ErickLa cena después del incidente entre Erick y Joel, estuvo bastante tranquila. El rizado estuvo un poco cortado, y cuando regresó de la supuesta llamada que tenía que hacerle a la mamá, se notaba algo pensativo, intranquilo, como si tuviese algo por dentro que no le permitiera relajarse, inclusive Zabdiel le preguntó si había algún problema, si su mamá estaba bien sin embargo se limitó a decir que todo estaba en orden y aunque nadie le creyó, dejaron el tema ahí, si el hombre no quería hablar pues no iban a obligarlo.
Erick recuerda de esa noche que la misma chica que los había llevado a la mesa, a la hora de marcharse, le entregó algo a Joel, él no supo distinguir que fue y es que obviamente no iba a preguntar, tampoco planeaba quedarse mirando hasta descubrirlo pero sabe que le molestó, sabe que aquel momento le cayó como una patada en el estómago porque los celos que había descubierto que tenía por Joel, lo atacaron en cuanto vió a esa flaca fea sonreirle al rizado. ¡Ay vamos! Él supo que desde que llegaron, esa mujer se quedó encantada con él, notó como se lo comía con los ojos y sabe que lo que sea que le entregó a la salida, Joel lo había aceptado.
Habían pasado dos días después de eso, bastante tranquilos a decir verdad pero el ojiverde seguía dando vueltas dentro de su propia cabeza al asunto de Joel. Pasaban las siete de la tarde cuando su cuerpo no soportó más, tenía mucha hambre y aunque no quería encontrar al rizado, necesitaba comer porque al parecer, pensar de más en cosas que no debería, le llevaba todas las energías. Pidió en silencio que no estuviera en la cocina, que por una vez en la vida sus plegarias fueran escuchadas y salió en dirección al refrigerador, comería cualquier cosa rápido o se llevaría algo a su habitación pero necesitaba ya pobar bocado o sentía que podría desmayarse.
-Tengo que colgar. -La voz de Joel rompió con todos sus planes de pasar inadvertido, debió haber hecho algún ruido porque el rizado cortó la llamada en cuanto lo sintió.
-No es como que hubiese estado escuchando tu conversación, ni siquiera sabía que estabas acá. -Realmente no fue grosero, el tono que había empleado era neutro y bastante medido, muy en desacuerdo con el palpitar descontrolado de su corazón pero por alguna razón, sentía que debía explicarse.
-Una justificación bastante pobre dado que llevo tiempo viviendo acá y es obvio que puedes encontrarme.
Erick no supo por que ese idiota respondió con tal pesadez en su tono, no supo por que lo miró como si estorbara en su propia casa pero lo enojó lo suficiente como para enfrentarlo. Ese tipo estaba literalmente asesinándolo con la mirada, retándolo a contestar como si estuviera listo para una pelea y aunque el ojiverde no se sentía con deseos de una, tampoco permitiría que lo humillara, no en su propia casa, no por placer de sentirse superior, no otra vez.
-Puede ser que internamente pida porque te desaparezcas de acá.
-Tampoco es como si yo me sintiera muy a gusto.
-Pues te puedes ir a la mierda, así no tengo que soportar tu presencia.
-Como si la tuya fuera mucho más agradable.
-No tengo que agradarte, no eres importante, no me interesa en lo más mínimo lo que sea que pienses de mí.
Erick supo que el rizado no recibió sus palabras de buena manera, lo supo por el gesto de incomodidad que se apoderó de su rostro y aunque sabía que esto no terminaría acá, sintió como una victoria tener la última palabra, así que siguió su camino hacia la nevera, tenía hambre de verdad y discutir con Joel no hacia más que empeorar su ansiedad pero como era de esperarse, el otro no se quedaría tan callado.
-Debería importarte ya que tengo en mis manos la posibilidad de arruinar tu preciosa imagen.
Tomó solo un segundo hacer que la palma de la mano derecha del ojiverde, golpeara con fuerza en la mejilla de Joel haciendo que este se tambaleara y abriera los ojos bien grande por la desagradable sorpresa. Se agarró justo donde le ardía la piel, el chico tenía bastante fuerza para ser tan pequeño y dolía, claro que dolía, podía sentir cada dedo marcado ahí y cuando miró a Erick a la cara, supo que había tocado un tema delicado, muy delicado.
-Fíjate bien en lo que voy a decir y grábalo en tu mente porque no pienso volver a repetirlo. No se quien te crees que eres para amenazarme o que cojones pasa por tu estúpida cabeza pero no intentes pasarte de listo. Me da exactamente igual lo que hagas con las putas fotos y los putos videos que me hiciste o si quieres ir y contar mentiras sobre mí para ganar dinero, eso me vale un kilómetro de mierda pero no me amenaces, no intentes manipularme y jodidamente no te burles de mí queriendo que me sienta poca cosa y vulnerable porque no te lo permito. Eres tú quien debería pensar en las consecuencias, eres tú quien aceptó un trabajo de mierda porque quería trepar en esta porquería de mundo. Así que antes de convertirme en tu centro de burlas y humillación, revísate primero porque estás muy lejos de hacerme daño.
Después de eso nadie dijo nada más, Erick esa noche no comió, no pudo, obviamente no pudo porque había tenido otro ataque de pánico. Ni siquiera sumergirse en la tina con sales aromáticas pudo evitar que llorara como un niño porque había sentido el dolor del pasado reflejarse en las palabras de Joel. Él sabía que el rizado lo odiaba, sabía que le tenía asco y que no le gustaba estar en su radar pero saberlo era una cosa muy diferente a confirmar de su propia boca que su objetivo era destruirlo, humillarlo, menospreciarlo. Era demasiado doloroso saber que la persona de la que se estaba enamorando estúpidamente, no era más que un ser despreciable y desalmado, de esos a los que no les tiembla la mano para hundir a otros.
La madrugada fue lo peor porque en el silencio del apartamento, sus sollozos se hacían grandes, fuertes, casi audibles en toda la ciudad porque no podía controlarse, no podía evitar sentirse minúsculo e insignificante, no podía soportar el peso de las palabras de Joel, no cuando él tenía sentimientos hacia su persona y aunque sabía que no tenía sentido, que era un error, que estaba mal y que saldría dañado, su estúpido corazón marchito, no entendía de razones y se empeñaba en querer a ese ser que lo había puesto acá, porque si, Joel lo había puesto acá, Joel había causado que esa noche Erick volviera a ser ese adolescente abandonado, Joel había causado que los años de trabajo en mantener su autoestima intacta, no fueran más que basura. Esa noche Erick no durmió, esa noche su corazón se rompió en pedazos, esa noche no pudo siquiera obligarse a respirar porque Joel le había traicionado sin saberlo y a pesar de que el ojiverde no podía imaginarlo, esa noche...Joel comprendió que la había cagado al lastimar a la persona de la que se estaba enamorando.
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Behind your eyes ll Joerick
FanfictionErick es un reconocido modelo de alta costura, acostumbrado a las pasarelas y las cámaras, es lo que se puede decir...un engreido de primera categoría pero vamos...es Erick Brian Colón, obviamente tiene de donde creerse. Joel es un periodista gradua...