"Muertes estan viviendo en Seoul, casualmente de un asesino en serie, que reclama, ser el mejor de todos, y no, no hablamos de Agust D.
Agust D se encargara de matar a su mayor contrincante, el mejor sicario de todos los tiempos segun los medios com...
Al despedirme de Yoongi, o agust, no lo se aun no estoy muy acostumbrado a llamarle así, camine por un callejón, tenia mi katana fuera de la funda, y esperaba ansioso una victima para poder, dar fin a su vida y a mis ganas de matar gente.
Sentí algo correr detrás mío, afile mas mi posición, y mire en alerta.
-Se menos cobarde cariño, y aparécete delante mío, así los dos tenemos lo que deseamos...
Mas ruidos cerca, gire en mi eje, mirando al rededor, alce una ceja en señal de astucia, era el mejor asesino, nadie me iba a derrotar, ¿verdad?.
Sentí un peso en mi espalda, no era un arma o algo así, era un cuerpo musculoso, mas alto que yo, quien me abrazaba con cariño.
-Jeon Jungkook -pronuncie sonriendo al ya reconocerlo sin duda-.
-Hyung! mi nombre de criminal es Cooky! -se quejo, yo lance mi katana a un lado, para abrazarlo de mis piernas y brazos, como un koala- Lo extrañe mucho!.
-Yo también pequeño -nos levantamos después de unos cinco minutos aproximadamente, luego de tanto cariño que le había entregado-.
JeonJungkook era un asesino en practica, su pareja era Taehyung, el mejor amigo de mi mismo jeje, Jungkook es muy hábil robando cosas, y municiones. Tenia el cabello de un casi negro, y una sonrisa de conejo, apenas tenia 18 años, es huérfano, sus padres murieron en un asalto a una licorería, no se ni porque estaban en esa licorería. Pero con Hoseok, aun unos chicos jóvenes, lo criamos en la guarida, y lo que mas queríamos era verlo feliz, y cuando salió con Tae, fue lo mas alegre, para mi, pues Hoseok estuvo muy enamorado de Jungkook. Ahora, el estaba en Busan, robando municiones, mientras Taehyung estaba en China, ambos se extrañaban.
- te traje algo, pero, mi encargo.
-Eres cruel, pero justo -reí sacando detrás mío algo, mirándolo y le regale una sonrisa- cierra los ojos bebé.
El pequeño cerro sus ojos, vaya que era tierno, le entregue las pistolas de 9mm de color rosa que tenia, adicionales, para el, y rápidamente, corrí a abrazar el peluche de pato que tenia en su motocicleta.
- fiu... se ven geniales, me muero por aprender a disparar.
-Aun debemos enseñarte con Hoseok -reí, sentí que nos observaban, sentí el rechinar de unas botas, saque la katana, y escuche atentamente.- Si algo pasa, sabes donde queda la guarida.
Si debía matar a alguien por Kook, lo aria sin rechistar.
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