Capítulo #7:

641 91 0
                                    

Capítulo #7: "La cena esperada"

Charlotte

Estoy nerviosa, mis manos sudan y mi cabeza esta llena de sensaciones.

Es volver a conocer a la familia de D, es un déjà vu. En realidad ya lo viví, pero esta vez la sensación es distinta, es más fuerte. Las emociones se me notan en todo el cuerpo, mis manos tiemblan y estoy caminado de un lado para otro.

— Mamá, vísteme de rojo — pide mi hijo, mi hijo ama ese color.

— Yo también iré de rojo — dice D saliendo de la habitación de mi hijo — Vistámonos los tres del mismo color – sus ojos azules sobre mi, poniéndome aún más nerviosa — Voy a cambiarme, los vendré a recoger en un par de horas.

— Te quiero papi — mi hijo sale corriendo lejos de nosotros hacia su habitación. D lo sigue con la mirada

— Te amo hijo — dice David cuando Enzo ya no lo escucha. Pero el sigue fijo en donde desapareció.

— Veo que Enzo te adora — el me vuelve a mirar y veo las pequeñas lágrimas que se están formando en sus ojos. Me hace encogerse de hombros y ponerme triste.

— Gracias por hablarle de mi — me agradece, obvio a mi hijo jamás le mentí sobre su padre, ni sobre sus abuelos y mucho menos sobre su tía Valeria.

— Lo siento mucho por privarte todo este tiempo de no tenerlo

Hace un gesto con la mano restándole importancia, se que no lo hace porque no lo tenga, si no porque prefiere olvidarlo para estar bien.

— Ya está olvidado, lo importante es que estemos aquí — se acerca a mi acariciando mi barbilla — Los veo en un rato — dice pero no se aleja, nuestra conexión, esa bendita conexión que me mantiene ahí, de pie sin poder moverme, ni siquiera respiro, solo existo en sus ojos azules.

— Te has ganado a Enzo muy rápido — evito el ambiente pesado qué hay entre los dos.

— Él es estupendo — no me deja de mirar y yo comienzo a temblar bajo sus ojos, se que lo nota — Te extrañé muchísimo Lote.

Sus palabras salen de su boca haciendo que mi cuerpo tambalee de necesidad de su tacto.

Se relame los labios humedeciéndolos, haciendo que mi corazón se desboque dentro de mi pecho. El se acerca, besa mi frente y se aleja.

Relajo mi cuerpo y me observo al espejo, estoy sonrojada y mis ojos tienen un brillo que hace tanto no veía en ellos.

(...)

Termino de vestir a Enzo con su camisa roja de cuadros y su chaqueta negra haciendo una combinación perfecta con mi ropa. Luzco un vestido rojo que tiene un pequeño lazo en la cintura color negro y una chaqueta corta también negra.

— Tu y yo, nos vemos muy guapos mamá — dice Enzo sonriendo al espejo. En serio nos vemos espectaculares.

— Sobre todo tu — le sonrió de la misma manera que él lo hace.

Tocan a la puerta y mi hijo corre abrir diciendo "papi llegó" esa sensación de haberlo vivido antes vuelve a mi, quizás son la cantidad de haberlo imaginado tantas veces. Que cuando por fin sucede es como un recuerdo que ya viví.

— Mi pequeño — D lo alza sobre sus brazos subiéndolo a su cuello. La camisa roja vino de D combina con el color de cabello de mi hijo, su corbata es roja con líneas en negras y no usa chaqueta.

Todo en él grita perfección. Sus brazos que se apretujan dentro de su camisa, sus labios rojos que parecen hechos para besar el mundo y sus ojos azules que te hacen ahogarte con tus propios pensamientos pervertidos.

Déjà VuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora