Estoy sentada en la mesa con mis padres, cuando recibo una llamada.
—¿Si?
—Keira, soy Abby.
—Abby —digo con asombro—. ¿Qué sucede?.
—El señor Aiden me informó de una reunión en Nueva York, pensé que como tú me has ayudado en estos días, te gustaría ir conmigo.
—No puedo Abby, lo siento, hace cuatro días operaron a mi padre.
—Anda hija, ve —me interrumpe mi padre—. No ves que estoy bien. Ya lo complicado pasó.
—No sé...
—Ya escuchaste a tu padre. Ve y diviértete —me dice mi madre.
—Está bien Abby.
—Un chófer de la empresa pasará a recogerte, no necesitas llevar nada, solo lo que tienes puesto.
—Muy bien Abby, nos vemos más tarde.
Termino con el desayuno que había preparado mi mamá.
—Nadie con más talento que tú en la cocina —la beso, ganándome una amplia sonrisa.
Entro a mi habitación. Suerte que había ido a casa por más ropa.
Me coloco el vestido y las sandalias de tacón que Amanda había elegido para mí. Tomo el bolso también comprado por ella. Cepillo mi cabello. Una última mirada en el espejo. No podría estar mejor. Salgo de mi habitación.—Cuídate mucho mi niña —me dice mi padre.
—Papá pórtate bien —otro beso para él—. No vayas a trabajar aún.
Él asiente.—Los quiero —me despido.
Salgo de casa de mis padres, en ese momento, llega el coche de la empresa.
—Buenos días —saludo.
—Buenos días señorita Keira. ¿Podemos irnos?
—Listo —informo.
Llegamos al aeropuerto. Por supuesto, Aiden está detrás de esto. En el medio de la pista, está el avión y delante de la escalera está parado él. Con las manos en los bolsillos, sus largas piernas separadas un poco, su pelo como siempre revuelto al compás del aire, esta vez no estaba vestido de traje, tenía un jeans rasgado en las rodillas, un pulover a medida en blanco y un par de zapatillas deportivas.
El auto se detiene, yo bajo. Camino hasta detenerme frente a él.
—Lo controlas todo verdad —le digo.
—Casi todo Buckett —se acerca a mí, yo doy un paso hacia atrás—. Piensas seguir evitándome.
—Te equivocas Aiden, no te estoy evitando, simplemente no quiero tener ningún contacto contigo.
—Cuando seas más consecuente con lo que digas y lo que sientes, ese día te creeré —me mira como si en mis ojos observara toda la verdad que escondo.
—Aiden, soy consecuente entre el sentir y el decir, el que no estas siendo consecuente entre el decir y el hacer eres tú.
—Keira, sabes que no soy capaz de alejarte de mí. Me importa una mierda lo de solo sexo, te quiero conmigo.
—No seas egoísta Aiden, solo quieres sexo, si tanto necesitas tenerme cerca, porque seguimos en esta situación, estamos estancados en el tiempo.
—Keira, vivamos esta aventura juntos, después veremos que sucede.
—Me toma de la mano y entramos al avión.
Allí estaban Gabi, Ryan, Andrea, Liam y Dylan. Ellos aplauden.
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Inmune a sentir [Inmunes 1]
Romance... Aún siento su mirada intensa sobre cada paso que daba. No sé cómo mi cuerpo respondió tan bien. El corazón se me aceleraba y las piernas no andaban tan firmes, a decir verdad, caminaba por pura inercia. Solo lo miré tres segundos pero me bastaro...