Me das paz

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Todo el maldito día me la pase en el cuarto, no queria ver a nadie, no queria comer y mucho menos escuchar a Afkiel tratar de justificarse, cuando lo vi sonriéndole a la estúpida de Lilith.

-Mi niña, abre porfavor, tienes que comer- La voz cansada de Raquel me hizo doblegarme

Abrí la puerta sin pensarlo, podía jurar que no me importaba nada más que no hacer sentir a aquella mujer.

-Estoy bien- le dije viendo la charola con comida

-Tienes que comer- entró a mi habitación y cerró la puerta -mientras cuéntame qué pasó.

-Pues nada- tome un pedazo de pan y lo mordí -Lo encontré casi con Lilith brincandole encima

-Esa maldita vibora

-No importa, todo estará bien-voltee a ver la ventana, el ocaso estaba deslumbrante y yo solo podía contar los minutos para que llegara mi traidor favorito

Seguí comiendo, la puerta se abrió y dejo ver a Afkiel ahí, simplemente fruncí el ceño de molestia.

-Raquel déjanos solos

-Raquel quédate aquí- le pedí sin quitarle la mirada al Ángel

-¡Raquel largo!- le gritó a la pobre mujer quien recogía las sobras de comida apresurada

Me levanté y me puse en frente de el, sabía que el podía romperme en dos si quisiera, últimamente se le veía más fuerte, como si hubiera estado entrenando, aunque mi valentía era enorme.

-No le vuelvas a gritar a Raquel- le dije molesta -Me importa un carajo si es tu palacio, a ella no le gritas- no me di cuenta cuando mi mano estaba apuntando al rostro del angel

Afkiel molesto, tomo mi muñeca con fuerza, Raquel ya había salido de la habitación, y Afkiel aprovecho para cerrar la puerta con seguro.

Cada vez más sentía el agarre más fuerte, sin embargo no le pedí que me soltará, mi ego pesaba más que el dolor que yo sentía, al parecer se desespero y me empujó a la cama

-¡No tienes derecho de tratarme así!- me gritó -Si vuelves a hablarme de ese modo te largas de aquí.

Antes de que pudiera decir algo salió de mi habitación, y me encerró, cosa que no me preocupaba en lo absoluto, ni siquiera quería salir.

Voltee a ver mi muñeca, que se encontraba roja por el fuerte agarra del angel, y me permití llorar, porque en verdad había dolido.

Y pensar que en algún momento de idiotez me sentí atraída a este maldito enfermo.

No podía imaginar cuando desearía irme, sin embargo, el hecho de que no me dejara responder me dió a entender que en verdad no quería que me fuera, simplemente la amenaza de correrme del Edén era una forma de "controlarme", si supiera ese imbécil que puedo ir al infierno y estar mejor que en su maldito jardín.

Limpie mis lágrimas y me recosté de mejor forma en la cama, queriéndome dormir por un rato, aún dolía mi muñeca, el dolor era enorme, cuando voltee a verme, la muñeca se había tornado con partes amoratadas, y verdes, definitivamente Afkiel no midió su puerta.

☁️☁️☁️

Escuché la ventana abrirse de golpe y me desperté asustada, sin embargo la luz de la luna dejó ver unos hermosos ojos y en uno de ellos una cicatriz.

-Vaya, aún te asustas cuando llegó

-No puedo fiarme de un traidor

-Interesante- se acercó a mí- te extrañe, suena loco, te vi antier.

El Sol Del Edén.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora