Capítulo 2

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Erick

-Solo...déjalo ahí, no tengo ganas ahora.

-Pero...

-No tengo ganas, ya después lo veré.

-Está bien, voy a ponerlo en la mesa.

El chico de cabellos platinados volteó los ojos con aburrimiento, se había levantado hacía solo media hora, obviamente no podía estar dispuesto a sentarse a mirar un bulto de cartas de sus fans, Erick Brian Colón no podía hacer absolutamente nada sin antes tener un merecido baño de espuma para despertar a su cuerpo, existían cero posibilidades de ejercitar su mente sin que las sales aromáticas trabajaran en su piel y eso Chris lo sabía, lo sabía porque llevaba demasiados años trabajando con él pero era tan fastidioso, siempre apurando a Erick, haciendo que corriera de acá para allá sin haberse despertado correctamente. Se preguntaba por que seguía mateniéndolo consigo, a veces lo odiaba y todo.

-Sería bueno que llamaras a ese tal Zabmiel, así quitas esa cara de amargado que traes.

-Es Zabdiel y no se que tiene que ver aquí, además...no estoy amargado.

-Claro.

-Te odio.

-Lo se, también te odio. Voy a tomar mi baño, no me molestes en la próxima media hora y con respecto a Zabtiel...llámalo.

-¡Es Zabdiel!

-Ese mismo, chao.

Christopher iba a responder, iba a decirle que no tenía idea de lo que estaba hablando pero el idiota de Erick cerró la puerta en su cara impidiendo que cualquier palabra saliera de su boca. Resopló frustrado, el ojiverde era un chico bastante insoportable, engreido, grosero y muchas veces quería golpearlo pero era su amigo, habían sido amigos desde temprana edad y aunque para el resto de las personas que lo conocían, Erick era un auténtico patán, su amistad valía mucho, siempre estaban el uno para el otro y ni la fama alcanzada por el menor ni su carácter difícil habían hecho mella en su relación, él conocía lo que tuvo que pasar su amigo y entendía mejor que nadie su actitud aunque bueno, no quitaba el hecho de que a veces quisiera realmente golpearlo, sobre todo desde que el pequeño descubrió que Chris tenía una particular atracción hacia Zabdiel, el gerente encargado de llevar a cabo la nueva obra documental sobre la vida de Erick.

Por su lado, el ojiverde se encontraba plácidamente sumergido en la tina, sus sales de baño haciendo el trabajo de relajar su cuerpo y aportarle la paz que necesitaba para enfrentarse a un nuevo día. Erick tenía veinte años, era un chico joven que había conocido la fama prematuramente, había aparecido en su primera portada con solo catorce primaveras cumplidas y después de ahí, solo llegaron cientos de sesiones fotográficas, pasarelas en cada país en que se solicitaba su presencia, entrevistas, promociones, videos musicales y toda clase de apariciones en eventos sociales y de moda porque si, Erick tenía la belleza natural necesaria y requerida para alimentar el hambre del público. Era algo así como un prodigio en cuanto a la delicadeza aniñada de sus facciones perfectas.

Pero la fama tiene su precio y tarde o temprano toca pagarlo. Lo supo a los dieciseis, cuando sus padres no soportaron verlo "disfrazado" de puta para una revista, fue un duro golpe y no solo en su rostro, fue un duro golpe a su niñez arrebatada, fue un duro golpe a su autoestima, fue simplemente un duro golpe a su idea de ser famoso y real porque si algo había aprendido en aquel entonces, es que ser real no puede ir de la mano de la fama, no cuando tu propia familia te juzga por salir del clóset. Eso fue lo que Erick hizo, él salió clóset orgullosamente siendo muy joven porque creyó que lo apoyarían, creyó que sería un ejemplo, creyó que ser simplemente él, sería algo importante para sus fans y sus padres pero no, no lo fue y lo único que logró fue una bofetada monumental de parte de su papá y la humillación pública de haber sido acosado por periodistas hasta llegar al punto de divulgar indiscriminadamente cientos de rumores con respecto a su persona, que obviamente eran falsos.

Pero eso pasó hace mucho tiempo, logró reponerse del daño y hoy contaba con una fortuna que ni siquiera contabilizaba, contaba con un equipo gigante de personas que se encagarba de todo en su vida, desde pagar sus cuentas, comprar su comida, ordenar su apartamento hasta ponerle citas programadas con otras modelos y artistas nuevas. Esa era la peor parte porque después del escándalo de años atrás, su management creyó que la mejor opción para limpiar su imagen era volverlo heterosexual ante el ojo público y aunque era realmente una mierda no expresarse tal cual era, al menos había beneficiado su carrera.

Y ahí estaba él, viviendo su vida llena de polémicas basadas en falsas relaciones. Estaba cansado y a veces se preguntaba si valía la pena pero cuando recordaba el mal tiempo que pasó a causa del desprecio de su propia familia, se refugió en lo único que tenía, su fama, su dinero, su preciosa cara, su soledad. ¿Qué más daba fingir un poco? Al final cuando las personas saben la verdad, te apuntan con el dedo y te ponen de blanco de críticas y burlas, así que aunque en un principio costó, con el tiempo se acostumbró a ello, si era feliz o no...nadie tenía por que saberlo.

-¿Quién es ese tal Pimiento?

Se preguntaba a sí mismo mientras envolvía  una toalla roja alrededor de su pequeña cintura. Chris fue quien se encargó de todos los trámites para obtener lo que comenzaría en breve, fue él quien contactó a Zabdiel y su prestigiosa agencia de periodismo para que llegaran a un acuerdo, un acuerdo que incluía seis meses completos de grabaciones y entrevistas casuales para en un final, realizar un pequeño documental de capítulos largos en el que se mostrara el verdadero yo de Erick. En un principio se negó, no se sentía a gusto con exponerse ante el ojo crítico de cualquier periodista de cuarta que estaría constantemente siguiendo sus pasos para encontrarle defectos, no era agradable saber que una persona externa vigilaría sus movimientos y tomaría notas para después transcribirlas cambiando el sentido de sus palabras pero Chris, como siempre logró convencerlo.

Se vistió con un pantalón rasgado que se ajustaba a su cuerpo a la perfección, Erick era perfecto a la vista de cualquier ojo humano funcional, la ropa era solo un complemento sin embargo él no pensaba lo mismo y aunque jamás lo admitiría en voz alta o a cualquier otra persona, muchas veces se sentía inseguro delante de los demás. Se sentía pequeño y minimizado, observado, juzgado y tenía razón, la mayoría de las personas lo veían como un producto, como un objeto de valor elevado sin embargo desechable pero Erick no lo diría, nunca, antes muerto. Así que terminó de alistarse y salió de la habitación para encontrarse con un sonriente Chris, él sabía el motivo de su sonrisa y obviamente aprovecharía la oportunidad para molestarlo.

-¿Si ves que te hacía falta hablar con Zabhiel?

-¡Es Zabdie! Zab...diel y eres insoportable.

diel y eres insoportable

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Behind your eyes ll JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora