・꒰🥀୧ 𝕍𝕚𝕠𝕝𝕖𝕟𝕥𝕠́𝕞𝕖𝕥𝕣𝕠.:La vida se trata de ver quien es el que sobrevive más ante las infamias del universo y una de ellas es el amor, si llega a hipnotizar tú corazón, estas acabado. El amor a primera vista existe, pero también el amor...
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[ 🥀 ] Parte 3/4
Narrador Omnisciente.
Podía sentir un golpe justo en su mejilla, así es, Aquino decidió cachetear a Luisardo solo porque no le había mirado en unos segundos, algo que jamas pensó en menor que iba a pasar, pero estaba más que equivocado, hasta incluso ya perdía esperanza de hacerlo cambiar, aunque no la de hacerlo feliz.
Ahora si el ambiente estaba tan tenso que nadie decía nada, esos llantos fueron más grandes, tocaba su mejilla roja del golpe, alejándose mucho, sin importar lo que hiciera después, solo quería sentirse menos aprisionado.
Claramente las cosas desde los golpes tan imprecipitados iban a subir un poco más, el de mirada aterrada solo estaba respirando con lentitud, podía sentir sus brazos más dolorosos, su cabeza con mucho dolor y ahora su mejilla roja, no se esperaba que seguía pero no quería averiguarlo.
─ Ahora dime, cariño, ¿Esto es suficiente para que te quejes? ─ Una sonrisa le inundaba su pensar al azabache, podía ver algo muy adentro que le daba la señal de estar perdido entre todo el desastre.
No quería hablar, no quería moverse, ya no soportaba el dolor de su cuerpo, tanto así que las ganas de desmayarse se apoderaba rápidamente en el, claro que Aquino lo noto y el 2do golpe en su mejilla recibió a causa de ello.
Abrió los ojos de la sorpresa y al verlo con el seño fruncido trago en seco.
─ ¡S-Si!, ya entendí, por favor, para ─ Más suplicas le decía con desesperación, entendía su mensaje y solo quería terminar con eso de una vez.
─ Oh, no, no, esto es solo el comienzo ─ Una tierna mirada le obsequio para sembrarle más miedo, cosa que le funciono, no era nada bueno mostrar amabilidad en instancias de violencia.
─ Jeje... Que curiosa broma ─ Rogaba para que solo fuera eso, pero de nuevo sentir sus cabellos sostenidos con fuerza le dio la razón errónea.
─ Nadie dijo que fuera una broma ─ Y dicho eso, le proporciono otro golpe a la mejilla del menor con más fuerza, tanto así que el sonido hizo mucho más eco.
Una, dos, tres, cuatro, cinco, la cuenta ya estaba perdida, esas dulces mejillas pálidas cambiaron a un rojo carmesí, sus ojos estaban igual de rojos de tanto llorar por el dolor de aquellos golpes, jamas pensó en una tortura así para su cuerpo, claramente esto era casi lo último que tenía Aquino.
Sus manos sostuvieron su mandíbula, su bello niño con una mirada destruida, esos ojos ya estaban opacos, su sonrisa se desapareció, su voz se esfumo, esos lindos brazos que nunca mostraba ahora estaban desnudos con esos moratones que ya estaban pasando a un resaltado morado, por último, sus mejillas rojas, marcadas, mojadas de las lagrimas, una forma de corromper a alguien tan inocente.
─ ¿Estas cansado, Luisardito? ─ Le pregunto con una sonrisa llena de satisfacción, obteniendo de respuesta una mirada callada. ─ Yo creo que eso es un no ─ Dejo en el suelo al menor para solo ampliar su sonrisa.
Aquel chico ya no decía nada, se quedo en el frío suelo esperando lo peor, el castaño le había quitado sus lentes para romperlos bajo sus propios ojos con su zapato, después de eso... Luisardo pudo sentir el dolor más horrible de su existencia.
No, aun no acababa su prisión.
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❝¿Qué pasara mañana?, ¿Voy a estar muerto?, haz lo que quieras, pero cuando te vea feliz❞ [ 🚬 ]
Palabras:568 - ̗̀🚬 Violentómetro.
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