cap 7

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2  notis:
1) entre los hermanos mayores, prefieren RanxSmiley o SmileyxRan?

2) aunque canónicamente Angry y Rin sólo se lleven dos centímetros, acá Rin le saca una cabeza a Angry, asi que... disfruten :)

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un día

Las personas continuaban entrando y saliendo, minuto tras minutos, haciendo a los gemelos esforzarse cada vez más.
Nahoya condimentaba la salsa blanca mientras Souta preparaba la carne. Una mesa había ordenado un sabroso bistec blanco y ya iban siete minutos atrasados y, por si fuera poco, también estaban cortos de personal. Inui había pescado un resfriado y contagió a Muto quien mágicamente no contagió a Sanzu. Éste decía que era por el barbijo, lo cual tenía sentido, asique sólo eran ellos tres, más tres meseros y un chico nuevo que se sumaba ese mismo día.

—Bien, Smiley, Angry, asegúrense de terminar la comida cuanto antes, estoy seguro que no querrán oír quejas —les advirtió el pelirosa, luego se dirigió al nuevo— Y tú te encargarás de limpiar los platos. Cuando termines me avisas.

El chico asintió y se dirigió a la pileta, donde varios platos, ollas y algún que otro cubierto, esperaba para ser lavado. En su camino cruzó por al lado de los gemelos, específicamente por detrás de Souta, quien no lo había notado y, sin querer, chocó contra él cuando el fuego en la carne se avivó con grandeza, provocando que tuviera que hacerse hacia atrás.

—¡Souta! —el pelirrojo se aproximó a su hermano menor con rapidez y con clara preocupación— ¿Te encuentras bien?

El mencionado asintió cortamente y con el mismo rostro serio de siempre. Luego dirigió su vista hacia el chico que se encontraba detrás de él, sosteniéndolo por la cintura. La diferencia de altura era notable. El alto tenía sus ojos observándolo a través de sus grandes anteojos redondos y, como si eso no fuera suficiente, su voz resonó suavemente sobre sus oídos, con la misma pregunta de su hermano.

—¿Estás bien?

Souta volvió a asentir, sólo que esta vez su cabeza se movió más lento. El chico sonrió y finalmente se alejó. El peliazul mantuvo su vista sobre él unos segundos más hasta que decidió volver a su trabajo. Genial, la carne se había quemado, ahora debía preparar otra. Por suerte, Nahoya se había percatado de su salsa y la hizo a tiempo, pero debía esperar a que estuviera lista la nueva carne.

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Ya había pedido la comida hace más de veinte quince y todavía no se la habían llevado. Aunque en realidad no tenía problema con la tardanza, su hermano menor había empezado a trabajar ese mismo día en el restaurante, por lo que aprovecharía para molestarlo un poco.

Últimamente la empresa les había quitado el tiempo en familia, asique no perdería una oportunidad como esa.

Con la elegancia de siempre, levantó su brazo y llamó a un mesero que se encontraba llevando unos vasos de vino a una de las mesas. Luego de dejarlas, se dirigió directamente hacia él.

—¿En qué le puedo servir? —preguntó con amabilidad.

El mayor lo observó con el ceño fruncido y tosió en falso antes de empezar con su actuación de comensal quejumbroso.

—Perdone, pero realicé mi orden hace más de media hora. —mintió con falsa molestia— Yo no sé qué hacen allí adentro, pero me gustaría hablar con el responsable de mi cena, por favor.

El mesero tembló ante la mera idea de tener que ir a informar otra queja a sus compañeros. ¡Y en menos de un mes! Primero había sido Muto y ahora este hombre desconocido. Hubiese sido mejor buscar trabajo en la cafetería a unas cuadras de allí.
Se disculpó con el hombre con una reverencia y se dirigió con rapidez a la cocina. Al entrar con brusquedad, todos lo observaron confundidos, pero tres de ellos reconocieron la nerviosa mirada en sus ojos.

Relatos de una familia cualquiera ➪ Drakey/DramiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora