1. El chico Campbell.

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Capítulo 1.

Hera

Recuerdo la primera vez que lo ví, había quedado hipnotizada. Era el chico más popular de la universidad de Chester. Él era alto, con un cabello color azabache increíble y algunos mechones le caían en la frente, unos lindos ojos oscuros, cejas pobladas, unos perfectos labios rosa pálido y un cuerpo muy bien definido.

Y santa mierda, este chico con una simple miradita podría bajarle las bragas a cualquier chica. Y como toda adolescente hormonal que soy tenía que admitir que era guapo, era una fantasía sexual andante.

Está bien, tal vez estoy exagerando un poco. Pero primero, Hera Collingwood (o sea, yo) va por la vida exagerando todo, porque vamos ¿A quién no le gusta el drama? Es lo mejor. Y segundo, el condenado tenía lo suyo bien puesto.

Y muy grande también.

Calla conciencia.

Ok. Basta de fantasear y seamos realistas, admito que me flechó. Pero un chico como él nunca estaría con alguien como yo ¿Y... Por qué? Uhum... Bueno, toda mi vida siempre he sido un cero a la izquierda, sin importancia, siendo la chica que literalmente vive en los libros. Para estar con él debería estar en su mismo nivel. Siendo popular, bonita y todo ese rollo.

Mejor me quedo con mis libros, además yo vine a Chester a estudiar no a babear uno de los pasillos de la universidad cada vez que lo veía pasar. Así como hace tres días, cuando llegué y lo ví por primera vez, casi me ahogo con mi propia saliva cuando pasó por mi lado.

Ya instalada en mi nueva habitación, veo a mi querida mejor amiga arreglarse para ir a una fiesta.

Si, una fiesta. Es increíble que solo tenemos tres días en este lugar y ya la han invitado a una fiesta ¿Y cómo? Es obvio, April es muy sociable con todos, absolutamente todos. En cambio yo, le agradezco a el de arriba por los únicos dos amigos que he tenido y tengo hasta ahora.

Extraño a Ale, mi mejor amigo desde la infancia, él está en otra universidad. Es maravilloso, tímido con la gente que lo rodea pero conmigo y con April es elocuente e introvertido. Haría cualquier cosa por esos dos y sé que ellos por mí también lo harían, soy hija única por lo tanto no tengo hermanos. Y desde aquella vez en el kinder que un niño de cabello rojizo con pecas en todo su rostro y una niña de piel morena y ojos verdes cortaron juntos el cabello de una pequeña Hera, desde allí esos tres niños se prometieron estar juntos hasta el fin de los tiempos. Me alegra tanto que aún esa promesa no se haya roto.

-¿Cómo me veo? ¿Estoy qué ardo? -April me pregunta sacándome de mis locos pensamientos, la observo por unos segundos. Mi mejor amiga es realmente hermosa por dentro y por fuera. Ella luce un bonito vestido color azul cielo, zapatos altos del mismo color, su cabello castaño que naturalmente es lacio ahora está ondulado y un maquillaje sencillo. Se ve increíble.

-Estás preciosa, estás que ardes -le digo con una sonrisa ladeada.

-Gracias chaparra, ¿Por qué no vienes conmigo? Será divertido -ella me mira con atención esperando con entusiasmo una respuesta de mi parte.

-No, yo paso -le digo.

No soy de ir a muchas fiestas y honestamente tengo muchas cosas que hacer.

-Aburrida -murmura April.

-Te escuché -suspiro-. Yo prefiero quedarme aquí haciendo cualquier cosa April, tú ve y disfruta ¿De acuerdo?

-Bien, pero la próxima irás conmigo y no acepto un "no" como respuesta ¿De acuerdo? -Dios, es tan insistente, pero aún así la quiero.

-De acuerdo, la próxima iré contigo.

Tanto ella como yo sabemos que eso no es cierto, peeeeero siempre le digo que si para verla feliz y después decirle que no iré por cualquier excusa, ya es como una rutina entre nosotras. No lo tomen a mal que le diga a April que sí y después no, es solo que no me siento cómoda en una sala con personas que no conozco, punto.

-¿Pinky... Promise? -ella me pregunta un tanto insegura ofreciéndome su meñique izquierdo, yo ruedo los ojos con algo de fastidio y lo atrapo con mi meñique derecho.

-Si, pinky promise -respondo de mala gana-. Ya estamos grandes para seguir haciendo esto -le señalo nuestros dedos unidos.

April empieza a reírse-. Hera, amiga. A mí me encanta el pinky promise y sé que a ti muy en el fondo también. No lo niegues.

Claro que lo voy a negar, si me gusta pero no se lo diré.

-Uhum... Ya deberías irte amiga, diviértete.

-Vale, lo haré. Tal vez hoy tenga sexo -la miro ceñuda, suelto nuestros meñiques y la veo recoger su bolso, su iPhone, sus llaves y unos condones de la mesita de noche, se dirige a la puerta pero antes se gira en dirección hacia mí, me mira y me da una sonrisa-. Eres la mejor, te quiero.

Desde pequeñas solíamos y solemos decirnos "te quiero" después de hacer una pinky promise. Tal vez es algo infantil pero para nosotras es algo muy importante.

-Yo también te quiero. Y no tengas tanto sexo hoy par favar.

April me sonríe-. Eso no lo prometo, pero... ¿Te conformas con saber que llevo protección?

-Bueno, algo es algo, y por lo menos eres responsable en eso -digo como si nada.

-Yo soy responsable en muchas cosas -se queja.

-Si, ajá.

-Si lo soy y punto, ya me voy. Loviuuuuu.

Me sonríe por última vez y yo a ella y con eso desaparece por la puerta de nuestra habitación.

Ya estando sola me dispongo a revisar mis redes sociales (estoy aburrida y no tengo nada que hacer) tomo mi teléfono y me lanzo en mi cama, primero reviso Instagram, luego Twitter y por último Facebook. Las redes sociales son muy buenas y útiles pero a veces suelen ser un poco asfixiantes, por eso trato de manejarlas con responsabilidad.

Ya revisé todo y decido tomar una ducha así que coloco mi iPhone a cargar y lo dejo en la mesa de noche. Tomo una toalla y me dirijo al baño.

***

Saliendo de tomar la ducha me visto y me coloco mi pijama con dibujitos de Bob Esponja. Mi teléfono suena anunciando una notificación de un nuevo mensaje. Veo la hora en un reloj que tenemos April y yo en la pared. Que raro porque... ¿Quién chingados envía textos a esta hora? Son las 2:46 a.m.

Las únicas personas que podrían escribirme a estas horas de la madrugada serían Ale y April. Pero ella seguramente a de estar follando con cualquier chico de la universidad. Muy ocupada para escribirme, y Ale debe estar visitando el país de los sueños. También muy ocupado.

Tomo mi celular de la mesa, si no son ellos tal vez sea un número equivocado. Lo desbloqueo y para mi sorpresa ni siquiera es un mensaje, es una solicitud de amistad en Facebook.

En shock, ciela.

No lo podía creer, era un sueño o tal vez una pesadilla. Sentí mi corazón bombear la sangre más rápido de lo normal, quería gritar, bailar. Pero lo que no sabía era todo el caos que desataría esa simple solicitud y su dueño.

Porque su dueño era nada más y nada menos que el chico más conocido y anhelado de esta universidad.

Era Josh Campbell.

_____

N/A: Primer capítulo... ¿Qué les puedo decir?

Vamos por partes, a ver, ¿Hera y su baja autoestima?

¿El chico Campbell?

¿Ale y April?

Uhum...

Nos vemos pronto en el capítulo 2.

Besos en la cola,

Ana Daniela.

EL JUEGO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora