37: En todos lados

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Me sentía nerviosa, confundida y asustada, lo primero que mi instinto me hizo pensar es que había visto mal, que me confundí, tal vez estas eran las consecuencias de pensar demasiado en ella; por otro lado mi instinto también me decía que verifique así que camine en todas las direcciones buscando cualquier cosa que diera un indicio ya sea de mi acierto o error, no se que tan desesperada o mal habré lucido ya que varios me miraban extrañados o enojados pero no me importaba, solo quería encontrar algo más no fue así, por lo tanto regrese a la banqueta a sentarme y respirar profundamente varias veces para intentar bajar mi pulso que sin ser doctora sabía que estaba muy alto, lo sentía en mis latidos, en mis manos sudadas y temblorosas pero sobre todo en esa horrible sensación de que todos me miraban para comentar sobre mí, estaba absorta en todo ese circulo sinfín por no se cuanto tiempo hasta que una niñita con sus risas me hizo alzar la mirada, era una escena tierna, su madre la empujaba por detrás para impulsar su columpio, verlas me daba calma y ya hasta me estaba olvidando de ese incidente hasta que ambas comenzaron a hablar

-Linda, ya bájate, hay que irnos a casa- la niña gruñó un poco mientras caminaba junto a su mamá hasta que pareció acordarse de algo que la hizo sonreír tímidamente

-Mami, tu me prometiste un helado ¿vamos?- su mamá la miro rindiéndose y asintió, en respuesta su hija daba brinquitos alegres

-Te amodoro mamá- y ahí se fue mi tranquilidad, que se supone que era eso ¿Una señal? No lo sabia y no tenia ganas de averiguarlo, acto seguido comencé a correr hasta el departamento, me sentía asfixiada.

Al llegar cerré la puerta tras de mi, me apoye en ella y trate de recordar lo que había visto, le daba vueltas una y otra vez, tanto que sentí mi cabeza explotar, luego mi celular sonó, era un mensaje de Leo que decidí ignorar, para esto ya me estaba moviendo de la puerta pero Lor trató de abrirla al mismo tiempo lo que hizo que medio me tropezara  a lo que yo lo mire algo mal

-Hola Yeri ¿Cómo ha ido tu día?- me pregunta con una sonrisita culposa mientras pone en lugar todas sus cosas, simplemente negué divertida y nerviosa pues dudaba en decirle o no sobre Oria, a la final no tenia nada concreto y si le digo que vi a una muerta de seguro si me lleva a rastras a terapia

-Bien Lor, la academia me dejó cansada así que me iré a bañar rápido si no te molesta- le sonreí mas y me metí al baño segundos después

Al salir e ir a ver algo en Netflix me dieron ganas de volver a mi casa, ya sentía que molestaba mucho a Lor y la verdad me estaba quedando sin ropa

-Lor…- lo llamé

-Dime- contestó mientras comía palomitas

-Ya voy a regresar con Illel, gracias por todo

-Primero no me tienes que agradecer, es tu apartamento, puedes venir las veces que quieras, yo con gusto de recibir a la dueña de casa pero por favor piensa bien, no estas bien con ese tipo- me pidió suplicante, como resultado me despedí con un beso en la mejilla y me fui

***

Al abrir la puerta me espere varios escenarios pero ninguno contemplaba a un perro y menos a Gray, el perro de Oria, moviéndome la cola alegremente y sin saber que yo no compartía el sentimiento.

Esto ya me sobrepasaba, como diría Lor, veía a Oria hasta en la sopa.
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Hola queridxs lectores ¿Todo bien? ¿Qué les parece el capítulo?

Les traje la actualización en lo que creo es el ombligo de la semana ¿Qué les parece? Y sí, me gusta actualizar de madrugada, así despierto animada a responder sus comentarios, aunque si leen apenas actualizo tal vez les responda más rápido

Por último ¿Qué opinan sobre el lenguaje inclusivo? Por mi parte como se habrán dado cuenta suelo suplantar la o por una x y la verdad hasta ahí llego, por eso me gustaría saber su opinión.
Hasta el próximo capítulo 💖

Amor traumático Donde viven las historias. Descúbrelo ahora