Han pasado cuatro años, desde aquel momento en que juramos amarnos por la eternidad. No me he arrepentido ni un puto día de haberla elegido, si volviera a comenzar mi vida, intentaría tenerla conmigo mucho antes. A ella la elegiría mil veces más.
Keira, la reina de mi reino me ha dado la gran bendición de ser el hombre más afortunado del mundo.
En el transcurso de estos años Keira logró por su propio mérito y esfuerzo tener una pequeña compañía de logística, una compañía que no es tan grande como A.S Enterprises pero ha sido de gran relevancia en el nivel empresarial. Nos mudamos a una casa un poco más grande en Pacífic Heights, no es ostentosa, es grande pero sencilla, es nuestro hogar, cómodo y a nuestro gusto.
Los padres de Keira ocuparon mi antiguo hogar aquí en Pacífic Heights, estarían más cerca de nosotros y de su ''idolatrada perdición''. Somos una familia bastante extensa. Mis padres por otra parte están muy felices, han entablado una bonita amistad con los padres de Keira, van a excursiones, salen a comer, viajan a otros lugares, en fin siempre tienen algún plan. La madre de Keira logró tener su propia tienda, con los diseños de ropa que ella misma coce mientras tanto Norman ha ampliado su negocio, ya tiene canales en YouTube, volviéndose popular.Mi hermana por otra parte está trabajando junto con Ryan en la empresa de Keira, les va muy bien. Decidieron vivir solos pero mi padre lo negó, pidiéndole que vivan con él y mi madre, que la casa es muy grande para ellos solos.
Sin embargo no a todos nos ha cambiado la vida estos últimos años. Andrea por una parte no formaliza su relación con Enzo. Liam y Dylan continúan solteros y viviendo la vida al máximo.
Una cosa si, seguimos tan unidos como años atrás.
Lo más importante de todo es que en este reino ya hay una princesa, una princesa llamada Kimberly. Es la luz de mis ojos, mi vida entera. Precisamente hoy cumple cuatro añitos.
Camino hasta el cuarto de Kimberly. La luz de mis ojos ha crecido mucho.
Ahí está sobre su camita, esperando que su mami la peine.—Papá —sale corriendo a abrazarme.
—Feliz cumpleaños mi princesa.
A mi mente viene el recuerdo de años atrás donde esperaba con ansias su llegada, cuando el médico la colocó en mis brazos y yo con un miedo terrible de tener entre mis manos a alguien tan pequeña.
Desde ese momento conocí el amor más grande que puede existir. Ahora si tengo miedos, miedo a perderla, miedo de no ser el mejor padre del mundo para mi hija, miedo de no verla crecer, miedo de perder a esta familia tan hermosa que tengo.
Si años atrás me negaba rotundamente al compromiso, hoy aseguro que Keira y Kimberly, son lo mejor que me ha pasado en la vida.
—Papá, —llama la atención mi hija— mamá se pone celosa.
—No tiene por qué, mamá sabe que la amo.
Caminamos hasta Keira, la beso y Kimberly se tapa los ojos.
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Inmune a sentir [Inmunes 1]
Romance... Aún siento su mirada intensa sobre cada paso que daba. No sé cómo mi cuerpo respondió tan bien. El corazón se me aceleraba y las piernas no andaban tan firmes, a decir verdad, caminaba por pura inercia. Solo lo miré tres segundos pero me bastaro...