Capitulo 18. Separación parte 1

11.9K 667 2
                                    

Nico fue a abrazarla y Ray vio por el espejo retrovisor como ella lo aceptaba.

—Para ella solo eres un juego, jamás se va a enamorar de ti eres un estúpido. Ray ve con la facilidad con la que te enamoraste. Tal vez debas intentar algo con Karla. Dijo Ray para sí mismo con amargura.

—Mariela ¿Qué tienes? ¿Por qué lloras? Sabes que puedes contarme lo que sea.

—Siento mucho tener que decírtelo así pero espero que lo entiendas, yo…

—Estas enamorada de Ray.

—¿Qué? Pero… ¿Cómo lo sabes?

—Es más que obvio pequeña.

—Hace mucho que no me llamabas así.

—Es cierto por lo regular lo hacía cuando te miraba frágil y triste.

—¿Qué crees que debo hacer?

—Decírselo inmediatamente por supuesto. Llámalo.

—Si, vamos a hablarle.

 ***

—Bueno.

—Karla Soy Ray me preguntaba si quieres ir a tomar una copa conmigo, claro si no tienes ningún plan para hoy.

—No, no tengo ningún plan. Me encantaría salir contigo.

 —En media hora te parece bien que pase a recogerte.

—Perfecto.

 ***

—No contesta, suena ocupado.

—Bueno vuelve a marcar, el que estés enamorada es estupendo y él lo tiene que saber hoy mismo.

—Tienes razón. Mariela volvió a marcar y esta vez sí contesto.

—Bueno.

—Ray soy Mariela.

—¿Qué pasa? ¿Olvidaste algo en mi coche?

—No, es que quiero hablar contigo.

—No puede esperar a mañana.

—Bueno yo… ¿Podrías venir a mi casa? Es que es importante lo que te tengo que decir.

—Ahora no puedo ir es que en 25 minutos voy a pasar por Karla.

—¿Por Karla?

—Sí, vamos a ir a tomar unos tragos y quien sabe lo que pueda pasar después. Por un momento se hizo un silencio. —Sigues hay Mariela.

—Sí.

—Si es tan importante lo que tienes que decirme me lo puedes decir por teléfono.

—Sabes que, es una tontería olvídalo que la pases bien con Karla. Ella colgó y pronto sintió como las lágrimas rodaban por sus mejillas. Nico la abrazo.

—Me equivoque Nico él no me quiere. No es tan diferente de los demás, se fue con Karla.

—Debiste decirla aunque fuera por teléfono lo que sientes.

—Humillarme así no, otra vez no.

—Ven pequeña yo cuidare de ti.

 ***

—Pasa Ray Ya casi termino de arreglarme, te ves diferente.

—Es que no traigo traje.

—Me gusta cómo te ves hoy, pareces tan joven.

—Gracias Karla.

—¿Quieres tomar algo antes de irnos Ray?

—Por supuesto.

—¿Qué quieres? Tengo vodka, whiskey, tequila.

—Vodka. Ella le sirvió dos dedos en un vaso y se lo dio.

—Karla te puedo contar un secreto.

—Por supuesto.

—Yo hace mucho que no estoy con una mujer, bueno no hace tanto. Recordó a Mariela.

—A lo que me refiero es que hace bastante que no me enamoraba. Yo…

—Estás enamorado.

—Sí. Ella es una mujer increíble pero le huye al amor.

—Sí, así es Mariela,

 —¿Cómo supiste que era Mariela?

—Creo que fue por eso de ella le huye al amor, Mariela hace eso. Pero si de verdad estás enamorado lucha por ella.

—Pero ella quiere a Nico.

—Si es verdad que lo quiere. Pero hay muchas maneras de querer ¿no crees? Y por cierto ¿Cómo esta ella?

—¿Por qué lo preguntas?

—Bueno porque trabajas con ella y la vez casi a diario, espeto los fines de semana si no me equivoco.

—Estas en lo correcto. Bueno ella ha estado bien.

—Ya estoy lista ¿nos vamos?

—Sí.

—Hoy me quiero divertir.

—Y por supuesto que lo haremos.

Mariela al fin se pudo dormir, con un corazón roto pero sabía que en unos meses estaría igual y esta vez nadie la volvería a lastimar, nadie.

Lunes por la mañana.

—Buenos días Mariela. La saludo Ray como de costumbre.

—Buenos días señor  Preston.

—Puedes venir a mi oficina. Ella se levantó de su asiento tomo una libreta y lo siguió.

—En que le puedo ayudar. Dijo sin siquiera mirarlo.

—Siéntate por favor.

—Sí señor. Ella seguía sin mirarlo.

—¿Qué pasa Mariela? Estas de broma ¿verdad?

—No señor Preston. Necesita algún documento.

—¡Maldita se Mariela! ¡Mírame!

Ella lo obedeció, el verla con esa mirada triste hizo que el corazón se le encogiera.

—¿Qué te hicieron Mariela? ¿Fue Nico? Dímelo ¿Fue Nico?

—No señor Preston.

—Mariela que no confías en mí y ¿Por qué me llamas señor Preston? ¿Qué era eso tan importante que querías decirme ayer? <<Que te amo>>.

—No importa señor, era una tontería. Si no necesita nada ¿me puedo retirar?

—No me vas a contar nada de lo que te pasa ¿verdad?

—Lo siento señor pero no importa lo que me pase, con su permiso.

Citas con el jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora