Capítulo 40. Problemas.

8.2K 462 3
                                    

Tal parecía que Esmeralda disfrutaba viendo pelear a Ray y Mariela ya que quería que terminarán.

<<Al parecer su amor no es tan fuerte como esa estúpida me dijo, si sigo así pronto él la dejara y ambos podremos darnos una segunda oportunidad>>. Pensó Esmeralda.

***

—Mariela yo no te he dado ningún motivo para que desconfíes de mí. Sabes esto cada vez me fastidia más.

—Crees que a mí me gusta que ella este cerca.

—Pero yo no le he dado ninguna razón para crea que yo voy a tener algo con ella. Estoy tan cansado de esto, tú crees que yo quiero que ella este cerca pero no es así Mariela. Dijo Ray molesto de que siempre el centro de sus peleas fuera por culpa de Esmeralda.

—No eres el único cansado de esto Ray.

Ray no sabía si eran por las hormonas pero esos días Mariela había estado de mal humor y él lo único que hacía era aguantar pero no estaba seguro de hasta cuándo. Pensar que si Esmeralda no hubiera regresado a su vida y aquello no estaría pasando era una enorme certeza pero como le diría él a ella que se largara así sin más y los dejara en paz.

Ray le dio un beso a Mariela y se fue a trabajar.

A las doce del día marco a su casa y le dijo a Mariela que no podía ir a comer porque tenía mucho trabajo.

<<No puedo con estos celos, sé que Ray jamás me engañaría él es honesto pero es esa víbora la que me preocupa>>.

Así que decidió ir a la oficina de el a llevarle la comida. Cuando llego Eleonor la recibió con una gran sonrisa.

—Buenas tardes Mariela.

—Hola Eleonor voy a pasar a ver a Ray.

—Adelante.

Mariela toco la puerta y espero a que Ray le dijera que podía entrar.

—Mariela. Dijo un poco sorprendido.

— ¿Esperabas a alguien Más?

—Por supuesto que no pasa.

—Como te conozco y sé que cuando tienes trabajo se te olvida incluso comer te he traído algo y te aviso que no me voy hasta que te lo comas todo. Ray sonrió dejo su escritorio y se sentó en el sillón en el que ella se había sentado.

—No era necesario que te tomaras la molestia de venir hasta acá.

—No es molestia Ray y no creas que porque estoy embarazada voy a dejar de consentirte. Sé que estos  días he estado algo insoportable, pero es que no soporto la idea de perderte.

—Eso no va a pasar cariño.

—Nos estamos separando Ray, ahora estamos hablando tranquilamente pero hasta cuándo vamos a estar así sin volver a gritarnos y todo por culpa de esa...

—Y si tratamos de no hablar de ella.

—Eso sería bueno pero ella tarde o temprano nos hará recordar que esta cerca para fastidiarnos la vida.

—Mariela nunca me dijiste que es lo que te dijo en el restaurante la vez que no quisiste que fuera por ti.

—Eso ya no importa Ray, lo que importa es que nosotros arreglemos lo nuestro.

—Es verdad.

Y a pesar de querer arreglar sus problemas los días siguientes Ray y Mariela no podían evitar dejar de discutir y eso los hacia alejarse cada vez más.

—Esto no puede seguir así Ray le he pedido a Miranda que si me deja quedar en su casa.

— ¿Estas de broma verdad?

—Parece que estoy bromeando Ray.

—Me vas a dejar así nada más.

—Entiéndeme no soporto estar haciéndonos daño, te amo pero no puedo con todo esto.

— ¿Y crees que a solución es irte?

—Solo necesito pensar las cosas.

—Bien te voy a dar el tiempo que necesites. No quiero que estemos mal Mariela.

—Yo tampoco cariño. Mariela fue junto a él y lo abrazo duraron varios minutos así. Era la primera vez que se iban a separar en mucho tiempo y el fondo Ray sabía que era lo mejor aunque la iba a extrañar mucho.

—Prométeme que me vas a marcar todos los días. Dijo Ray.

—Te lo prometo amor.

Citas con el jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora