Capítulo 14

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El mago


Sayaka

El ambiente entre nosotras ha cambiado drásticamente. "Te quiero a ti ahora mismo" ¿Exactamente qué es lo que significa eso? Ella detuvo el auto, no pude darme cuenta en qué momento había pisado el pedal de freno. Habló sin detenerse un segundo para respirar. Tengo a Kirari justamente a mi lado diciéndome lo que por todo este tiempo estaba esperando a oír. Las cosas en mi cabeza se han detenido y en su lugar piensan en lo linda que se está viendo. Me mira como solía hacerlo y siento como mi estómago se aprieta, comienzo a considerar que todo lo que creía antes ya no importa, Kirari no ha cambiado en absoluto, al menos no conmigo.

Antes de decidir si ir contigo o no, quiero que me cuentes todo, comenzando desde el día en el que me pediste que me casara contigo.
Al parecer su serenidad no iba a durar para siempre, abrió los ojos como platos y apartó su mirada de mí, aprieta el volante y mira hacia enfrente, su rostro se ha relajado y eso me tranquiliza, ahora puedo entender que es un tema que podemos hablar. Luego de un suspiro largo, se endereza y me mira detenidamente, analizándome, como si fuera algo nuevo.
—¿Qué por qué lo hice? Es fácil decirlo.
Dijo y dejó escapar una pequeña risita, no puedo dejar de pensarlo, es tan linda. Su tono de labial a bajado un poco y creo saber muy bien donde se ha quedado impregnado la mitad. Sí exacto, en mi boca.
—Te quiero, te quiero conmigo para siempre, quiero que estés a mi lado, durante nuestro tiempo en la preparatoria me di cuenta eso. Simplemente no quiero dejarte ir, no tienes que pensar demasiado las cosas Sayaka, lo hice porque sí, así sin más, lo hice por el simple echo de ser tú, nadie puede ocupar tu lugar. Quiero seguir el resto de mi vida junto a ti tratando de entender que hay dentro de tu pequeña cabeza, estás llena de sorpresas y nunca podría cansarme de ello... Nunca creí que quisieras ser una maestra.

La miro asombrada, mis defensas han caído desde lo más alto, no soy capaz de poder formular ninguna palabra, la mujer de mi vida está diciéndome que me quiere solo a mí. Entonces habíamos tenido los mismos síntomas desde el principio, me siento apenada al tratar de culparla por mi sufrimiento. Sin embargo lo último me desconcertó.
—¿Cómo sabes eso?— le pregunto un poco asustada.
—Ara, Sayaka, tengo el dinero y a la gente indicada para encontrarte, realmente no tuve que esforzarme mucho para saber en donde estabas.
Es verdad... Aunque no entiendo por qué si sabía que ya no vivía aquí, no enviaba las cartas a mi nueva dirección.

—Entonces ¿Por qué seguías escribiendo a la casa de mis padres?
—Por mera educación, además, no supe donde estabas hasta un año después cuando me enteré que te habías ido. Luego de hablar con tu madre puse manos en marcha, no quise intervenir con tu vida porque creí que estaría bien darte tu tiempo, quería saber cómo estarías sin mí.

Demasiado arrogante y honesta. Digno de alguien como ella. Ruedo los ojos internamente porque ahora no podría hacerlo, sus ojos azules tan claros y oscuros por la falta de luz son tan increíbles. Posiblemente se asemejen a alguna reliquia, ahora no puedo recordar alguna en especial.
—Además, no quería hacer sentir mal a mi hermana, Saotome ha sido muy difícil de encontrar, le dije a Ririka que me dejara buscarla con mis recursos pero era de esperarse que se negara, dijo que quería actuar por su cuenta, aún así no le hice caso y decidí usar el mismo método que contigo. La diferencia es que tú apareciste y ella no. Desde entonces había estado fingiendo no saber dónde estabas, por eso tampoco podía acercarme a ti.
—Por eso te fuiste de la academia...— digo casi susurrando pero ella logra oírme. —Te preocupa tu hermana— esta vez lo digo en un tono audible.
—Sí, Ririka y yo somos las últimas descendientes de los Momobami, nuestros padres y abuela murieron hace mucho. Teníamos una gran responsabilidad sobre nuestros hombros solo por ser las sucesoras, muchos no estuvieron de acuerdo y solo esperaban a que cometiéramos algún error, la más afectada en todo, bueno ya sabrás que fue Ririka. Por eso quiero ser una mejor hermana de ahora en adelante, en aquel momento eso significaba que tenía que sacrificar algunas cosas. Siento mucho que tú hayas sido una de ellas, pero ahora que te vuelvo a ver no quiero dejarte ir... Así que dime cuál es tu respuesta.

Siempre había echo las cosas sin pensar y nunca escuchaba alguna opción. Hoy ha sido diferente, realmente ha hablado con todo su corazón y ha sido increíble descubrir que dentro de esa carcasa formidable hay una chica preocupada por su familia y por quienes quiere. Es maravilloso saber que estoy presenciando una faceta diferente de Kirari. Las dudas y malos pensamiento se han ido, mis preguntas han sido respondidas y ahora puedo ser capaz de entenderla. Estoy tan feliz en este momento que solo hay una cosa en la que puedo pensar: la he amado con todo mi corazón desde siempre, la Kirari de la preparatoria Hyakkaou, la Kirari de ahora, estoy perdidamente enamorada de todo lo que hay en ella. Y la razón del porqué me había rehusado a aceptarlo todos estos años era porque siempre pensé que ella no sería capaz de dejarme así como así, debía pasar algo y hoy pude saber que mis sospechas eran ciertas. Al igual que Kirari, yo también quiero pasar mi vida a su lado. También quiero seguir viendo más momentos en los que su corazón habla.

—Acepto... Y no solo la invitación de estar contigo está noche... Si no que también acepto la idea de poder pasar toda mi vida a tu lado. Siento haber dudado de ti y de sus sentimientos.
Se ha quitado el cinturón de seguridad, acomoda su cuerpo de tal manera que deja su espalda apoyada del lado de su puerta. No obstante se separa. Estira una de sus manos hasta alcanzar una de mis mejillas y en mi piel puedo sentir lo frío que sea ha vuelto... Tenía miedo mirar pero ahora que lo hago me doy cuenta que es nuestro anillo, aún lleva nuestro anillo de la promesa que hicimos hace ocho años atrás, no hay duda de ello porque es exactamente igual al que yo tengo. Kirari, en verdad no te merezco.
—Sé que he hablado ya sobre nuestro matrimonio antes y ahora apenas lo he mencionado, pero... Quiero que está vez vayamos despacio, quiero recuperar el tiempo que te he tenido lejos de mí.
Se acerca lo suficiente como para (nuevamente) darme un beso, ha sido uno corto y en ningún momento me ha soltado la mano ¿Qué es este tiempo tan magnífico? ¿Realmente está es la Kirari de 25 años? La había imaginado... Diferente.
—No importa si estamos comprometidas o no, siempre te he querido, Kirari. Todo mi amor siempre ha sido para ti...
Cambiemos el rol de las cosas, aunque sea un poco. No puedo ir y caer tan fácil.
—Pero eres demasiado terrible ¿Cómo te atreves a dejarme en la noche de tu graduación y que en la misma se suponía hablarías con mis padres? ¿Puedes imaginar cómo me sentí? Te culpé de haber roto nuestra promesa y por romper mi corazón, me obligaste a hacer algo que nunca imaginé... Y era tratar de olvidarme de nuestros recuerdos.
Ciertamente tengo derecho a desquitarme un poco, aunque sea solo un poco. Entiendo que se fue para cubrir a su hermana, debió decirme al menos que tenía otras razones, o mentirme al menos. No irse así como si nada dejándome a mi suerte para intentar adivinar la razón del porqué me dejó plantada.
—¡Oh, lo siento! No quise decir eso— Ahora que lo pienso, talvez fue demasiado... Nunca me había dirigido a ella de esa manera.
Ella no dijo nada, simplemente puso los ojos encima de mí y no los quitó más, su boca se curva formando una muy pequeña "o", las cejas levantadas y debido a la luz (los reflejos en los vidrios) sus ojos han tomado un azul más claro, inocente. Tan divina.

—En verdad estás tan llena de sorpresas. Y eso me gusta, me gusta mucho. Perdóname por hacer eso, haré lo posible para pagar mi deuda y lamento lo de tu padre, ahora no tendré el placer de conocerlo.
Es mi turno de mostrarle un poco de afecto, sin embargo, aún estoy un poco enojada con ella, no es mucho, pero quisiera ponerle una mano encima. La sujeto del cuello de su suéter y tiro de ella hacia a mí, dejándola delante y cerca de mi nariz, justo donde la quiero. No sé ha opuesto a nada, al contrario, tiene un muy bonita y traviesa sonrisa en su rostro. Mi cinturón desde hace un rato está libre y puedo moverme con facilidad.
—Por favor, ¿Podrías volver a besarme? hazlo tanto como te guste y tanto como lo sientas. Aún no creo que pueda tenerte aquí, conmigo. Esto parece un sueño.

¿Eh sido demasiado ruda? Sus ojos permanecen como platos... Quién pudiera imaginar a la mismísima Kirari haciendo ese tipo de expresiones, es realmente genial que solo yo he podido presenciarlas, además de su hermana.

—Magnífico ¿Alguna vez lo imaginaste, Sayaka? Nosotras dos interactuando como unas adultas... He esperado demasiado por ti, no dudes en que no vaya a hacerlo. Pero antes, debemos llegar a mi casa, Ririka y yo hemos estado practicando una receta y me gustaría que la probaras ¿Qué dices? Podemos seguir nuestra conversación si así lo deseas. Pídeme lo que quieras, absolutamente todo.

Se ha regresado a su asiento y se coloca el cinturón. En verdad es tan mala, me ha dejado con ganas de volver a besarla.
Que ella cocine para mí, en verdad no me lo creo.

—Vamos— le dije, deseando ver la manera en la que vive ahora siendo independiente. Siendo libre.

He perdido la noción del tiempo.

Kirari no tuvo que esperar a que lo repitiera, enciende el auto y pisa el pedal a fondo. El motor cruje y de cero a cien comenzamos a avanzar, ella parece disfrutarlo, el aire que apenas entra por la ventanilla le revuelve el cabello y se ve tan despreocupada, tan joven, llena de energía, tan preciosa. Avanzamos por una larga y amplia carretera que nos permitió avanzar hasta el final. A esto me refería por haber perdido la noción del tiempo. Cuando salí de casa el sol estaba a dos horas aproximadamente de ocultarse, ahora está totalmente oscuro y la luna es lo único que nos guía durante los metros sin alumbrado ¿Dónde está mi teléfono? Empiezo a preocuparme porque no recuerdo haberlo guardado por algún lado de mis bolsillos.

Bueno, me preocupare después, eso ya no importa, estoy feliz de como ha sido nuestro reencuentro, que me haya besado de nuevo, que me haya dejado tocarla así solo sea poniéndole una mano sobre la ropa ha sido lo mejor en estos días para aliviar el dolor y vacío en mi corazón. Ella lo ha entendido y es por eso que está tratando (aunque no me lo diga) de levantar mi estado de ánimo. Cuando me encontró estaba terminando de llorar... La voz se me había quebrado desde el momento en el que me encontré con la piedra que en ella está tallada el nombre de mi padre. Mis oraciones fueron básicamente dirigidas así:
"Gracias por..."
"Te amo tanto que..."
"Gracias a ti..."
"Hoy agradezco..."
"Ojalá me escuches..." Y la más importante.
"Perdóname..."

Cada palabra que pronunciaba, cada una se hacía más y más pesada cada vez hasta el punto en el que sentí que me faltaba la respiración, ahí fue cuando no soporté tanto y solté en llanto. Quería gritar pero recordaba en dónde estaba así que no me lo permitía. Entonces, cómo un rayo de luz y esperanza ella apareció. Hizo que todo se detuviera y que todo cobrara un sentido diferente, no necesitaba un tiempo a solas, la necesitaba a ella estando solas. La extrañaba tanto que al besarme sabía que no había vuelta atrás para mí, que realmente no importaba lo que ocurriría después. Yo estaba sintiéndome viva de nuevo. Dándome todas esas sensaciones y experimentarlas en carne propia, compartiendo mis recuerdo con la única persona que he amado desde siempre. Esa es mi razón de existencia.

Kirari se detuvo en el primer mini súper que vimos, intenté acompañarla pero me dijo que la esperara en su auto, no se demoraría demasiado. Le obedecí y ella no tardó en volver a aparecer, llevaba una bolsa de plástico en una de sus manos y en la otra sostenía su celular. Se ha vuelto más alta y delgada, sus facciones no han cambiado sin embargo, se ve mas madura. Y vaya que lo ha sido. Antes de subirse a su auto comienzo a sentir vibraciones viniendo de la parte trasera de mi pantalón. Oh, ya recuerdo, ahí guardé el móvil. Me remuevo en el asiento para sujetarlo y mientras estoy en esa acción Kirari abre la puerta del piloto y entra, había estado metiendo las bolsas en la parte de atrás. Cuando tengo mi teléfono en mis manos veo que es una llamada entrante de mi mamá. Para mí mala suerte el celular a dejado de sonar y no pude contestar, Kirari lo notó. Solté un suspiro pesado que había estado aguantando desde hace un buen rato. Había olvidado que me salí de mi casa sin decirle a nadie, muy probablemente ahora Naga esté exagerando y también que eso preocupe aún más a mi mamá, nunca se sabe que esperar.

—¿Todo está bien?— Dice ella colocándose el cinturón.
Talvez deba volver a casa por hoy, me preocupa la idea de dejar sola a mi mamá con Naga en casa, se han llevado de lo mejor y eso es lo más preocupante.
—Mi madre es quién llamó, creo que talvez está preocupada porque no he regreso.
Mira el reloj en la pantalla del GPS.
—Deberíamos posponer la cena, no quiero que tu madre piense que me estoy robando a su hija. No quiero causar malos entendidos. Además ha pasado algo y debo ocuparme de ello ¿Te parece si paso por ti mañana?
—Está bien, pero ¿Podrías recogerme temprano? Quiero mirarte mientras preparas la comida.

¡Mis mejillas se han tornado rosas! Es tan difícil pedir algunas cosas, pero ella dijo que le pidiera lo que sea ¿Cierto? Talvez podría adaptarme a eso.
—Por supuesto— responde.
Me es casi imposible esconder mi alegría. Nuevamente enciende el auto y termina dando vuelta en un retorno, ahora que lo pienso vivimos en direcciones apuestas.

Pero a ver, a ver... En ningún momento he mencionado mi dirección ¿Cómo es que sabe exactamente por dónde ir?
Ah, ya recuerdo. Conoció y habló con mi madre, además "tengo el dinero y la gente adecuada para encontrarte". Quién lo diría, así es una millonaria.

El camino a mi casa ha mejorado mi estado, le conté la historia de mi padre y Kirari me escuchó atentamente, me dedicaba pequeñas miradas como si estuviera asegurándose de que estuviera bien. En un semáforo se detuvo y me abrazó, algunas de las lágrimas de caían por mis mejillas las limpió con su dedo. Me aferre a ella como si fuera mi salvación a este sentimiento casi imposible de soportar. Lloré nuevamente como no lo hacía desde que ella se fue. Sin embargo, al estar llegando casi a mi dirección pude sentir que me había quitado un peso de encima. Había estado aguantando y reprimiendo mis emociones para ser fuerte por mi mamá, ella era la más afectada e inconscientemente estaba descuidándola. El segundo día que estuve aquí decidí encerrar mis emociones y preocuparme por ella. Kirari me dijo que eso es admirable, casi nadie haría algo así y que tampoco nadie sería tan capaz de aguantar por tanto tiempo. Me hizo sentir especial. Cuando nuestras manos se encontraban por casualidad ella me sujetaba y con su dedo pulgar subía y bajaba acariciando mi piel. Era tan reconfortante saber que la tenía a ella escuchándome y apoyándome, diciendo que era normal sentirse triste y que no estaba mal llorar. Podía hacerlo, porque ella estaría cerca para consolarme.
Llegamos a mi casa, Kirari no se bajó de su auto. Le dije que podía ofrecerle algo para beber pero dijo que estaba bien, necesitaba irse ya, se disculpó y luego reafirmó pasar a recogerme mañana. Hace unos minutos ha pasado eso. Ahora estoy delante de la puerta de mi casa deduciendo qué podría decirle a mamá. No estoy segura si decirle la verdad. Puede que a ella le desagrade la idea de que Kirari y yo estemos hablando de nuevo. Ni hablar sobre decirle los dos besos que me dio. Porque sí, ella fue quien tuvo la iniciativa. Justo antes de abrir la puerta esta se abre de par en par y veo a una Naga enérgica vestida con un gran suéter, gorro y guantes. Naga al verme se queda boquiabierta, como si viera a un fantasma, en cuanto reacciona me abraza y como estamos le dice a mi mamá que he llegado.

—¿Dónde te habías metido, Igarashi? ¿Tienes idea de cuánto tiempo estuviste fuera? No dijiste a donde ibas y nos tenías preocupadas. Tu madre dijo que estaba bien, que podrías cuidarte tú misma pero ¿Y si algo te pasaba? Podría ser que incluso un auto te atropellara.

Sí, así es la imaginación de Naga.

—Estoy bien, solo he salido a caminar un rato.
Levanto la vista y me encuentro con esos ojos oscuros y temerosos. Talvez sí, de camino para acá Kirari se detuvo varias veces, alargando el tiempo. Nuestro tiempo. Mi madre me observa y no puedo sostener mirarla a los ojos, le pido a Naga que me suelte y así lo hace.
—Siento haberme ido sin avisar, ya estoy en casa— ella, sorpresivamente me abraza.
—Comencé a preocuparme cuando no respondías tu celular, Sakura ha estado preguntando por ti y estuve nerviosa al decirle que no sabía en donde te habías metido.
—Estoy aquí. Olvidé mi teléfono en mi habitación, ya no soy una niña, mamá, pero siento haberte preocupado.
—Naga me contó lo que pasó. Perdóname por no decirte nada al respecto de las cartas, estaba muy preocupada por ti. Habías adelgazado, te deprimiste tanto e incluso te fuiste. Las guardé porque pensaba que no estarías lista, también temía un poco por lo que hay escrito dentro.

Contigo siempre estaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora