Hojas

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Los colores en las hojas de los árboles comienzan a cambiar poco a poco, tornándose hermosas, colores anaranjados, rojizos y amarillentos. Claro que recuerdo haber visto este cambio antes, aunque no me es tan claro, ningún recuerdo palpable o nostálgico, sé que ha llegado el otoño, más sin embargo pareciera que fuera a vivir el primero, pero estoy seguro que no es así.

¿Cuando desperté estaba comenzando la primavera? Diría que sí, a juzgar por el tiempo que ha pasado desde entonces, la tarde está por caer, la luz se mitiga poco a poco bañando todo de una sensación cálida y pacífica, he puesto una pequeña fogata cuyas llamas anaranjadas se opacan ante el color del horizonte, parece casi mágico, la manera en que los colores envuelven todo el valle. No puedo evitar sentir la soledad de ese momento, solo yo mirando como el sol se oculta entre las montañas, de todas formas ¿quien pudiera estar conmigo? No es que necesite a nadie realmente, la soledad física nunca a sido un problema, o a menos no lo es ahora, el problema es el vacío que siento por dentro, no sé siquiera que es importante para mí, no tengo recuerdos, si acaso he recuperado unos cuantos no son suficientes para hacer compañía a mi corazón que se estremece entre el espacio que sobra. Los recuerdos fragmentados no me dicen cómo debo sentirme al respecto, me confunden y bañan algo que debería ser cálido, en desesperación, enojo y tristeza. No puedo mirar a Riju sin pensar en Urbosa y su muerte, la terrible pérdida para las Gerudo y sin preguntarme "¿Que fue ella para mí?" "¿Cuánto me dolió que muriera?" "¿Éramos cercanos?". Sé que era una de los campeones, y que se preocupaba por la Princesa, era fuerte y determinada ella parecía entender a los demás sin necesitar de palabras. Pero ¿me inspiró alguna vez?, ¿Aprendí de su valor e independencia?, ¿Eso me hizo cercano a ella?

No tengo ni idea y por más que intento no recuerdo nada más. La luz se ha vuelto anaranjada por completo, yo llevo conmigo la ira y el poder que la caracterizaba una parte de su alma, el color anaranjado comienza a tornarse rojo de a poco, ella está escuchando? , tal vez puede verme.

El viento sopla con suavidad haciendo mecer las hojas que caen débiles, es un espectáculo digno verlas revoloteando entre la suave brisa. La luz hace juego con sus colores, no puedo evitar sentir el golpe de culpa mientras algunas de las hojas quedan atrapadas en mi cabello y otras cuantas arden el fuego. Revali era alguien verdaderamente altanero y algo molesto, no evito sonreír un poco al pensar en su manera tan egocéntrica de hablar, vaya tipo tan presuntuoso, recuerdo muy poco al respecto pero sé que siempre fue fiel a esa actitud, de alguna manera lo sé, pero él era algo más que eso, ¿existía algo más que rivalidad entre nosotros?, ¿Esa competencia nos convirtió en amigos?, ¿Lo apreciaba?, Si es así ¿hasta que punto?, Cuando pude verlo dentro de la Bestia parecía dolido por su derrota, pero también la determinación que tenía por ahora ser un triunfador, y yo no sabía qué sentir por ello, tenía miedo a equivocar mis emociones, debió haber sido un nostálgico encuentro, pero solo peleaba en mi cabeza, pues era obvio que no sabía mucho de él y si llego a ser un amigo valioso e importante, yo lo había olvidado y eso sin duda era una ofensa.

No podía formar nuevas relaciones ahora, hablar con los demás y pretender hacer amigos, ya había dormido por cien años, había fallado a ellos y a la Princesa que seguía luchando, no me encontraba en condiciones de perder el tiempo y las personas con las que debía tratar para avanzar en mi objetivo, están ligadas a mi pasado, no puedo solo pretender que todo está bien y hablar con ellos animadamente o aceptar el agradecimiento por apaciguar a las bestias divinas, menos cuando sé que están sufriendo por una pérdida a causa de ellas y yo no puedo decir nada para tratar de ayudar pues no recuerdo del todo a esas personas. Pensar en los miedos y las cargas que ellos llevan o las inseguridades como le sucede a Yunobo, solo me hacen sentir peor, él, de alguna manera, confiaba en que yo pudiera darle ánimos, hablarle de Daruk y hacerle sentir que él podía hacerlo también, pero me era imposible, Daruk sin duda era alguien fuerte y protector, un Goron de corazón noble, lo poco que recuerdo al respecto es que podía levantar mi ánimo con un "Tú puedes, chico" acompañado de una gran sonrisa que inspiraba confianza, si tan solo siguiera con vida, seguro habría hecho de Yunobo un chico seguro y calmado por completo sus miedos, pero ya no está y simplemente no sé por qué me duele tanto. ¿Acaso el era como un padre para mí?, ¿Por qué confiaba tanto en mis habilidades?, ¿Que éramos antes del cataclismo?, Desearía poder saber qué fue lo último que me dijo antes de volver ... Solo a encontrar su muerte, es verdad que pude verlo y pude sentir aún en su espíritu esa calidez tan única, sin embargo ahora es total tristeza, pues habían demasiados huecos y solo aceptar de nuevo aquel apoyo no era posible, pues aquel admirable Goron no estaba en mi memoria y aún no sé qué significa para mí.

La calidez se ha ido junto a los colores que adornaban todo, la noche a caído trayendo con ella un ambiente un poco más frío, la oscuridad devoró por completo el color azul del cielo, parece que durante esta época la luna luce más hermosa enmarcarse en lo alto, iluminando suavemente con colores fríos todo lo que alcanza. Las lágrimas resbalan ahora de mis mejillas, me siento tan débil, no se supone que deba serlo, soy el héroe elegido por la espada maestra... Y también un chico confundido y triste que tiene como única compañía a aquella luna. No siempre fue así, pero no puedo recordar aquellos días de los que hablaba Mipha en aquel fugaz recuerdo. ¿Éramos en verdad amigos de la infancia?, Si tan solo pudiera recordar un poco al respecto y saber que era ella para mí, los pocos recuerdos que recupere donde está ella son tan cálidos, tenía una mirada tierna y noble y una voz tan calmada que podía apaciguar cualquier miedo.

Mis manos tiemblan ligeramente, inseguras de secar las lágrimas que han rebasado el límite de mi rostro y caen perdidas. Debía ir a visitarla cuando todo acabara, pero aún no acaba y si lo hace... no podré verla, regresar a la región Zora fue la peor forma de darme cuenta todo lo que había perdido en aquel letargo, su amada Princesa había muerto y aún lloraban su pérdida y no, no sabía siquiera quien era, escuchar de su padre que en algún momento fuimos inseparables me golpeó con fuerza, pues incluso viendo aquella hermosa escultura ella no venía a mi mente, ¿por qué confeccionó aquella armadura para mí?, ¿Que significaba?, ¿Pretendía darmela en son de que yo fuera su marido?, ¿Me amaba?, ¿Yo la amaba?, Aprieto mis puños y encojo mis piernas tratando de controlar el dolor que ahora invade mi pecho, las hojas crujen quebrándose ante mis movimientos. ¿Por qué no puedo recordarla? Siento que ella era muy importante, pero no sé porqué lo era, si ella me hubiera dado aquella armadura... ¿yo la hubiera aceptado?, Me frustra no saberlo, si la amaba había perdido aquel hermoso sentimiento junto a mis recuerdos, y no poder saber qué habría pasado si la hubiera aceptado solo hace de la duda y la desesperación de recordar algo más doloroso y aletargante, tal vez debí correr a ella cuando vi aparecer su espíritu dentro de Vah Ruta, pero no pude hacerlo, no sabía que decir, no correspondía a sus sentimientos, pero era por falta de recuerdos y no quería lastimar más de lo que probablemente a ella ya le dolía el hecho de saber que la había olvidado, y aún así estaba feliz de verme a salvo, aún así me entregó su don y se quedó a mi lado para protegerme me dio algo tan valioso y puedo sentirla cada vez que estoy en los peores momentos, no me abandonó... Soy una terrible persona me odio por haber fallado y haberlos olvidado. ¿Qué clase de héroe deshonra de esa manera las personas importantes en su vida? No me queda más que luchar por ganar la guerra en la que ellos murieron y cumplir con el destino que se me había otorgado, vengar sus muertes y tratar de recordarlos.

Zelda sigue ahí, de alguna manera es lo único que me queda de aquel pasado, la única que aún sigue con vida, no puedo perderla también, sé que en mis recuerdos tuve muchos problemas y disgustos con ella, siento que traté de entenderla más no sé si logré hacerlo, al final pienso que logramos superar las diferencias y tal vez llegamos a llevarnos bien. Sequé las lágrimas queriendo borrarlas, no puedo ceder ante la debilidad. Tal vez si logro terminar con esto, pueda al fin recuperar aquellos recuerdos, tal vez me encuentre de nuevo con una preciada amiga y pueda recordarla al fin y me ayude a recordar todo lo que olvidé y al igual que los árboles pierden sus hojas para dormir durante el invierno, haya sido así para mí y me pueda recuperar igual que ellos al llegar la primavera.

No tengo otro camino que elegir, no puedo renunciar, ese castillo esconde todo lo que me queda y no voy a perderlo también.

ADVENTURES | Zelda One-Shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora