Capítulo 17

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Erick

Perdió la batalla en contra de la cordura desde el primer segundo y ahora, completamente desnudo y expuesto ante el total dominio de Joel sobre su cuerpo, Erick no podía hacer más que respirar agitado y temblar como una hoja al viento. La erección del rizado se imponía dura y firme contra su muslo derecho, humedeciendo la piel, eliminando barreras, creando nuevas sensaciones que no sabía ni podía comprender y es que era la primera vez, la primera vez que otra persona llegaba tan lejos con él, la primera vez que permitía que otro ser dominara por completo su su vida porque Erick definitivamente, le estaba entregando la vida.

-Mhm.

El gemido lastimero fue inevitable, vergonzoso pero necesario, el de cabello rizado había hecho algún movimiento extraño que había provocado una abalancha de placer repentino en su cuerpo, un ligero roce fue suiciente para que Erick encorvara su espalda y alzara sus caderas, le  gustaba, realmente le gustaba lo que estaba sientiendo y cuando el mayor repitió ese acto, cuando su virilidad se rozó ingeniosa con la humedad de su entrada, él se murió de miedo, de un miedo que le carcomía las entrañas y avivaba el fuego del dolor permanente sin embargo no detuvo nada, jamás tendría la fuerza requerida para suspender lo que estaban haciendo, lo que Joel le estaba haciendo.

-No te calles.

No supo si fue una orden o un ruego pero sin lugar a dudas, Joel estaba tan metido en el momento que Erick se dejó hacer, dejó que la vida se detuviera por unos minutos y dió rienda suelta a la llamarada de fuego puro que lo envolvía. Disfrutó de las caricias que le regaló a sus piernas, de la forma exquisita en que apretaba sus muslos, dejó que besara su cuello a pesar de saber que quedarían marcas, no le importaba, no le importaba nada ahora, solo quería entregarse, sentir que por primera vez en su vida, alguien lo valoraba porque justo en ese instante, creía que Joel lo estaba valorando y tal vez fue muy ingenuo, tal vez estaba siendo cruelmente engañado por su propia necesidad pero el brillo que habitaba en los ojos del rizado...era real.

Se atrevió a besar sus labios esta vez, fue él quien dió el paso y lamió el inferior del rizado causando que este gruñera bajo y posteriormente devorara su boca sin piedad.
Joel simplemente se adueñó de sus labios de forma posesiva y cruda, como si quisiera dejar en claro que le pertenecía, como si necesitara tomar todo de Erick, como si llevara años deseando poder tenerlo de esta forma y aunque el ojiverde no sabía nada, aunque ni siquiera le pasaba por la mente, Joel si que lo necesitaba, lo había necesitado desesperadamente durante toda la semana y quizás no fueron años de anhelo, quizás bastó poco más de un mes para que su corazón demandara por primera vez en su vida, la desesperante necesidad de tomar absolutamente todo de ese pequeño ser que yacía entregado bajo su cuerpo.

Cuando la lengua del rizado hizo contacto con la piel húmeda y completamente virgen de su entrada, Erick fácilmente pudo gritar tan alto que los vecinos habrían escuchado pero estaba tan perdido en el momento que ni siquiera se percató de la sonrisa de Joel, un Joel que se estrenaba el arte del sexo oral masculino y que lejos de sentirlo extraño o desagradable, encontró un placer inmediato a escuchar los gemidos descontrolados que se escapaban de la boca del ojiverde. Supo que el niño apretó sus rizos entre sus manos cuando succionó fuerte, él gruñó una vez más porque disfrutaba de sentir como se perdía en su boca, como se contraía sin consuelo bajo sus lamidas lujuriosas.

-¡Oh Dios!

Había chillado Erick mientras pataleaba para liberarse, mientras hacía un intento fallido por alejarse y es que el calor bajo su vientre era demasiado, agobiante y exquisito, tan exquisito que no sabía como evitar desmayarse. Joel no lo permitió, agarró de forma firme sus muslos y los abrió para darse paso a seguir su labor, a devorar como animal hambriento a su presa moribunda, los abrió para disfrutar la plenitud de llevar a Erick al orgasmo sin usar nada más que su lengua y sus labios. Lo logró, obvio que lo hizo y cuando ese pequeño se escurrió en un grito lastimero, cuando su esencia se disparó causando que se contrayera irresistiblemente, él...con el ego en las nubes y la lujuria a un nivel jamás antes alcanzado, se intrudujo en su cuerpo sin permitirle recuperarse, sin dejarlo siquiera terminar de expulsar sus fluidos.

-¡Jodida mierda!

Y por lo más sagrado que tuviera en la vida, Joel no podría haber evitado gemir las palabras ni aunque lo obligaran a ello porque el interior del ojiverde era cuanto menos...sublime. Le costó algunos segundos adaptarse porque simplemente era demasiado para él, era la mezcla de todo, de la humedad y calidez estrecha que acogía su longitud como si le perteneciera, de los movimientos aún post orgásmicos que generaba el cuerpo debajo suyo, de los sollozos perdidos que emitía el menor ahogado en el mar de placer que él... él le había dado y la vista, nada podría jamás compararse a la vista de un Erick completamente desnudo, bañado en sudor con los cabellos alborotados y los ojos brillosos de lujuria y algo más, algo que Joel no supo distinguir pero que sin lugar a dudas lo obligaba a seguir, a darle todo de sí mismo porque lo necesitaba.

-¡Ahh! -Chilló el menor cuando al fin la primera estocada fue dada y con ella...el primer paso hacia el camino sin retorno de la locura que ambos estaban creando.

-No te calles nada.

El resto fue historia y por una eternidad completa...se respiró lujuria, pasión, deseo y amor sin límites en esa habitación. Erick no se calló, contrario a eso gimió en cada empuje, sollozó en cada impulso y cuando la erección de Joel castigó sin piedad el punto interno que lo llevó al cielo, las lágrimas y gritos se unieron a ellos porque jamás había sentido lo que ahora recorría su cuerpo, jamás había estado tan cerca del cielo, jamás había esperado que su primera vez fuera tomada por un hombre como Joel, tan sublime, tan jodidamente perfecto que dolía sin embargo ahí estaba, totalmente entregado, sumiso, perdido bajo ese cuerpo tallado a mano por algún Dios.

No había tiempo para pensar, a penas podía entender como seguía vivo después de correrse una segunda vez pero cuando el rizado aceleró sus movimientos y lo besó con fuerza, comprendió que era su momento de alcazar el orgasmo. Erick rompió el beso y aunque el mayor gruñó inconforme, no lo besó más, por nada del mundo se perdería el rostro de Joel en pleno climax, no había forma humana en que él no admirara en primera fila, la forma única y exquisita en que esa cara perfecta se desfiguró de placer. El rizado gruñó con fuerza en una última embestida brutal que hizo chillar a Erick, fue mágico realmente ver como disfrutó de escurrirse en su interior, el ojiverde se aplaudió internamente por haber actuado a tiempo y guardar en su mente la imagen de un Joel en pleno orgasmo.

Ninguno dijo nada, no había absolutamente nada de que hablar, ambos sabían que después de esto todo cambiaría, ambos sabían que la línea cruzada no tenía retorno y aunque el miedo se apoderó de los dos sin permitirles rechazarlo, Joel salió de su interior suavemente y sin pedir permiso, tal vez sin pensarlo, lo acomodó en su pecho para dormir. Erick no lo sabía, obviamente no podía saberlo porque estaba demasiado asustado para pensar pero cuando sus piernas se enredaron bajo las sábanas y ambos cuerpos se fusionaron para descansar, Joel por primera vez desde que pisó Miami, se sintió en casa.

 Erick no lo sabía, obviamente no podía saberlo porque estaba demasiado asustado para pensar pero cuando sus piernas se enredaron bajo las sábanas y ambos cuerpos se fusionaron para descansar, Joel por primera vez desde que pisó Miami, se sintió e...

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Behind your eyes ll JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora