te preocupes —le aseguro acaricio su rostro.

—Tu no lo conoces, Juls —le dijo levantándose rápidamente y alejándose de la morena —Él cuando quiere algo lo consigue, sea como sea, lo consigue.

—Le diremos a la policía.

—No nos creerán, no tengo pruebas de sus amenazas, solo son palabras —le dijo la castaña.

—¿Qué quieres hacer, Val? —le pregunto la morena.

—Yo...pienso que lo mejor sería...—miro a la morena.

—Dejarme —le dijo la morena con tristeza.

—No quiero que te haga daño, Juls —le dijo secándose las lágrimas y caminado hasta el closet —Si llegara a lastimarte por mi culpa no me lo perdonaría —saco una maleta, la coloco sobre la cama al lado del ramo de rosas y la caja de chocolate, saco ropa de los cajones pero antes de ponerla en la maleta la morena se la quito.

—¡No! —exclamó, tenía los ojos cristalizados —No te puedes ir, te quedas aquí conmigo.

—Juls, por favor entiende.

—Lo entiendo, Valentina —se sorprendió la castaña al oír su nombre, siempre la llamaba sólo "Val" —Entiendo que podría hacerme, que me lastime, pero el daño físico, eso se sana con el tiempo, el daño emocional no... Si te vas...si te alejas de mi yo...yo no lo soportaría...yo no se que seria de mi...entiendo que el amor no debería ser dependiente...pero lamentablemente dependo de ti...te amo demasiado, Val, no...yo no quiero que te vayas, no quiero perderlos —toco su vientre.

—Juls... —la miro con tristeza, se sentía la peor mujer del mundo por hacerla llorar —Él cree que son sus hijos...y la verdad yo...

—No sabes ¿verdad? —le pregunto, la castaña negó —Yo...yo se que tuvieron su historia y también entiendo lo que te pasa y que estas preocupada de que tal vez sean sus hijos y no mío —decir eso le dolió a la morena, sabía que podía ser una realidad —Pero si quieres podemos ir juntas, podemos hacer un examen y así estar tranquilas...pero se muy dentro de mi —toco su pecho —que son nuestros hijos.

Amor Incondicional (one shot) [Terminada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora