All It's About You ▪︎ ||Omegaverse|| [YiZhan]

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Actualidad

— ¿Dónde está el error? — preguntó el beta con seriedad.

— E-está limpiando la biblioteca... — justo en ese momento un delgado chico de cabello negro pero opaco hacía acto de presencia en el lugar.

El chico saludó haciendo una reverencia y se posicionó rápidamente a un costado de la beta mayor del lugar en donde se encontraban.

— El hijo del alfa Tao vuelve hoy de Canadá y hoy él será nombrado el nuevo alfa de la manada... El alfa ordenó que se realizará un gran banquete para su llegada, mucha gente vendrá, lobos importantes e incluso de otras manadas, nadie que no esté permitido puede acercarse a él, si él no los llama, no se acercan, sí no son solicitados mejor ni se aparezcan... Ustedes conocen las consecuencia por no obedecer las reglas de esta casa, ¿verdad defecto? — preguntó dirigiendo su mirada al pequeño y delgado pelinegro.

El nombrado asintió rápidamente y el beta sonrió.

— Quiero a todos trabajando para que todo sea perfecto, el más mínimo error, y todos pagan... Esta noche los quiero a todos, menos a ti, así que no quiero ver tu rostro allí afuera, ¿me entendiste? — el pequeño asintió y el beta salió de la cocina.

En cuanto dejaron de sentir su presencia todos respiraron más calmados, soltando el aire que sin darse cuenta, habían estado reteniendo, y una mujer mayor se acerco al menor preocupada.

— ¿Cariño estás bien? ¿No te duele? — preguntó acariciando con delicadeza el morado en el pómulo del menor mientras que sus ojos veían los demás golpes en el rostro y cuerpo del chico.

— E-estoy bien nana, no te preocupes por mí, mejor te ayudo con lo del banquete y luego me voy — sonrió.

— Mi niño. ¿Cómo no quieres que me preocupe por ti? Desde que llegaste a este lugar nunca he querido que te suceda algo malo y mira nada más — dijo acariciando el cabello del menor con tristeza.

— O eras tú o era yo, yo tampoco quería que te golpearan por culpa de los sobrinos de la Luna de la manda — habló con un tono de cansancio combinado con tristeza.

— Yo ya estoy vieja...

— Por la misma razón, no me arrepiento de lo que hice, los golpes, el dolor terminará pasando, pero ya olvídalo... Mejor vamos a empezar antes de que el beta se enoje y nos castigue a los dos — el menor se separó comenzando a hacer sus tareas.

La beta quien lo veía moverse de un lado a otro ayudando en lo que más podía, sintió tristeza, ese pequeño niño, tan puro e inocente, que no conocía el odio y el rencor, llegó a su vida a quitarle un poco la tristeza y reemplazarla por sonrisas y alegría, pero no solo a ella, si no a todos lo que trabajaban allí, querían que ese pequeño se aleje de allí, porque vamos, ese pequeño ángel no merece estar en un infierno como ese.

— Mi Zhan... Tienes que irte de este lugar, no quiero que sigas sufriendo — susurró mientras se movía para comenzar a preparar todo.

Zhan llevaba una caja de papas a la cocina mientras que detrás de él iba un chico un poco delgado y casi de la misma estatura que él cargando una caja igual. Escuchó cómo este soltaba un quejido y el sonido de un golpe algo ruidoso se hizo presente en la parte de atrás, giró rápidamente y allí se encontró con el chico de rodillas en el piso y las papas regadas por todos lados.

— ¡Ge! — bajó la caja y se acercó rápidamente al joven.

— Yang-ge ¿Estás bien? ¿Te hiciste daño? — preguntó preocupado.

— E-estoy bien, recojamos esto antes de que alguien nos vea y nos reporte con el beta — dijo intentando ponerse de pie.

— No, tú... Ge tú siéntate aquí... yo recojo todo.