♠Las muertes del amor♠-KittyGang x AgustD-♠

15 temp 2: Mi debilidad eres tu

Habíamos llegado a nuestro destino, tuvimos que bajarnos del camión, y caminar simplemente entre todos.
Era eso, porque si nos veían algunos norcoreanos con el camión, nos tirarían a matar, pensando que queríamos transportar algo del sur a el norte, las cosas eran completamente difícil.

Nam y Jin iban tomados de la mano, me sorprendía como años ellos dos estaban juntos, vi a Tae y el caminaba desolado, inclusive el silbaba como si tratase de llamar a Jungkook, eso me hiso tan solo, apretarme el corazón.

Mire hacia a mi lado, y Yoongi me miraba fijamente, sin embargo, acaricie su mejilla con delicadeza, pero desviando la mirada, no me sentía muy preparado como para poder darle alguna muestra de cariño. 

La noche cayo, y con ello, tuvimos que escondernos en unos callejones, Nam y Jin, se quedarían a cuidar si alguien nos veía, Taehyung trataría de descansar, al igual que nosotros. Pero yo solo estaba en el techo de un edificio, suspirando observando las estrellas, hasta que Yoongi se sentó a mi lado.

-¿Que vez?

-¿Ahora me vas a celar con las estrellas acaso?... -dije con gracia, viendo como el daba una sonrisa, y se recostaba a mi lado.- Yoongi ¿tu crees que vamos a poder encontrar a Jungkook?

-Si ¿Por qué no? ustedes son los mejores criminales que e conocido, y mira quien lo dice el mejor sicario de todos los tiempos -di una leve risa cuando menciono eso,  sentí sus dedos posarse en mi mejilla, para que yo lo mirara.- jamás dudes de tus capacidades Jimin, dime tu, somos criminales, no le tememos a nada ¿verdad?

-Ojala fuera así de fácil ...

-Oh vaya, el gran Kitty Gang tiene miedo, ¿y cual es ese punto débil eh?

-Mi punto débil eres tu... -dije de inmediato, notando como hacia una mueca de asombro, y yo solo me acomode de lado, para buscar charlar mas con el.- Cuando, sucedieron todas estas cosas entre nosotros... en verdad soñé en matarte yo mismo, soñé tenerte en mis manos, cubierto de sangre... yo soñé en hacerte pagar por todo el daño cometido...

-Jimin... ¿tan mal te deje con la infidelidad no?

-Ujum digamos que si... -me sincere, volviendo a mirar al cielo estrellado.- digamos que es como una dependencia, forme una dependencia muy grande hacia a ti, y sentí en ese entonces que volvía a caer... yo, jamás nadie me había amado así ¿comprendes? Jackson pues, el era amable, y dulce... pero no me hacia sentir tantas cosas como tu... 

-Necesitabas que alguien te digiera que todo iba a estar bien ¿no?

-Ujum... pero ahora no se que hacer -di un suspiro para otra vez, observar sus ojos felinos que me miraban.-

-Déjame volver a ver a ese Kitty gang que conocí ... eso debes hacer, volver a ser ese jovencito que coqueteaba sin pudor, que besaba y se refregaba, el divertirte y demostrar siempre una sonrisa... no verte literalmente tieso con tan solo mi presencia...

-Hum... de acuerdo, me parece bien... ya fueron 15 años de ser fuerte, quiero volver a ser blando, el kitty gang de antes sin duda...

-Cuando volvamos a Seúl ... yo tratare de ganarme a Da-Mi, y te volveré a conquistar Jimin, como tu mas quieras que lo haga, que lo haga como un criminal, y robe diamantes para ti, o como una persona normal regalándote flores y chocolates eh

-La verdad quiero saber como es Min Yoongi conquistando... 

Y una dulce sonrisa curso mis labios, para que el, se acercara a mi rostro, y casi pidiéndome permiso con la mirada, besar mis labios, juntando estos, y yo cerrar mis ojos.
Mis manos acariciaron su pecho, y poco a poco subía la calentura, sentándome finalmente sobre el.
El se desasió de mi camiseta, y pudo observar de mejor manera la marca de cesárea, sintiendo como el besaba esta y la acariciaba de vez en cuando, lo mismo con mis caderas. El también con sus dedos, tocaba mis músculos, que había formado con el tiempo, mi físico había dejado de ser delicado claramente.
Mis pantalones fueron bajados, y desnudo había quedado, yo quite sus zapatos y baje su pantalón, para que de un sentón, hiciera a el entrar en mi.
Ambos disfrutando de tener una intimidad, sin brusquedad o cosas raras, simplemente tocándonos. Quitando su chaqueta y permitiendo taparnos a los dos, para así, cuidarnos del frio, de la noche en donde la luna y las estrellas fueron testigo de como el y yo, nos habíamos vuelto uno.