Maldita seas Sol

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Afkiel.

Estaba enfadado con ella, de su rebeldía, de su desobediencia y de su desinteres, del porque no me escuchaba y no entendía que todo lo que estoy haciendo es por su bien, por nosotros y por este maldito lugar.

Me llena de ira no poderle decir que mate a mi padre para salvarla, y salvarle a mi, a todos, como quise hacerlo con mi madre.

Me asome por la ventada del salón principal, con vista al Edén, donde a lo lejos pude ver a mi pequeño astro, tirado en el pasto frio y mojado, Sol estaba acurrucada en sí misma para no morir de frio, y sentí culpa, puedo estar molesto con ella, pero no había razón para hacerla sentir como si no valiera nada para mi, al final, creo que la primera vez que sentí que enloquecí, fue cuando provee su piel por primera vez.

Intente abrir la puerta, pero una mano de tez blanca y largos dedos que terminaban en unas uñas tintadas de rojo me lo impidieron.

—¿Qué mierda quieres?

—Ayer estabas muy contento sin ella y hoy quieres correr a buscarla, eres patético.

—No me decías eso cuando querías que te hiciera mía— bufé

—Y quiero ser tuya, por eso no te dejare ir— Dijo Lilith cerrando por completo la puerta

—Eres patética rogándole sexo a un ángel.

Por su rostro pude notar que mis palabras la enfurecieron, justo eso quería lograr. Abrí la puerta de golpe, haciendo que la demonio se quitara de mi camino y por fin salir al jardín.

El pasto estaba mojado, caminar por el Edén así me recuerda a cuando era niño, a cuando los domingos salía temprano con mamá a recolectar frutas para el desayuno, arrancando un par de rosas para ella, porque un ángel tan perfecto como mi madre solo podía obtener las mejores rosas.

Mi corazón se aceleraba conforme me acercaba más a donde ella estaba, pudiera decir que era el sentimiento de culpa, pero para ser honesto, yo jamás sentiría culpa por mis acciones, no después de darle su merecido a mi padre, al final creo que toda acción tiene una reacción, por lo tanto se justifica que sea un desquiciado. 

Verla dormir era un agasajo, pero al recorrer mi mirada sobre su cuerpo, pude notar que sus dedos se veían azules por el frio, no podría considerarme un monstruo por eso, pero tampoco soy perfecto así que solo le diré que entre y que se de un baño caliente.

—Sol— dije al agacharme para verla de cerca —Sol, ya es de día

La pobre chica despertó de inmediato, algo asustada, se le veían tonalidades oscuras al rededor de sus ojos, no tuvo una noche fácil, es entendible; cuando se dio cuenta de que era yo quien había interrumpido su siesta frunció el ceño y me miro con desprecio.

—No voy a volver— salió de su boca 

—Es una orden Sol— se levanto apresurada quedando frente a mí, retándome —Tienes que ir a bañarte y dormir

—No entrare, prefiero irme al infierno antes que volver a vivir en el mismo techo que tu.

—Maldita sea Sol, entra ahora— La tome del brazo y comencé a caminar, llevándola casi arrastrando conmigo.

Sol se iba resistiendo, incluso trataba de lastimarme con su otra mano, hasta que casi llegando a la entrada del palacio me harto y la solté, haciendo que cayera de golpe en el pasto húmedo.

—Has lo que se te de tu maldita gana Sol, me importa un carajo lo que te pase de aquí en delante.

Creí que respondería, pero su silencio inundo el momento, entonces la vi, aguantando el dolor de la caída, y quise sentir empatía, pero no le costaba nada obedecer, solo negué con la cabeza y entre al palacio sin ver atrás.

☁️☁️☁️

Tenia horas bebiendo en el trono de mi parte, y cada trago de vino me hacia sentir más ebrio, pero disfrutaba el amargo sabor a frutos rojos fermentados, sentir como la consistencia del vino calienta mi garganta y deja con sensación seca a mi paladar, mientras que mi mente se encuentra en blanco, tratando de evitar cualquier emoción de las ultimas semanas.

—¿Ahora eres alcohólico? ¿Qué sigue? ¿Nos darás la comunión a todos con tu vino?

—No soy Dios Lilith— dije enfadado por la interrupción

—Pero juegas a serlo, te deshaces de los que a tu moral lo merecen— me enderece confundido

—¿A qué te refieres?

—A nada en especifico— Se burló —Solo creo que si los humanos hubiesen querido matar a tu padre desde el principio hubieran disparado en su pecho o su cabeza, a demás, ninguno de ellos portaba una navaja, solo armas de tiro

—Eres muy conspiranoica, no es el infierno para tanto sadismo entre ángeles

Intentaba guardar la compostura, aunque mi pecho ardia por la ansiedad que sentí al escuchar cada maldita palabra de la demonio, cada palabra tan llena de lógica  y razón, sobre todo de verdad

—Solo puedo decirte que todo se sabe— hizo una pausa para reírse —Todo se sabe en el infierno y el cielo

—Largo— me miró extrañada —Toma tus malditas cosas y te largas del palacio

Lilith borro la sonrisa de su rostro y se fue, dejándome solo hundido en mis vicios.

☁️☁️☁️

Baje aún ebrio, algo desesperado y mareado por lo fuerte del vino, las escaleras se me hacían eternas.

Logré llegar hasta ahí, el ambiente se sentía frío y fúnebre, como la primera última vez que estuve aquí, aún queda la sangre del maldito al que llamaba padre, luego de que pise el corazón inservible que lo hacía seguir con vida.

—Ojala que te jodas en el infierno Aftiel, así como jodiste a mamá cada año que vivieron juntos.

Sentí una puñalada en el pecho, como si algo me quitará la vida, como si poco a poco dejara de ser yo, lo que era cuando mamá me hacía sentir amado, pero solo era yo, con una herida emocional profunda que solo se controla cuando el Sol resplandece para mí.

Pero poco a poco siento que mi astro favorito se va apagando por mis errores, y me encanta la luna, tan fría y reluciente, pero no cambiaría por nada del mundo el calor del Sol, de mi amada Sol.

☀️☀️☀️

Helloooow mis fresitas🍓

¿Cómo están? Acá andamos bien, ya platicaremos luego...

¿Qué tal este capítulo?🥺☀️

Les dejo mi ig, para que sepan un poquito más de mí:

@iv.segovia

El Sol Del Edén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora