Mentira sobre mentira

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Me sorprende la divinidad de los angeles, son deidades perfectas en cualquier aspecto, hasta en lo malo.

Salí de puntitas del cuarto del monarca, suponía que nadie escucharía mis pasos al escabullirme por los pasillos.

—¿Me vas a quitar a mi hombre?—Salté del susto al escuchar la voz de Lilith entre las sombras.—Yo seré la Reyna, Sol.

—Pues tu rey me desea a mí, no te consideres afortunada.

Sentí que la mujer me jaló hacia ella quedando ambas muy cerca.

—No te creas tan brillante Solecito, no lo eres.

La empuje y me fui de ahí, rumbo a mi habitación.

Lo único que podía pensar en ese momento era en lo mucho que me dolía el cuerpo, el monarca no es nada de lo que dice Lilith, conmigo no.

Es violento, invasivo y bastante fuerte, no tiene piedad al hacerlo, no es dulce, no es algo que me gustaría contar o recordar, pero pronto saldré de aquí, espero.

Estaba a punto de girar la perilla de mi puerta cuando jalaron de mi hacia atrás, tapando mi boca.

—No hagas ruido Sol- susurro Arfkiel.

Me metió a su cuarto y cerro la puerta.

—Dejeme salir.

—¿Te crees muy lista?— se acercó a mí —¿Crees que vendrás aquí y te meteras en su cama sin consecuencias?.

Afkiel estaba tomando mi mano con fuerza, tanto que dolía.

-Estoy sobreviviendo.

-Ya me harté de ese cuento, ¿Qué buscas?

-Que me sueltes- ahogue mis palabras en un gemido de dolor.

Afkiel me soltó y vio mi cuerpo entre la oscuridad, lleno de moretes y rasguños.

-Yo podré ser un desquiciado, pero jamás sería un monstruo como para hacerle daño a mi astro favorito.

-Dejame salir, porfavor- suplique.

-No, hoy no.

-Afkiel- comencé a llorar -¿Qué quieres de mí?.

-No lo sé, pero quédate está noche.

Quedé aterrada, no podía creer que en una sola noche me estuvieran pasando tantas cosas desagradables.

-Ven- Susurro Afkiel -sientate conmigo.

Obedecí al instante, quedando en su cama sentada junto a él, no por gusto, simplemente haría lo que fuera porque no me matarán hoy.

-¿Te hizo mucho daño?

-Si, me lastimo.

-Es una bestia.

Entraron de golpe a la habitación.

-Afkiel, deje a la señorita Sol, porfavor.

-No se porque te protege tanto mi padre, maldita humana.

-Eso a usted no le interesa, deje a la chica- dijo Raquel molesta.

-Te daré el gusto hoy- sonrió sádico

Raquel me tomo del brazo para llevarme a mi habitación lo más rápido posible.

-Raquel, ¿Cómo es que el...

-Todos aquí lo saben, tuve un amorío con el monarca hace años, por eso no se deshace de mi.

-Pero si ellos están matando humanos.

-Tuve suerte, a diferencia de ti.

-¿Por qué yo?

El Sol Del Edén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora