Capítulo #4:

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Capítulo #4: "Aceptar lo que sientes"

Charlotte

En mis brazos descansa mi pequeño, yo acaricio su cabellera roja mientras con sus ojos cerrados se pega más a mi brazo.

— Lo siento tanto pequeño — una lágrima escapa de mi — No te di el papá que mereces.

<¿Qué pensaste? ¿qué cuando conociera a Enzo dejaría toda su vida para venir a donde estas?>

Mi hijo merece alguien que esté dispuesto a dejarlo todo por él.

<Te recuerdo que le ocultaste una verdad muy grande>

Seco mi mejilla al ver como mi hijo se remueve y pasa los puños por los ojos para despertar.

— Mamá — me abraza por el cuello — Ya tengo aire — dice feliz.

— Si, Enzo, ya puedes respirar mejor — le acaricio el cabello en un gesto delicado.

— Quiero comer — se levanta de un salto.

— Primero ve a darte un baño — el deja la puerta abierta del baño, es una petición que siempre le hago para poder observarlo mientras está ahí solo, mientras se da una ducha rápida.

Sale envuelto en una toalla blanca, donde solo se ven las pecas de su rostro y su larga cabellera que cae sobre sus hombros.

— Ya está — dice caminando hacia mi.

Le ayudo a ponerse la ropa y camino con él hasta el salón. Le pongo la televisión mientras voy a preparar el almuerzo, hoy hemos dormido demasiado.

Terminamos de almorzar y ya son cerca de las tres de la tarde. Ahora está acostado sorbe mis piernas mientras continúa viendo una de sus series animadas que tanto le gustan.

Mi teléfono vibra en la mesa del salón.

— Alcánzamelo — le pido y el obedece — Gracias.

Nos vemos a las 3:30 pm en la dirección siguiente.

Mensaje enviado por Kevin.

¿Cómo te ha ido?

Mensaje enviado por Lauren.

Mañana hay una reunión, que programe para que fuese en NY, sobre las nuevas obras.

Mensaje enviado por Jackson Villa.

Le respondo a Lauren, contándole todo lo sucedido.

Dale tiempo, es muy pronto. Me responde.

Me pongo de pie dejando a Enzo en el salón. Comienzo a llamar a la señorita Sao.

— Hola Charlotte — me saluda al contestar.

— Sao, necesito que venga para cuidar al pequeño esta misma tarde.

— En menos de una hora puedo estar ahí.

(...)

Salgo de la casa escuchado los quejidos de Enzo dentro y me parte el corazón no llevarlo conmigo. Pero aún ninguno de ellos sabe de su existencia.

Al menos que D se lo haya dicho.

<Dereck> me recrimina mi consciencia recordando sus palabras de ayer.

¿Te lastimé?

Sus ojos azules cristalizándose frente a mi vienen a mi cabeza.

*Recuerdo*
David sale caminando lejos de mi sin ni siquiera dejarme terminar una frase, un nudo se instala en mi garganta, sin dejarme pronunciar una palabra.

Déjà VuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora