Se dice que los Bosques Perdidos están llenos de espectros de muertos desconocidos. Se dice que alguien que conoce el bosque puede escuchar la historia de su vida en sus susurros, los matices del pasado y los secretos del futuro. Link no es un Kokiri, no del bosque, por lo que no sabe por qué las sombras siguen sus pasos y se acercan cuando intenta dormir, roto y desanimado, manos manchadas de rojo con la sangre de una nación. Seguramente hay otros, piensa, otros que apreciarían algún consejo de otro mundo. Estaba Mido, medio loco con un orgullo quebradizo y la carga de su liderazgo. Había toda la aldea de Kokiri, sus no parientes, los compañeros de su infancia. Estaba Saria, a quien no había podido salvar.
-Váyanse- Susurra, apartándose de sus miradas vacías- Váyanse.
Las hojas son gruesas por encima de él, y solo la más débil astilla de luz de luna tamiza a través de la piscina debajo de las ramas. Los arcos y flechas de Link yacen desechados a un lado con su espada, envainada, porque las espadas son de poca utilidad contra los que ya están muertos. El aire huele a lluvia y tierra rica y húmeda, los aromas de su infancia y del amigo que nunca volverá a ver. Y agrupados a su alrededor, figuras débiles y espectrales contra la noche, las sombras de los espíritus perdidos se amontonan demasiado cerca para la comodidad, y no desaparecerán.
La luz de la luna brilla directamente a través de ellos, y su presencia envía un escalofrío casi imperceptible por el aire, y cuando Navi se acobarda de nuevo bajo su ropa, presionando contra su piel, sabe que deben estar muertos, porque nada vivo asustó a su hada. Link cierra los ojos e intenta desear que se vayan.
-Váyanse- Les dice de nuevo, cuando esto falla- Necesito dormir.
-Necesitas descansar- dice una figura espectral, y es su propia voz la que escucha, hablándole en el mismo tono medio enojado y medio suplicante.
-Correcto. Así que váyanse. Dejen de verme.
Las figuras murmuran y cambian, susurran silenciosas, y cuando las posibilidades miran, todavía están allí, todavía mirando fijamente.
Link puede recordar una espada y un destello de luz azul que duró un instante y siete años a la vez, destrozándolo y destrozándolo de nuevo, más fuerte, pero de alguna manera menos completo. Puede recordar a Ganondorf, ojos ardiendo y negros con triunfo, sosteniendo en alto algo que pulsaba con una luz dorada brillante. Él puede recordar a Saria, llorando. No puede recordar a Zelda, aunque sabe que debería; no puede recordar el sol cálido y las palabras suaves y el aroma de las flores en el aire. Se da cuenta de que tampoco puede recordar a Sheik, o por qué está salvando un mundo al que nunca perteneció realmente, nunca amó realmente.
Él busca su espada, de repente y por impulso porque no sabe qué más hacer ahora, y se ve reflejado en la espada brillante, una sombra retroiluminada por la luna. Parece cansado e irritable y de alguna manera entrañablemente joven, como si la luz de la luna hubiera devuelto lo que Zelda y su música robaron. Un pensamiento golpea, y él inclina la hoja sutilmente; la plata reflejada astilla la oscuridad. No puede ver los tonos en el acero brillante como espejo. En el mundo de la guerra y las armas, no existen. Este es el mundo al que pertenece ahora. Él no sabe por qué piensan lo contrario.
-Debería irme- Dice, aunque no se mueve- No pertenezco aquí. Saldré del bosque, y...
-No...
-...Puedes volver a los tejones inquietantes, o lo que sea que hagas, pero tu lugar no está conmigo.
Las sombras están a su alrededor, las sombras dan vida.
-Y tampoco me importa por qué me estén siguiendo- Continúa Link, consciente de repente de lo infantil que suena- Pero debo, debo dormir, así que si no me dejas solo...
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ADVENTURES | Zelda One-Shots
FanfictionOne-Shots de The Legend Of Zelda (todos los juegos) De la vida de estos personajes y de mundos alternativos, espero les gusten :D (Las fotos de portadas de los capítulos son mías) Empezada: 13 / 10 / 21 Terminada: Hasta que llegue a las 200 partes