Déjà Vu

Capítulo #25:

Capítulo #25: "Peligro, alto riesgo"

Dereck David

Aún estoy fuera de la sala, esperando para saber de mi esposa pero nada sucede. Dos minutos más tarde una alarma comienza a sonar dentro de la sala. Mi madre se pone de pie y dos enfermeras aparecen al segundo. Las tres entran sin decirme nada, dejándome solo, los nervios comienzan a controlarme.

Camino de un lado para otro. Otra enfermera aparece para entrar a la sala, pero antes de que lo haga yo tomo sus hombros.

— Dígame que sucede — exigí con el pecho al punto de ser acribillado por mi pobre corazón.

— No lo se, cálmese, está en buenas manos — mi corazón aumenta la velocidad.

No sé porque usan esas palabras como si en verdad calmasen, la verdad es que casi pude sentir que el corazón se detenía por unos segundos antes de latir aún más rápido.

La mujer atraviesa la puerta y cuando se abre por unos segundos solo veo a los médicos, enfermas y mi madre alrededor de Lote. Por unos segundos nuestras miradas se encuentran. Respiro profundo para gesticular un "Te amo".

Mi pecho se aprieta cuando la dejo de ver. Mi madre sale dos minutos después.

— Hijo — me llama mi madre, con la voz temblorosa, pero la verdad estoy intentando ver a Lote otra vez, necesito tomar su mano nuevamente — Llamaré a Valeria, necesitas calma y yo no te la puedo dar.

Asentí, alguien que me puede ayudar a reaccionar en esta situación es mi hermana. Me pegara dos galletas y seguro que reacciono y puedo hacer algo por mi esposa que aún está dentro de esa sala y yo no tengo idea de porque.

— ¿Vale?.... si hija, soy yo — ella escuché hablando por teléfono, pero definitivamente poco le prestaba atención — Necesito que vengas al hospital, no, tu hermano te necesita — esas son las únicas palabras que necesita mi hermana para venir hacia aquí en segundos.

La conozco.

Mi madre volvió a perderse en el salón mientras yo tomé asiento con el tic nervioso aún en mi pierna. No sé cuánto tiempo pasó, pero escuché sonidos distintos, incluso un pitido se instaló en mi cabeza, pero no tengo idea de porque.

Metí la cabeza entre mis manos, intentando tapar mis oídos, pensados en si así eliminaría el pitido, pero incluso así lo podía sentir aún más fuerte.

Me estoy volviendo loco.

Solo vuelvo en mi cuando escucho a mi hermana llamándome.

— Dereck — levante la mirada y la vi ahí parada, lleva puesto el uniforme de policía y el cabello bien recogido en una coleta muy alta — ¿Qué está pasando? — preguntó igual de desconcertada que yo.

— Yo.... no lo sé — fue todo lo que salió de mis labios antes de que mis ojos comenzaran a escocer.

— ¡Hey! – llamó mi atención para evitar que mis lágrimas se derramaran — Todo va a estar bien, ¿ok?

— Yo solo quería saber si tendríamos otro bebé — la mirada de Vale se desvía, a ella no le gustan estas conversaciones, se que son un poco tensas para ella.

— Pronto tendremos información hermanito — se sienta a mi lado, pasa un brazo por encima de mi hombro, atrayéndome hacia ella. Me quedo helado sin saber cómo reaccionar a su abrazo, porque como acto reflejo mis ojos comenzaron a escocer aún más, listos para dejarse llevar por el sentimiento instalado en mi pecho.

— ¿Y si le pasa algo? No me lo perdonaré jamás.

La primera lágrima cayó por toda mi mejilla enfriándola.

— No pienses en eso — pide acariciando mi cabello rojo y obligándome a mantenerme a su lado.

Pasan los minutos hasta que mi madre sale sentándose a nuestro lado.

— Habla mamá — exige Valeria.

— El médico saldrá en unos minutos a darle toda la información — su mirada está perdida en la pared de al frente.

Mamá se a vuelto más sensible con los años y sobre todo desde que conoció a Enzo. Mi pequeño....

No pude evitar pensar en que hacer su algo malo le pasara a mi Lote. ¿Que haría yo? ¿Como criaría a un hijo solo? ¿Mi hijo me lo perdonaría? Porque yo definitivamente no.

Mi pecho se aprieta aún más.

Mi mamá toma una de mis manos y la aprieta con fuerza.

— Buenos días — saludó el médico saliendo de la sala, viste una bata blanca y por debajo todo el color oscuro, sus ojos son azules como el cielo y su cabello bastante canoso — Felicidades, usted será padre.

Me quede congelado en mi lugar y luego no pude evitar sonreír. ¿Tendré otro hijo? ¿Enzo tendrá un hermanito?

Entonces...  ¿Por qué tanto alboroto?

Pero por la cara del doctor me di cuenta que no era solo eso lo que me va a decir.

— Continúe — exigí eliminado mi rostro de felicidad que me envolvió con su información.

— Charlotte tiene un embarazo de alto riesgo, la presión demasiado alta. Nos a costado estabilizarla — por eso tantas enfermeras — Será mejor que usted la cuide más que a sus ojos, esa chica necesita estar en cama con los pies en alto y sin moverse demasiado.

— Yo hago lo que usted diga — dije con tanta rapidez que me Vale se sorprendió.

— Bueno, puede pasar a verla entonces. Pero recuerde que tiene que tener mucho cuidado. Cualquier cosa puede hacerla subir la presión, una pelea, si la alteran o si la provocan.

— Lo comprendo — asentía repetidas veces mientras lo decía.

— Su esposa, ahora está dormida, pero ella ya sabe la noticia, puede pasar a su sala y quedarse con ella el tiempo que necesite.

— Gracias — dijo Vale por mi.

— Solo una cosa más, se quedará esta noche aquí para monitorizarla, para poderle mandar su medicación — explicó el doctor entregándonos varios papeles.

— Lo que sea necesario — habló mi madre un poco más tranquila.

— Estaré aquí para ti — susurró mi hermana acariciando mi mejilla.

— No tengo dudas de eso — le di la sonrisa que había estado conteniendo.

La sala aún estaba repleta de enfermeras que ahora se alistarla para llevarla hacia una habitación del hospital. Así que las seguí mientras ellas la llevaban.

Mi hermana no se separó de mi lado, yo aún tenía aquel tic y dudaba que se me fuese a quitar pronto.

— Ella es fuerte, así que ese bebé también lo será — confirmó Vale dándome toda la fuerza que siempre la a caracterizado.

———
Nota de la autora:

No me maten....

Me encanta la fortaleza de Valeria... ¿quien quiere ser tan fuerte como ella? *Levanta las dos manos*

Me encanto escribir los sentimientos de D mientras estaba ahí fuera solo, mientras pensó en su hijo pero sobre todo ese "te amo" gesticulado a Lote.. directo a mi pecho.

¡Quiero un D en mi vida! Exijo uno por navidad.

Besos,

Lori.