3. El beso.

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Capítulo 3.

Hera

—¿Un beso? —lo observo seria por un momento y me doy cuenta de que tiene algunas pecas en sus mejillas, no le quedan nada mal—. ¿Estás loco?

—No, no lo estoy —y ahí está otra vez su linda sonrisa—. Es sólo un beso, quieres el libro, ¿No?

—Si... Si lo quiero, dámelo —le exigí.

Esta situación ya se volvió incómoda para mí, y rara. Si alguien me hubiera dicho hace 4 días que estaría aquí conversando con Josh Campbell probablemente me reiría en la cara de esa persona, pero ahora... Estoy ahí, hablando con él. Y no es un sueño. Pero sigue siendo raro.

—Entonces, dame lo que te pedí y yo te daré el libro. Fácil de hacer —me dijo en un tono bastante serio, así que me reí en su cara.

—Si, es fácil. Pero no lo haré. No te conozco.

Mentirosa.

—Que raro, yo pensaba que si por la forma en que me mirabas hace algunos días atrás.

Atrapada.

Inmediatamente me puse nerviosa sin saber que decir, después de todo creo que si notó mi presencia en los pasillos de los dormitorios. Y sobretodo mi mirada hacia él.

—Uhum... Yo, ¿Lo siento?

¿Qué dije? ¿Qué lo sentía?

A veces ni yo misma me entiendo.

Claro que no lo sentía, pero no quería admitir que lo había observado más de una ocasión. No quiero que crea que lo acoso.

—Descuida, no eres la primera ni serás la última —una sonrisa triunfante se extiende en sus labios.

Que ego.

—¿Aceptarás o qué? —me preguntó.

¿Y a este qué bicho lo picó?

¿Qué se cree? ¿Qué lo voy a besar?

Yo no voy por la vida besándome con cualquiera. Esa es April yo no.

Josh Campbell es un imbécil, punto. Pensé que sería distinto al resto pero me equivoqué. Es un idiota más del montón.

Necesita una pequeña lección.

Así que acepté.

—Está bien, acepto —accedí.

Pero, solo para darle algo muy diferente a un beso. Algo que de seguro le dolerá.

Sonrió con arrogancia y tomó la iniciativa, se acercó lentamente a mi y cerró sus ojos—. Estoy esperando, cariño —me dijo. Yo también me acerqué, estaba a punto de besarlo... Mejor otra cosilla.

Reuní todas mis fuerzas del más allá y le dí una patada en su entrepierna. Él enseguida cayó al piso quejándose del dolor soltando el libro que estaba en sus manos. Aproveché para tomarlo e irme para mi clase, pero a último segundo decidí girarme y caminé hacia él, aún estaba tirado en el suelo. Me agaché y lo observé con una sonrisita de pura diversión.

—Házle un favor al mundo y deja de ser un pesado arrogante ¿Quieres? —le dije—. ¿Qué creías, qué te besaría? No cariño, yo no beso a idiotas como tú.

Joder, solo con decir esas palabras me sentía la reina del universo, ni yo misma sé de donde carajos saqué tanta valentía para hacer eso. Acababa de patear a Josh.

La cara de Campbell estaba entre el horror y la furia. Y todo eso provocado por mí.

Entre quejidos se puso de pie, me miró y no pude interpretar lo que veía en sus ojos.

EL JUEGO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora