cap 2 ⇡

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El pelinegro llegó a la casa a eso de las nueve y media de la noche. La luz de afuera estaba encendida, iluminando el lindo jardín que tenían.

Unas horas antes, luego de haber almorzado y que esposo e hijo partieran a casa nuevamente, los pedidos parecieron multiplicarse. Junto a Pachin estuvieron todo el día ocupados, trabajando. Hubiera sido cansador si no le gustara su trabajo, pero lo amaba, y ver a su familia por un rato hizo que recuperara algo de energía.

Colocó la llave en el picaporte y dando dos giros, abrió la puerta. Ingresó y automáticamente se quitó las zapatillas.

—Estoy en casa —anunció, esperando ver a su esposo junto a su hijo ir a recibirlo, pero nadie apareció, lo único que escuchaba era el sonido del canal de noticias.

Frunció el ceño confundido. Ese día Mikey no tenía planes para salir, ¿o sí?

Se quitó la camiseta manga larga, dejando su torso al descubierto, y la colocó sobre el perchero, aunque esa no fuera su función, y caminó hacia la sala. Una vez allí, sintió su corazón latir más de lo normal y unas inmensas ganas de llorar se apoderaron de él.

En el sillón se encontraban Mikey y Hide, uno sobre otro, durmiendo plácidamente. El mayor cubría con ambos brazos el cuerpecito del bebé, y éste estaba acostado sobre su hombro con el rostro oculto en su cuello.

Draken sonrió con ternura y se acercó a ambos. Colocó un suave beso sobre la frente del menor y acarició ligeramente la cabeza del niño.

—Estoy en casa —susurró.

Con delicadeza cargó a ambos y se dirigió hasta la habitación. Recostó a Mikey sobre la gran cama y con suavidad tomó al bebé. Hide abrió ligeramente los ojos por las molestias, pero al notar que se trataba de su otro padre, sonrió y apoyó su cabeza sobre su hombro.

—Mi bello niño, ¿me extrañaste?... yo sí —meció al menor unos momentos antes de llevarlo a su cuna— te amo, mucho, descansa —susurró al momento que lo depositaba sobre la tela de color crema.

Luego de salir, fue hasta la puerta de entrada y, tomando la camiseta que anteriormente había dejado, volvió a la habitación.

Le quitó las crocs a Mikey y lo acostó bien sobre la cama, tapándolo. Aunque haya sido lo más delicado posible, Sano despertó.

—¿A dónde vas? —preguntó somnoliento, al verlo dirigirse a la salida de la habitación.

Draken saltó en su lugar llevándose un susto, creyó que seguía durmiendo.

—Debo apagar las luces y cerrar las puertas —lo observó con una sonrisa.

—Mhm, de acuerdo, pero hazlo rápido, quiero abrazarte.

Draken rió levemente y salió. Definitivamente Mikey no había cambiado nada desde la secundaria.

Como su esposo pidió, hizo lo que dijo lo más rápido posible y volvió al cuarto. Luego de quitarse el resto de la ropa, tomó su lugar del lado izquierdo.

—¿Cómo te fue? —el menor pasó su brazo por la cintura de Ken, acercándose a él.

La cercanía no molestaba a ninguno, ya que, de noche, el clima cambiaba drásticamente y la temperatura bajaba.

—Excelente, la señora Nakamoto nos llevó un par de pedidos que recibió por accidente.

Ambos rieron debido a la repetitiva situación.

—Luego de que ustedes se fueran recibimos varios pedidos, pero estuvimos bien. ¿Y tu? ¿Estuvo tranquilo todo?

Mikey asintió.

—Mitsuya y Hakkai vinieron a desayunar y luego nos acompañaron a hacer las compras. Después limpié la casa, nos duchamos y... preparamos el almuerzo, luego fue lo mismo de siempre —Draken lo escuchaba atentamente.

No sabe por qué, pero la voz de Mikey le parecía el asmr perfecto para dormir, aunque nunca lo hacía si no hasta luego de que terminaban de hablar.

—¿No tienes hambre? —preguntó luego de un rato— te dejé la cena dentro del microondas, aparte ¿qué hora es? ¿no es muy temprano para irnos a dormir?

Hizo el amague de levantarse, pero Draken lo detuvo antes.

—No te preocupes, no tengo hambre. Y sobre la hora, no interesa, mejor durmamos.

El pelinegro lo observó a los ojos con duda, pero terminó cediendo.

—No olvides poner la alarma.

Ken asintió.

—Que descanses, amor mío —susurró.

Sano sonrió y lo besó suavemente.

—Descansa, Ken-chin~

El mencionado sonrió. Antes de caer dormido, estiró su brazo y apagó la única luz que iluminaba el cuarto.

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La mañana llegó rápidamente y, para suerte de ambos, esta vez sí escucharon la alarma.

La mañana llegó rápidamente y, para suerte de ambos, esta vez sí escucharon la alarma

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+770 palabras

es tan reconfortante escribir esto, en especial con lo que está pasando en el manga

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disculpen si hay algún error ortográfico, tengan un/a lindo/a día/tarde/noche <3

la flechita en el título va a estar cuando el cap que siga esté unido al anterior :D

Relatos de una familia cualquiera ➪ Drakey/DramiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora