Capítulo 29. Noche de pasión.

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Cuando llegaron a la casa Ray se puso a trabajar en su ordenador y Mariela fue a ponerse ropa interior sexy para provocar a Ray, quería que el dejara el trabajo y animarlo a tener sexo era lo mejor para eso. Fue a la sala le quito el ordenador de las piernas y se sentó en él.

-Parece que quieres jugar cariño. Dijo Ray.

-Pero solo si dejas el trabajo.

-Por ti cielo dejo lo que sea.

-Sabes pensé que me lo pondrías más difícil.

-Crees que el trabajo es más importante que tu cariño.

-Lo dudaba un poco pero ven vamos a la cama.

-Y porque no lo hacemos en el sillón.

Mariela comenzó a desanudar la corbata de Ray mientras que el besaba su cuello ella se levantó, se quitó el sujetador y después las bragas. Le gustaba ver como Ray la miraba con deseo, él se quitó la camisa ella se acercó a él y lo beso en los labios, después dirigió sus manos hacia el cinturón de su pantalón él se levantó un poco para que ella pudiera quitárselo después Mariela puso sus manos en su objetivo, el miembro de Ray pero solo lo rozo por encima de su bóxer él gimió y eso le gusto.

-Quieres torturarme cielo.

-Solo un poco Ray.

Mariela metió la mano dentro del bóxer y se lo quito, acto seguido masajeo su miembro ya endurecido y después lo metió a su boca para hacerle una felación. Ray le dijo a Mariela que parara porque quería correrse en ella y ella lo hizo y subió en el para montarlo le dio un beso y comenzaron a moverse a un ritmo apresurado, mientras la penetraba masajeaba su clítoris, quería que ella tuviera un orgasmo ya que pensaba que se lo debía después de tan buena felación. Espero lo más que pudo para que ella lo tuviera y después él se dejó ir también.

-Vamos a la cama.

-Pero que no tienes trabajo Ray.

-Eso puede esperar, en este momento lo más importante eres tu mi amor.

Después de hacer el amor por tercera vez se abrazaron y besaron.

-Eres lo más hermoso que me ha pasado en la vida Mariela.

-Creo que ambos somos afortunados de tenernos el uno al otro.

-Aun no puedo creer lo ciego que estuve, teniéndote tres años trabajando para mí y ni siquiera haberme fijado en ti.

-Lo mismo digo aunque yo si me quería acostar contigo antes de que empezáramos a salir Ray.

-A ¿sí?

-Si cielo. Pero no te lo había dicho porque pensé que sería incomodo que nos acostáramos y que trabajáramos juntos y si después todo salía mal yo tenía que renunciar a el trabajo y la paga era muy buena. Recuerdas cuando me lo pediste y lo dude.

-Sí.

-Era por eso.

-Pero al final me alegra de que lo hayamos hecho es una lástima que los dos estuviéramos tan ciegos y que por culpa de quienes nos lastimaron hubiéramos no hubiéramos dicho lo que sentíamos el uno por el otro.

-Lo importante ahora es que estamos juntos y pronto tendremos a nuestro bebe.

-Y ya nadie nos podrá separar.

-Ray mañana voy a hacerme un ultrasonido y me gustaría que me acompañaras, se que tienes mucho trabajo pero...

-Ahí estaré cariño, ya veré como me las arreglo en la oficina.

Citas con el jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora