Capítulo 11

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Joel

-¿No me dirás?

-No pasa nada, solo estoy cansado.

-Recuerda que soy tu madre, te conozco y se que algo te pasa aunque no me quieras contar.

-De verdad, mamá, no es nada, solo que ya vamos para el primer mes del proyecto y estoy cansado. Esta semana Erick tuvo pasarela para un evento privado y después se hizo una fiesta que duró casi hasta el amanecer. No he dormido mucho y sabes que no me gusta ese tipo de salidas.

-¿Y por qué te quedaste hasta tarde?

Claro...esa era la pregunta más fácil que le habían hecho pero él no podía responder con la verdad. No podía decirle a su mamá que había estado como un maldito perro sabueso detrás de Erick la jodida noche y no porque tuviera su cámara encendida para captar sus movimientos, no, nada que ver, él estuvo pegado al chico porque le hervía la sangre de solo ver todas las miradas indecentes que le daban al ojiverde. Él jodidamente vagó como un cavernícola durante toda la noche porque se encontró a sí mismo gruñendo como perro en celo cada que algún tipo lo miraba de más o cuando se acercaban demasiado al menor o cuando alguien lo tocaba, Joel había descubierto que odiaba que alguien más tocara a Erick.

-Porque tenía que hacer las tomas de cada paso que daba ese niño.

Y si hubiese estado en una llamada normal, su madre tal vez habría pasado por alto el gesto de Joel aunque bueno, a decir verdad no necesitaba estar viéndolo a través de la cámara para saber que mentía. Ella no habló al instante porque realmente no lograba captar cual era la razón por la que su hijo había respondido sin ser sincero, él era siempre sincero, mucho. ¿Qué le pasaba al rizado para no querer decir la razón real? ¿Por qué su rostro demostraba que no estaba bien?

-¿Tú... estás bien ahí? Digo...¿Te ha pasado algo que...

-No.

La respuesta fue tajante, ni siquiera le dió tiempo a terminar de formular la pregunta pero él sabía que su madre lo conocía demasiado y que si seguía tirando de los hilos, terminría por contarle la verdad y eso no iba a pasar, no podía pasar. Erick era hétero, se lo había dicho y se lo había demostrado precisamente esa noche en la fiesta ya que el hijo de puta bailó con cada flaca seca que se le puso en el camino y Joel no pudo hacer más que mirar y mirar y mirar y por supuesto...grabar aquello como si no le incomodara. Así que no, gracias, él no iba a contar nada jamás porque era bochornoso saber que se ha estado tocando cada noche en nombre de ese tipejo orgulloso que no es gay, no es ni la mitad de gay de lo que él pensaba.

-Bueno... está bien.

-Voy a colgar, mamá. Necesito descansar. Te llamaré mañana cuando regrese del trabajo.

Patricia entendió que no quería seguir la conversación y que obviamente no tenía nada que ver con estar cansado, ella sabía que a su hijo algo le pasaba, claro que sabía, una madre siempre sabe sin embargo prefirió no insistir, no quería forzarlo a hablar porque podría incomodarlo o hacerlo sentir peor, creía que cuando estuviese listo, él mismo lo contaría. Se despidió con una sonrisa pequeña y colgó para dejar que el rizado se relajara, algo que no pasó. Joel no podía estar bien, no podía simplemente fingir que estaba tranquilo porque simple y llanamente, no lo estaba.

Dió mil vueltas en la cama para acomodarse pero resulta que no eran las sábanas o las mantas lo que lo tenían así, nada que ver, él estaba casi al borde de un colapso nervioso porque se econtraba muy frecuentemente pensando en Erick. Eso era algo así como un cataclismo, era terrible y estaba mal, muy mal, él no era gay, ni siquiera le parecía atractivo el chico, lo detestaba, realmente lo hacía pero se había vuelto casi una costumbre tocarse en la ducha cada noche mientras pensaba en él y en aquella ocasión en que admiró su cuerpo casi desnudo mientras dormía en el sofá.

Joel quería llorar, él realmente quería llorar porque no entendía lo que estaba pasando, no entendía como había caido tan bajo, no entendía como se sentía mejor viendo las fotos que tenía bien guardadas de esa noche en lugar de masturbarse como Dios manda viendo una película de porno lésbico, siempre se tocaba mirando dos pares de tetas y dos culos dándose placer entre sí pero al parecer a su querido amigo allí abajo, ya no le intersaban los orgasmos femeninos, no, claro que no porque jodidamente se excitaba enseguida viendo la cintura desnuda del menor y a veces ni siquiera necesitaba las fotos, a veces simplemente pensaba en que se sentiría agarrarlo de ahí mientras lo jodía contra la pared.

-Puta madre.

Gruñó bajo para sí mismo y es que de verdad no podía más, a penas iba a cumplir un mes en este apartamento y ya estaba completamente loco porque eso era, él se había vuelto loco. ¿Verdad? Porque eso tenía que ser ya que no encontraba ninguna razón coherente a lo que estaba pasando. Miró el reloj que adornaba su pared, era poco más de las dos y media de la tarde, después de volver de la dichosa fiesta, él no habló con Erick, de hecho, no habla con él desde aquel día en la cocina en que el menor lo dejó en ridículo y debe decir que eso le enoja más porque sencillamente esa pequeña mierda lo ignora como si no existiera y Joel odia que lo ignoren.

Esto no podía seguir así, tenía que hacer algo o no podría continuar con esto, ya no sabía como lidiar con su estado de ánimo y que el ojiverde no estuviera mínimamente interesado en él, era penoso porque vamos, Joel vivía en su casa, bajo su mismo techo, se veían a diario, compartían un maldito proyecto en conjunto y el idiota pasaba de él como si fuera total e indiscutiblemente insignificante. Eso tenía que cambiar, no estaba dispuesto a vivir como un fantasma solo porque a ese niñato mimado se le antojaba declararle la ley del hielo. Joel iba a arreglar este problema, él obviamente podría un punto final a esta situación y Erick tendría que saberlo, tendría que saber que no iba a permitirle más que fingiera que no existe. Claro...eso pensó para sí mismo y casi que hasta se lo cree sin embargo todo su teatro interno se vino abajo cuando llegó un mesaje de Christopher.

"Hola Joel, a las siete tenemos una cena con Zabdiel. Siento no avisarte antes pero lo había olvidado. Erick ya lo sabe y estuvo de acuerdo, así que por favor alístate porque a las seis alguien los pasará a buscar. Ponte guapo y no necesitas traer la cámara, es una cena de trabajo pero no hace falta que se tenga archivo sobre ella, Zabdiel y yo creimos que sería buena idea que nos distrajéramos un rato. Te veo luego."

Joel no tenía ni puta idea de como debería sentirse "distraido" si a su lado, en un jodido restaurante, estaría la persona que ha puesto todo su mundo de cabeza.

Joel no tenía ni puta idea de como debería sentirse "distraido" si a su lado, en un jodido restaurante, estaría la persona que ha puesto todo su mundo de cabeza

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Behind your eyes ll JoerickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora