Capítulo 41. Nacimiento de Ágata.

8.4K 472 0
                                    

Dos meses y medio después...


Ray y Mariela se llamaban casi a diario y sin duda estaba mejor en la casa de su amiga que hacia todo lo que podía por ayudarla.

— ¿Cómo lo llevas todo Mariela?

—Mucho mejor, ya no peleo tanto con Ray y eso de alguna manera hace que esté tranquila.

—Me alegra mucho Mariela. Solo quiero que estés bien.

—Te había dicho que eres una amiga increíble.

Mariela se levantó de la cama, en esos dos meses y medio que habían pasado casi no había salido del departamento de Miranda y solo iba de su habitación a la cocina, o a la sala, o al baño pero su amiga no le dejaba hacer nada. Miranda noto que Mariela estaba rara esa mañana.

—Mariela ¿qué te pasa?

—Se me acaba de romper la fuente

—Pero que no se supone que te falta una semana y media.

—Pues creo que ya no.

— ¿Qué hago Mariela? ¿Qué hago? Dijo Miranda desesperada.

—Cálmate Miranda, se supone que quien debería de estar desesperada soy yo. Por favor llama a Ray.

—Ahora mismo lo hago. Cuando Ray termino la llamada con Miranda dejo lo que estaba haciendo en el trabajo y fue a recoger a Mariela para llevarla al hospital.

El parto duro más de lo que debía haber durado porque hubo complicaciones pero al final todo había salido bien. Ray había estado con ella en todo momento y se sentía doblemente agradecido primero porque su hija había nacido sana y segundo por estar de nuevo con Mariela.

— ¿Cómo te sientes? Sé que es tonto preguntarlo pero...

—Me siento muy agotada pero estoy bien, gracias por venir Ray.

—Sabes que siempre voy a estar para apoyarte Mariela.

—Lo sé y te lo agradezco Ray.

—Me gustaría que fueras a casa con Ágata.

—Ray yo...

—Hola mi vida. Dijo Nancy entrando a la habitación. —Acabo de ver a Ágata, esta hermosa.

—Hola mamá. Dijo Ray.

—Hola hijo ¿Cómo estás?

—Agotado por el trabajo pero tenía que estar aquí con Mariela y con mi hija.

—Ana y Roberto están en los cuneros tomando muchas fotos de mi nieta.

—Voy con ellos. Ray se acercó a la cama de Mariela y le dio un beso en la frente.

—Te quiero cariño.

—Y yo a ti Ray.

—Tenemos una conversación pendiente.

—Lo sé.

Citas con el jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora