Extra:

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HOLA DE NUEVO POR AQUÍ:

¿Cómo están? Ha pasado un tiempo desde que no subo nada nuevo a nuestra trilogía. Así que vengo para darles un poquito de Nuestra Familia.

Capítulo Extra #1: "Sueños que se hacen realidad"

Charlotte:

La tarde cae sobre el hotel. Observó cómo algunas estrellas comienzan a verse en el horizonte y me concentro en la hermosa vista.

Porque los atardeceres son otro nivel de belleza.

— Muñeca — mi cuerpo es rodeado por los fuertes brazos de mi esposo. Sus hermosos ojos azules me observan con curiosidad.

— Mi ángel — respondí con cariño, besando la parte baja de su barbilla.

— Esa pintura está quedando hermosa.

Entonces recordé porque miraba hacia el atardecer. Estaba dibujándolo, el cuadro quedó a un lado cuando me perdí en la vista.

— Seguro será un éxito — me halagó mientras besaba mi mejilla. Sus cachetes estaban comenzando a colorarse en rojo por haber estado toda la tarde en la playa junto a los niños.

Bueno, no tan niño, porque Enzo ya tiene dieciocho años.

— Eres hermosa, ¿sabes? — preguntó ladeando su cabeza.

— No, tu te ves hermoso con esos rizos rojos cayendo por su cara.

— Mañana tendremos que regresar a casa — soltó un suspiro acostándose en la tumbona.

Baja la mirada hacia mi corto short y luego vuelve a mi cara.

— Es muy corto — lo señala.

Me cruzo de brazos.

Alcanza un mechón de mi cabello, que cae hasta mi rodilla. Nunca me lo ha dejado cortar.

Me obliga a acercarme a él.

— Dios mío, más hermosa que está vista que tengo aquí, no hay — se muerde el labio inferior, levanta un poco mi short y mete su cabeza.

Comienzo a reír como idiota, por las estupideces que se le ocurren.

— Será mejor que te lleve a dentro, quiero ver lo que traer puesto debajo de este short.

— Solo es mi juego de baño, ya lo viste ayer — respondí intentando apartarme con poco éxito.

— Vuelve a mostrármelo, creo que no lo pude detallar muy bien.

Solté una risa sonora, porque aunque pase el tiempo Dereck no cambia su forma morbosa de pensar.

— Me encantas — admití también mordiendo mi labio. Me subí en la tumbona y luego acostándome encima de su pecho. Este desprendía ese hermoso olor a flores que ahora usa porque me roba mi perfume.

— Te amo, muñeca — besa mi frente mientras acaricia mi cabellera.

— ¡Mamá! — entra a la habitación del hotel nuestra hija. Elizabeth lleva su cabello recogido en una cola muy alta y sus ojos azules se ven enfurecidos.

— ¿Que sucede? — pregunté con total calma. Mi hija suele ser dramática.

— ¡Enzo tomó mi celular! — El pelirrojo entraba detrás de ella con cara de no me importa nada.

— ¿Por qué? — preguntó D con un tono de preocupación. Enzo nunca se mete en nada, por ningún motivo, a él nada le importa.

— Estaba hablando con un chico, le pidió un "PAQT"— él me fue a entregar el celular pero D lo cogió primero.

Déjà VuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora