N/A: En el capítulo tres hubieron unos pequeños cambios con respecto a los nombres de los hermanos de Josh (sólo eso cambié). Porque a partir de este cap los Campbell se harán solo un poco más presentes.
Capítulo 23.
Hera
Yo no debía estar ahí. En ese auto.
¿Y saben por qué?
Porque estaba considerando abrirle las piernas a Josh por segunda vez.
—Atrás, ahora —me exigió en un susurro.
—No, gracias... Estoy bien aquí —reí, nerviosa.
Empecé a sentir pequeños y molestos pálpitos en mi entrepierna. Y Josh; con sus besos, lamidas y succiones en mi cuello. Sólo hacía que ese pálpito se hiciera más grande e intenso. Hasta el punto en que dolía un poco.
—Diosa... No te lo voy a pedir otra vez... —la respiración de Josh estaba un completo desastre. Al igual que la mía.
Alcé una de mis manos para poder agarrarme de algo con fuerza y clavarle las uñas. Y creo que fue lo peor que pude haber hecho. Porque mi mano cayó inconcientemente en el pantalón de Josh. Sentí una erección del tamaño de un edificio de cincuenta pisos.
Ay, madre mía. Hasta aquí llegué yo. Esa cosa me va a destrozar.
—¿Sientes lo duro que estoy... Por ti? ¿Ves lo qué ocasionas?
Sí, ya lo ví. Y también lo sentí, mi rey.
—¿Josh? —lo llamé.
—¿Si?
—Dime que trajiste condones.
Rió por lo bajo—. Para lo que te voy a hacer no necesitamos condones, diosa.
¿Qué?, ¿Cómo qué no?
—Pero-
No pude decir nada porque Josh subió de mi cuello, a mi boca. Haciéndome callar.
Josh me besó con desespero, con ganas de más. Introduciendo su lengua en mi boca como todo un experto en la materia, una de sus manos me tomó por la cintura.
El pálpito en mi entrepierna se hizo mucho más grande, dolía un poco más. Nunca había tenido tantas ganas de querer ser llenada.
¿El sexo puede cambiar a las personas?
Porque creo que a mí me estaba cambiando. Josh me estaba volviendo adicta a eso, a él. Y sólo lo habíamos hecho una vez. Dos; pero con los dedos, si se puede contar lo del restaurante, claro.
—Josh, para... —le pedí.
—¿Qué?
—Debes parar...
—¿Por qué?
—Porque si no paras, no podré irme al asiento de atrás.
Se separó un poco de mí, me observó. Empezó a acariciarme una mejilla y dejó un beso en mi frente.
Mira nada más, el chico imbécil que ahora era tierno cuando estábamos a punto de follar.
¡Eso a mí no me interesaba, no quería que fuera tierno en ese momento!
—Josh, me duele.
Señaló con la cabeza el asiento de atrás—. Ve.
De inmediato como pude me levanté y me lancé en el asiento trasero. Casi me golpeo la cabeza con el techo del auto.

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EL JUEGO #1
Ficção AdolescenteUn juego. Dos participantes. Y un perdedor. Me llamo Hera. Haber entrado a la universidad Chester había sido un sueño para mí, lo que menos me esperaba era que al llegar me toparía con un idiota y su jueguito de seducción. Josh Campbell, no, el sexy...