Erick es un reconocido modelo de alta costura, acostumbrado a las pasarelas y las cámaras, es lo que se puede decir...un engreido de primera categoría pero vamos...es Erick Brian Colón, obviamente tiene de donde creerse. Joel es un periodista gradua...
-Lo verán en unos meses más, recién comienza esta etapa pero sean pacientes. -Erick casi parecía real y la docena de periodistas que se agrupaban a su alrededor no daban señales de comprender lo que Joel si hacía, no conocía al chico, recién llevaba una semana en su tarea de captar momentos pero le bastaba para saber que esa sonrisa por la que todos suspiraban, no era más que una farsa.
-¿Y cómo te sientes con eso? -Un joven con una cámara casi frente a su cara, había hecho la pregunta. El ojiverde amplió su sonrisa, tanto que Joel creyó escuchar un par de suspiros provenientes de las personas que estaban ahí sin embargo él sabía, sabía cuan falsa era y aunque le molestaba la facilidad con que dominaba la situación, debía admitir que el chico era muy bueno en esto de las falsas apariencias, sabía como tener la atención justo donde quería.
-Es estupendo, nunca antes imaginé que algo así me pasaría. De verdad me siento muy afortunado de que puedan ver una parte de mí que nadie conoce. -Una ronda de sonrisas y suspiros inundó el aire, la cámara de Joel captando todo movimiento del rostro del menor, no quería perderse nada, iba a encargarse de que las expresiones quedaran plasmadas ahí sin embargo quería estallar, le parecía ridículo que todos esos periodistas de cuarta se creyeran las palabras vacías que soltaba Erick por esa boca mentirosa.
-¿No te molesta que un extraño entre en tu espacio privado? -Joel ahora si estaba interesado, esa pregunta había hecho que sus sentidos se pusieran en alerta ya que indirictamente estaban hablando de él aunque nadie más que Zabdiel, Christopher y el propio ojiverde conocían quien era esa persona. Creyó que Erick volteraría a mirarlo, realmente pensó que al menos le daría una mirada porque vamos, estaba a punto de hablar sobre él sin embargo el chico ignoró por completo su existencia.
-No hay nadie entrando a mi espacio privado, debo decir que soy muy selectivo y que no permito que pasen los límites de mi intimidad. La persona que amablemente está haciendo las grabaciones y notas para el documental, entiende que solo tiene que cumplir con las reglas del contrato. Es un trabajo y como tal...no va a mezclarse con lo privado.
Y si eso no era suficiente para hacer sentir a Joel una mierda, lo fue lo que Erick hizo a continuación. Sonrió como nunca, como si le hubiesen dado la mejor noticia del mundo y posó por largos minutos para que todos los presentes sacaran miles de fotos de su perfecta figura. El rizado estaba en shock, él realmente se sentía humillado por el ojiverde, sentía como si su presencia fuera completamente innecesaria. No entendía por que se estaba sintiendo así, a fin de cuentas el muchacho ni siquiera lo había mirado, tampoco habló mal de él, no lo ofendió ni criticó sin embargo la forma tan jodidamente natural en que respondió, hacía a Joel dudar acerca de todo. ¿Cómo podría identificar la verdad detrás de sus palabras? ¿Cómo podría saber si Erick estaba siendo sarcástico? No podía, simplemente no podía porque cuando con las preguntas anteriores si supo que estaba siendo un mentiroso profesional y encantador a los ojos del resto, en esa última él simplemente relució, Joel estaba sin palabras ante lo fácil que resultó para el modelo humillarlo aunque claro, no iba a darle el gusto de hacerle saber lo extraño que se sintió.
-¿Es bueno, eh?
-¿Eh? -El rizado ni siquiera recordaba la presencia de Christopher, se había olvidado por completo de él.
-Erick...es muy bueno frente a las cámaras pero ya lo sabías, no has podido cerrar la boca desde hace algunos minutos.
-¿Disculpa? -Las palabras de Christopher fueron como una cachetada, no podía creer lo que estaba escuchando, no podía creer que fuera cierto y ahora que lo pensaba, lo era, él pasó los últimos minutos solamente en silencio, observando a detalle las expresiones del chico. Joel quería matarse, matarse por descubrir que su cámara buscaba hambrienta cada movimiento de Erick pero no...no iba a admitirlo.
-No te sientas ofendido, le pasa a todos los que lo ven haciendo su trabajo, tiene un don para eso. -El castaño debió notar la incomodidad de Joel porque sonaba casi a disculpa, como si quisiera quitarle peso a lo que antes dijo pero el rizado estaba molesto, muy molesto.
-No me siento ofendido pero no comprendo lo que dijiste antes sobre que no he cerrado la boca. -Joel tal vez estaba siendo un poco grosero pero si estaba molesto por lo dicho, no quería malos entendidos y había sido desagradable para sus oidos.
-Es solo una expresión. -Se disculpó el de lentes con tono algo apagado, el rizado había notado que su personalidad era bastante bajo perfil y aunque sabía que estaba siendo injusto con él, decidió aclarar las cosas.
-Pues piensa un poco antes de expresarte, se escuchó bastante mal.
-Yo...lo siento, no quise incomodar. Disculpa, Joel, no va a volver a pasar.
Y dicho esto se alejó, se alejó cabizbajo y apagado, hasta parecía que quería llorar. Joel resopló, nada estaba saliendo bien hoy y en parte se sentía culpable por ser la causa de que Christopher se marchara de ese modo. Él no era así, no le gustaba tratar mal a las personas pero se sintió atacado, como si el muchacho hubiese estado insinuando algo más, algo relacionado con una atracción hacia Erick y eso era inaceptable, impensable, inimaginable, él jamás vería al insolente mocoso de esa manera, él no era gay, él chico tampoco y el solo hecho de pensar que Christopher lo insinuó, lo hacía explotar en miles de pedazos.
No se dió cuenta de que todos se habían ido, no se percató de que la sala había quedado vacía hasta que alzó sus ojos y se topó con unos verdes intensos que se enfocaban en él. Joel no despegó la mirada, no, él no lo hizo, no pudo de hecho porque la forma extraña en la que ese chico lo observaba simplemente lo paralizó. Se olvidó de respirar, se olvidó de como pestañar y por lo que pareció un infierno de tiempo se didicó a fijar su propia mirada en aquella que no sabía descifrar.
Era tan ridículo, tan desagradable y equivocado pero él de verdad se sentía incapaz de mirar a otro lado, él se sentía imposibilitado de apartarse y fingir que nada pasó. Su cuerpo se sentía pesado, sus pies como si estuvieran hechos de plomo pero lo peor era su pecho porque ahí era donde se estaba desatando el infierno. Joel creyó ver en aquellas esmeraldas ajenas, la misma clase de sentimiento que observó la noche en que llegó al apartamento de Erick y quiso forzarse a encontrar, a descubir, a interpretar eso que el ojiverde enseñaba sin querer pero no pudo, no alcanzó a comprender porque el chico apartó la mirada sin aviso, sin cambio alguno en su expresión, sin demostrar absolutamente nada y solo cuando había desaparecido de su vista, Joel soltó el aire que nunca supo había estado reteniendo.
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