Citas con el jefe

Capítulo 26. Leonel.

—Quiero verlo.

—Lo siento pero en este momento no va a ser posible.

—Janeth por favor has algo para que la dejen pasar yo sé que tú puedes.

—Nico en este momento no se puede pero te prometo que en cuanto pueda yo la llevo a verlo.

—Gracias. Le dijo Mariela a Janeth.

 Horas más tarde...

—Buenas tardes me podría informar acerca del estado de Ray Preston, me llamaron esta mañana.

—El paciente esta grave.

—Quiero verlo.

—En este momento no es posible pero...

Mariela se paró de su asiento y fue hacia donde estaba el señor.

— ¿Usted es familiar de Ray?

—Sí, ¿Quién eres tú?

—Soy  Mariela castillo...

— ¿Eres su novia verdad?

—Sí.

— ¿Qué fue lo que sucedió?

—No lo sé, esta mañana que desperté no estaba en la casa se me hizo raro ya que él nunca se va sin despedirse de mí, le marque a su celular pero no contesto más tarde marcaron a la casa diciéndome que él estaba en el hospital, lo asaltaron y le dispararon hasta el momento no me han dicho nada más ni me han dejado pasar a verlo, solo sé que esta grave.

   —Me llamo Leonel a mí también me marcaron.

—Ya le aviso a sus padres, yo no lo he hecho porque no tengo el número ni de ellos ni de su hermano.

—Ya les maque pero ninguno de los tres ha contestado.

Mariela se acercó a Janeth en cuanto la miro.

— ¿Ya puedo pasar?

—Si, por favor acompáñame.

Días después...

Después de momentos en los que Mariela creyó que iba a morir si algo malo le pasaba a Ray este había reaccionado de manera favorable.

 — ¿Cómo estas amor? Le preguntó Mariela a Ray.

—Mucho mejor ahora que te veo.

—Pasa Leonel. Dijo Mariela.

—Hola Ray.

—Tío pero que haces aquí.

—Me llamaron por lo de tu accidente y bueno al fin conocí a tu hermosa novia. Les he llamado a tus padres pero no contestan.

—Es que están de viaje.

—Pero deberían de atender el teléfono estuviste a punto de morir y ellos por no contestar el maldito teléfono ni enterados.

—Pero no pasó nada ya estoy bien.

—Afortunadamente, porque nos tocó vivir momentos de gran angustia. Sentí que me moría amor. Mariela fue a abrazar a Ray y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Tranquila cariño ya paso. Dijo Ray y le dio un beso.

—Ray me da mucho gusto que hayas encontrado a una mujer que vale la pena no como Esmeralda.

— ¿Esmeralda?

—Sí, una ex novia de Ray que estaba loca.

—Tío no quiero hablar de eso mejor dime cuando me dan el alta.

—Mañana.

—Qué bueno que ya no soporto un día más aquí.

—Pero si te han tratado de maravilla.

—Me cuidan demasiado y no me gusta.

—Ahora me entiendes Ray. Dijo Mariela. —Así es cuando tú me cuidas.

—Si mi vida pero es que no puedo evitar querer protegerte, no soportaría que algo malo te pasara. Te amo tanto.

—Y yo a ti cielo.

—Yo me retiro solo quería ver con mis propios ojos que estuvieras bien Ray. Dijo Leonel.

—Leonel porque no vas mañana a la casa a cenar. Dijo Mariela.

—Encantado sobrina. Mariela dejo a Ray y fue a darle a Leonel un beso en la mejilla antes de que él se fuera.

—Veo que te cayó bien mi tío Mariela.

—De maravilla. Fue muy atento conmigo él y Nico.

— ¿Nico estuvo aquí?

—Si desde que te trajeron. Como no es familiar no lo dejaron pasar a verte. Pero me dijo que te mandaba saludos.

—Es un buen tipo.

—Si lo es. Por cierto le hable a Eleonor para decirle que cancelara tus citas, todos en la oficina han estado muy preocupados por ti.

Después de que Mariela había dejado de trabajar para Ray habían contratado una nueva secretaria Eleonor era eficiente y se llevaba muy bien con todo el mundo incluso con Mariela aunque no fueran amigas su relación era buena.

El día siguiente Leonel fue a casa de Ray y Mariela como había quedado, habían hablado acerca de la boda y de lo felices de estar juntos. Leonel prometió que los visitaría en cuanto pudiera y que por supuesto asistiría a su boda.